La plataforma automatizada IoT para invernaderos es un sistema agrícola moderno que utiliza la tecnología del Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) para monitorear y controlar diversos aspectos de las operaciones en invernaderos. Combina sensores, sistemas de control y automatización para crear un entorno optimizado y eficiente para el crecimiento de las plantas.
Este sistema incorpora dispositivos inteligentes y conectividad para automatizar tareas y garantizar condiciones óptimas para las plantas. De igual forma, utiliza sensores para recopilar datos sobre factores ambientales como la temperatura, la humedad y la humedad del suelo. Después, estos datos se envían a un sistema de control central que toma decisiones y ajusta los componentes del invernadero en consecuencia.
Por ejemplo, si la temperatura es demasiado alta, el sistema de control puede activar ventiladores o ajustar la ventilación para enfriar el invernadero. Si la humedad del suelo es baja, puede activar un sistema de riego para regar las plantas. El sistema de iluminación puede controlarse para proporcionar la cantidad y el espectro de luz adecuados para las distintas fases de las plantas. Todos estos ajustes se realizan en función de parámetros predefinidos y algoritmos establecidos por el cultivador.
Esta plataforma IoT adaptada para invernaderos ofrece un sistema completo e interconectado que pone la automatización, la recopilación de datos y el control al alcance del científico. Al integrar a la perfección sensores, activadores y dispositivos inteligentes, esta plataforma permite supervisar y gestionar en tiempo real parámetros cruciales del invernadero como el riego y la temperatura. También integra alarmas para prevenir enfermedades y estrés en los cultivos y eliminar errores humanos.
Podemos encontrar diferentes tipos de sensores IoT para invernaderos, dependiendo del tipo de parámetro a controlar y/o la función que tengan que desarrollar. Los más comunes son:
Sensores de humedad: permiten detectar déficits en la presión de vapor, permitiendo al agricultor prevenir enfermedades en el cultivo. Además miden la humedad del suelo, permitiendo activar el riego del cultivo cuando se detecta un valor desfavorable. La información que se ha recopilado se envía a una aplicación, que permite ajustar los niveles de riego y ventilación de las plantas.
Sensores de calidad del aire: miden diferentes aspectos del aire como el CO2, fundamental para la fotosíntesis, con el objetivo de mantener una concentración óptima para el crecimiento de las plantas. Además analiza otros gases como Nitrógeno, Amoniaco y Ozono que, en altas cantidades, pueden hacer que las plantas no crezcan adecuadamente, por lo que pueden activarse sistemas de ventilación que estabilicen el aire.
Sensores de temperatura: miden la temperatura del aire y suelo del invernadero, activando si es necesario sistemas de calefacción o enfriamiento según sea necesario. Mantener la temperatura adecuada es crucial para el crecimiento saludable de las plantas. Si la temperatura es demasiado alta o baja, puede afectar negativamente el desarrollo de los cultivos.
Sensores para mejorar los nutrientes del cultivo: analizan la concentración de nutrientes en el suelo que tiene el cultivo para aportar a los sistemas de monitorización la información sobre la mezcla nutritiva necesaria para cada planta.
Sensores de luz: controlan la intensidad y duración de la luz que reciben las plantas en el invernadero. Suelen utilizarse para la activación de luces de crecimiento complementarias cuando la luz natural es insuficiente.