11 de noviembre

Con María, comunicamos la alegría del Evangelio

Lectura Bíblica

1 Juan 1, 1-4

Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado y han palpado nuestras manos, es lo que les anunciamos: la palabra de vida. La vida se manifestó: la vimos, damos testimonio y les anunciamos la vida eterna que estaba junto al Padre y se nos manifestó. Lo que vimos y oímos se lo anunciamos también a ustedes para que compartan nuestra vida, como nosotros la compartimos con el Padre y con su Hijo Jesucristo. Les escribimos esto para que la alegría de ustedes sea completa.

Palabra de Dios
Te alabamos Señor

Testimonio

Hna. Delfina Rojas Gonzalez, Santuario María Auxliadora. Santiago.

Soy catequista de confirmación de jóvenes y adultos; para mí es maravilloso poder entregar el anuncio de Jesús como una buena nueva que va transformando la persona y entra en el corazón de cada uno. El encuentro con el Señor de la vida me resuena fuertemente; me emociona hablar de Cristo encarnado de manera sencilla y profunda, llena de amor y sabiduría todo mi ser.

Hay momentos que siento una necesidad de cantar y alabar que Cristo. Está en medio nuestro y, en especial, dentro de mi corazón; Él me abraza, me da la calma y el gozo. Siento el gozo de proclamar la alegría de ser servidora de ese amor misericordioso a los jóvenes; de ese amor que me va transformado con sabiduría en medio de la desolación que rodea mi entorno. En todos los sitios que me reúno busco compartir mi fe y sentir que el Señor Jesucristo. Él es todo amor, caridad, esperanza, misericordia, templanza... no terminaría de nombrar cualidades de nuestro Señor que debo imitar. Siento que en mi servicio como catequista me llena el Espíritu Santo y me ayuda a meditar las palabras del Evangelio, convertir mi vida y testimoniar alegremente lo que el Señor ha hecho en mí: “¿Cómo no conocerlo y ser feliz?”.

Intención del día

Oremos por todos los catequistas que con alegría comparten su testimonio de encuentro con Dios.
Que
podamos ser capaces de entregar también nuestro testimonio, con la alegría que nos mueve el corazón desde lo más cotidiano.

Con María, oremos al Señor.
Escúchanos, Señor te Rogamos.

(Se puede rezar el Padrenuestro)

Oración

Derrama, Señor, el don de tu Espíritu
en nuestros corazones
para que anunciemos con alegría
el Evangelio que en Cristo nos has regalado.
Te lo pedimos, por Cristo, nuestro Señor.
Amén.