27 de noviembre

Con María, fortalecemos nuestra esperanza

Lectura Bíblica

Lucas 1, 39-45

Entonces María se levantó y se dirigió apresuradamente a la serranía, a un pueblo de Judea. Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Cuando Isabel oyó el saludo de María, la criatura dio un salto en su vientre; Isabel, llena de Espíritu Santo, exclamó con voz fuerte:

—Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. ¿Quién soy yo para que me visite la madre de mi Señor? Mira, en cuanto tu saludo llegó a mis oídos, la criatura dio un salto de gozo en mi vientre. ¡Dichosa tú que creíste! Porque se cumplirá lo que el Señor te anunció.

Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús

Testimonio

Agustín Ibáñez Del Águila, Parroquia Nuestra Señora de la Paz. Alto Hospicio

Puedo decir que el Mes de María, es el mes de la humildad y de la sencillez. De mi madre he aprendido desde niño que María es nuestra segunda madre, madre que llevó en su corazón sencillo todo lo que vivía en la Sagrada Familia.

En algún momento de mi vida, no me sentía muy devoto de María, mucho menos con el rezo del rosario; con el tiempo, esa oración me fue conquistando, le encontré sentido. Actualmente, en mi trayectoria como catequista he logrado cultivar un gran respeto y veneración a María madre mía y madre nuestra.

A ella, le hablo como amiga en los encuentros que hacemos en la comunidad “Medalla milagrosa” en la Capilla Nuestra Señora del Camino, de la población el Boro; cuando nos juntamos para rezar el rosario, nuestras intenciones siempre son por los más desvalidos, enfermos y necesitados. Nuestro encuentro, se convierte en un diálogo comunitario; caminamos junto a ella, mujer que tuvo la humildad para decir Sí a Dios y ser la madre de Dios.

Intención del día

Oremos por nuestras madres, sus madres, nuestras abuelas y por todas las personas que entregan el amor de madre.
Que con mucho agradecimiento y ternura en nuestras acciones, podamos expresarles el amor que Dios nos tiene.

Con María, oremos al Señor. Escúchanos, Señor te Rogamos.
(Se puede rezar el Padrenuestro)

Oración

Padre de la Vida
y Señor de misericordia.
Te damos gracias por el regalo de nuestras madres,
por aquellas que peregrinan en nuestras familias
y por aquellas que se encuentran en la patria del Cielo.
Bendícelas en la tierra
y dales la alegría de las personas justas en el cielo.
Te lo pedimos, por Cristo, nuestro Señor.
Amén.