Frida Kahlo

La vida de la mexicana Frida Kahlo fue marcada por dos accidentes y una necesidad. El primer accidente ocurrió el 17 septiembre 1925, cuando tenía dieciocho años, y fue el del que ella salió viva, pero con un cuerpo inverosímilmente devastado: su columna vertebral quedó fracturada en tres partes, dos costillas fracturadas,además la clavícula y su pierna derecha; la posibilidad de ser madre se vio comprometida definitivamente. La muerte evitada en el autobús abrumado y aplastado por un tramo de camino a Coyoacán resultaría ser una burla, obligando a Frida, mujer llena de vitalidad, en una diaria y por eso extenuante lucha contra el dolor y al hecho de vivir obstinadamente agarrada a la vida, en un cuerpo ya varía veces enterrado en corsés y en yeso a la misma manera que un sarcófago.

El segundo accidente en la historia de Frida fue el amor de toda una vida por el famoso pintor muralista y, desde 1929, marido infiel Diego Rivera, una pasión desgarradora, tan destructiva como el sufrimiento físico, de la que, sin embargo, no pudo liberarse lo suficiente para volver a casarse con Diego apenas un año después de haber divorciado de él.

La necesidad en la vida de Frida fue la pintura: igual solo a sí misma porque nació en el sufrimiento de la necesidad insoportable de expresar todo lo que pasaba por su cabeza "sin tomar en consideración nada más", como ella misma decía con naturalidad de su propio arte.

Y en el fondo el México postrevolucionario. De la revolución mexicana Frida se sentía tan hija de retrasar su nacimiento hasta 1910, año en el que había estallado. Y hija de la revolución Frida lo era realmente, si no anagráficamente, sin duda sentimentalmente, por ser naturalmente subversiva y no convencional, contradictoria y apasionada en el arte y en la vida.

A cura di Stella Mailin Djonay e Martina Lizio

Anno Scolastico 2021/ 2022