16 de noviembre
Con M
aría, recibimos la vocación de ser catequistas

Lectura Bíblica

Juan 1, 35 – 42

Estaba Juan con dos de sus discípulos. Viendo pasar a Jesús, dice: —Ahí está el Cordero de Dios.
Los discípulos, al oírlo hablar así siguieron a Jesús. Jesús se volvió y, al ver que le seguían, les dice: —¿Qué buscan?
Respondieron: —
Rabí —que significa maestro,— ¿dónde vives?

Les dice: —Vengan y vean. Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él aquel día. Eran las cuatro de la tarde.

Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús.


Testimonio

Eduardo Guerrero Mora, Parroquia María Auxiliadora. Linares

Una vez confirmado 1987, me integré al movimiento juvenil salesiano como catequista para la preparación de iniciación a la Eucaristía. Recuerdo que participé en una jornada vocacional y, en el retiro que hubo, sentí a Dios muy cerca; descubrí que Él me hacía una invitación: “ven, sígueme y verás”. Descubrí que podía caminar junto a Él como catequista para anunciarlo a los demás. Me regaló el Kerigma.

Llevo 30 años como evangelizador. He preparado a muchos grupos de niños para la Eucaristía, entre ellos, los de las Comunidades Sta. Rosa de Lima, Sagrado Corazón y la Sede Parroquial.

La Eucaristía se ha transformado en mi alimento espiritual. Me da mucha emoción ver que las personas reciben por primera vez la Eucaristía. Me siento más que feliz y orgulloso de que Dios puso sus ojos en mí para entregar su mensaje a los demás, en este caso, a los niños.

Creo que el Señor me regaló un maravilloso “Don” y, a la vez, una vocación: ser Catequista. Por esto, lo alabo y bendigo siempre. Le pido que me siga enviando el Espíritu Santo para que pueda entregar, con alegría, su Palabra de Vida.

Intención del día

Oremos por todas las personas que sienten el llamado de Dios para anunciarlo en la catequesis.
Que perseveren, mantengan el entusiasmo de la llamada y compartan la alegría del encuentro con Jesús.

Con María, oremos al Señor.
Escúchanos, Señor te Rogamos.

(Se puede rezar el Padrenuestro)

Oración

Padre dela humaidad resucitada en Cristo;
tú nos llamas a ser profetas y servidores de tu pueblo.
Te damos gracias por la vocación de ser catequistas
y te pedimos que nos ayudes,
a ser testigos de tu misericordia.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.