24 de noviembre

Con María, aceptamos el llamado que Dios nos hace a dar vida

Lectura Bíblica

Lucas 1,26-38

El sexto mes envió Dios al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen prometida a un hombre llamado José, de la familia de David; la virgen se llamaba María. Entró el ángel a donde estaba ella y le dijo: Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. Al oírlo, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué clase de saludo era aquél.

El ángel le dijo: No temas, María, que gozas del favor de Dios. Mira, concebirás y darás a luz un hijo, a quien llamarás Jesús. Será grande, llevará el título de Hijo del Altísimo; el Señor Dios le dará el trono de David, su padre, para que reine sobre la Casa de Jacob por siempre y su reino no tenga fin. María respondió al ángel: ¿Cómo sucederá eso si no convivo con un hombre? El ángel le respondió: El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso, el consagrado que nazca llevará el título de Hijo de Dios. Mira, también tu pariente Isabel ha concebido en su vejez, y la que se consideraba estéril está ya de seis meses. Pues nada es imposible para Dios. Respondió María: Yo soy la sirvienta del Señor: que se cumpla en mí tu palabra.

Palabra del Señor.
Gloria a Ti, Señor Jesús

Testimonio

Claudia María Jamett Sanguinetti, catequista de Parroquia Nuestra Sra. Del Rosario, Capilla Cristo Redentor El Retiro Quilpué

Nuestra Madre Virgen María, se siente sorprendida frente a la presencia de un ángel enviado por Dios, quien le dice que será fecundada por el Espíritu Santo y que será la Madre de Dios mismo, al que llamará Jesús. A pesar de las costumbres de su tiempo, ella no siente temor frente a una sociedad en la que estaba en desventaja por ser mujer. En ese contexto, Dios también habla con José para que juntos formen un hogar. Dios, Padre de todos nosotros y Padre de todos los hijos e hijas en gestación, comparte con la humanidad la misión sagrada de su cuidado y de su crecimiento.


Asumir la valentía de la Virgen María, es el ejemplo más maravilloso que se nos ha dado. Nuestros hijos e hijas, como las generaciones venideras están llamadas a aportar y mejorar nuestro mundo. Sigamos el ejemplo de nuestra Madre Santísima que, con valentía, cuida la vida que se gesta en su vientre; protejamos también, en cada persona, la gestación de la fe que también es vida de Dios que crece. La Virgen María, aceptó la vida y la fe para la salvación del mundo. “Un hijo es vida que se nos ha encomendado para acompañar en la fe, a imagen y semejanza de Dios”

Intención del día

Oremos por todas las mujeres que con valentía aceptan su rol en la familia, la sociedad y el mundo.
Que podamos
a ejemplo de María dar la respuesta generosa para los demás, sostenidas en el amor de Dios.

Con María, oremos al Señor. Escúchanos, Señor te Rogamos.
(Se puede rezar el Padrenuestro)

Oración

Padre de infinita misericordia,
al comenzar este Mes de María,
te pedimos que nos ayudes a dar testimonio
de la alegría del Evangelio
para que muchas personas
puedan eocntrar esperanza en tu amor.
Por Cristo, nuetsro Señor,. Amén.