29 de noviembre

Con María, construimos comuniades de jóvenes

Lectura Bíblica

Marcos 10, 17-22

Cuando se puso en camino, llegó uno corriendo, se arrodilló ante él y le preguntó: Maestro bueno, ¿Qué debo hacer para heredar vida eterna? Jesús le respondió: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno fuera de Dios. Conoces los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no jurarás en falso, no defraudarás; honra a tu padre y a tu madre. Él le contestó: Maestro, todo eso lo he cumplido desde la adolescencia. Jesús lo miró con cariño y le dijo: Una cosa te falta: ve, vende cuanto tienes y dáselo a los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después sígueme. Ante estas palabras, se llenó de pena y se marchó triste; porque era muy rico.

Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús.

Testimonio

Gicela de las Mercedes Hidalgo Rojas, catequista del Colegio Don Bosco. Antofagasta.

Hace aproximadamente 20 años que ingresé a la familia salesiana, en donde conocí por primera vez a Don Bosco. Con su ejemplo de vida, aprendí a cuidar de los jóvenes. Mi gran interrogante de ese entonces era ¿Cómo hacerlo y no morir en el intento? La mayoría estábamos temerosos de los jóvenes, no sabíamos cómo enfrentar sus diversas conductas.

Un día, un sacerdote en una reunión, nos repitió una frase de Don Bosco que hace alusión a la caridad pastoral de Jesús: “tenemos que amar a estos jóvenes y que ellos sientan que están siendo amados". Esta frase, en particular, caló hondo en mí. Decidí que debía aplicar esta enseñanza. Lo primero que hice fue unirme a las Comunidades Apostólicas Salesianas (CAS), ahí acompañaba a un grupo de jóvenes; algunos de ellos, continúan formando parte del movimiento salesiano. Con ellos descubrí y aprendí el significado del servicio y el amor cristiano.

Con el tiempo, una nueva frase de Don Bosco cobró un nuevo significado en mi vida: “No hay jóvenes malos, sino jóvenes mal orientados”. Desde ese momento, sentí que mi labor era estar entre y con los jóvenes. Hoy pertenezco a la Catequesis de Iniciación Cristiana. Acompañamos pastoralmente a los jóvenes, de la mano de la Virgen María y Cristo nuestro Salvador.

Intención del día

Oremos por los jóvenes que nos encontramos en el camino, para que vean en nuestra acogida y cercanía, la atención y amor que Dios, a través de su hijo Jesucristo, tiene a la humanidad.

Con María, oremos al Señor. Escúchanos, Señor te Rogamos.
(Se puede rezar el Padrenuestro)

Oración

Padre de la vida,
tú nos llamas a crecer en santidad de vida.
Te damos gracias por los jóvenes de nuestras comunidades
y te pedimos que nos ayudes,
a crear junto a ellas y ellos,
una Iglesia en salida,
una Iglesia que se hace presente en las periferias.
Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.