Salmo XVII, Quevedo (2)
Francisco de Quevedo Salmo XVII- Miré los muros de la patria mía
Título: Salmo XVII-"Miré los muros..." 1613
Autor: Francisco de Quevedo y Villegas (1580-1645) Español
Personajes: El yo poético es el propio autor.
Tema(s): El tiempo y el espacio, La sociedad en contacto
Corriente literaria (Género): Siglo XVII, El barroco
Resumen:
Describe la deterioración de España con progresión de imágenes grandes (lo general) al exterior hacia las más cercanas en su propia casa (lo específico) o sea la gradación. Refiere a su propia muerte que vendrá pronto con estas imágenes. Lamenta la impotencia de su patria y la pérdida de su virilidad también. Todas las imágenes subrayan el tema del paso del tiempo. La organización de las imágenes sirve a intensificar la carrera inexorable del tiempo. Podía ser que Quevedo se viera impotente una vez despojado de sus cargos políticos a causa de sus varios destierros y un largo y doloroso encarcelamiento por orden del conde-duque de Olivares de 1639 a 1643. No se puede resistir la tentación de enlazar los datos biográficos con las imágenes poéticas.
Salmo XVII «Miré los muros de la patria mía»
- Francisco de Quevedo y Villegas
Poeta y prosista barroco del Siglo de Oro, cultivador de todos los géneros literarios, Francisco de Quevedo (1580–1645) nació en Madrid de una familia hidalga, y vivió su vida entre altibajos políticos: servicio como secretario del rey, y misiones de gran importancia política y diplomática, alternaban con períodos de ignominia que llevaban a veces al destierro y a la prisión. Quevedo se destaca por la sutileza de su lenguaje denso e intricado, y su léxico rico y expresivo. Figura central en la vida literaria y social de su tiempo, Quevedo respetó la obra de sus amigos Cervantes y Lope de Vega, pero fue rival mordaz de Luis de Góngora. Al poeta culterano, Quevedo dirigió algunas de sus sátiras más brutales.
Su novela maestra, El Buscón , es del género picaresco. Su poesía, concisa y profundamente lírica, en gran parte satírica, refleja una añoranza por la pasada grandeza de España bajo el Emperador Carlos V, en el siglo XVI. Ve con amargura y desengaño las instituciones, las costumbres, la política y la vida de su época.
En su soneto titulado «Salmo XVII», escrito antes de 1613, de actitud meditativa ante el paso del tiempo, el poeta presiente en todas las cosas a su alrededor el implacable acercamiento de su propia muerte. El tiempo no detiene su paso para nadie. El poeta no advierte más que recuerdos de su muerte.
En la segunda versión, publicada después de muerto Quevedo, las imágenes se han vuelto más impersonales, y el poema ahora encierra una nostalgia por la prepotente España de antaño, que ahora caduca. La segunda versión goza de una gran difusión por el mundo de las letras.
Antes de leer - Francisco de Quevedo: Salmo XVII
Conocer la vida y el pensamiento de Quevedo no es
tarea fácil ya que tradicionalmente sus biografías
están pobladas de exageraciones, fábulas y anécdotas
apócrifas entre las que es difícil entrever la verdad. La
documentación de aquella época está lejos de ser
exhaustiva y, en muchos casos, fidedigna.
De acuerdo con el espíritu del Barroco, Quevedo
vivió una vida de extremos, contradictoria y
paradójica. Fue un literato, pero también un hombre
intensamente político. La sensualidad fue tan
importante en su vida como su costado místico.
Mundano y asceta, desbordado y recoleto, provocador
y vasallo disciplinado, frecuentador del poder y
víctima de arrestos y castigos, fue fiel a un modo de
ser profundamente comprometido con sus
convicciones y su tiempo.
Además de ser un autor prolífico, abordó
multiplicidad de géneros: poesía (en la vertiente
amorosa, metafísica, satírica, heroica o laudatoria,
fúnebre, burlesca, ascética o sagrada), prosa (entre la
que se destaca su novela consagrada Historia de la
vida del Buscón), crítica literaria, teatro y una copiosa
colección de tratados políticos, teológicos y
filosóficos. También se conserva de él un nutrido
epistolario, lo que no era frecuente para la época, que
echa luz sobre sus concepciones, sentires y
cotidianidad.
Quevedo intervino activamente en la política.
Acompañó a su protector, el Duque de Osuna, en su
experiencia en Italia ejerciendo el virreinato de
Nápoles, en donde Quevedo fue encargado de los
asuntos de Hacienda. Defensor de las jerarquías,
entabló un larguísimo juicio por el señorío del pueblo
de Torre de Juan Abad, y le halagó que le confirieran
el hábito de la Orden de Santiago. Las intrigas y
avatares de la política también lo hicieron víctima, y
terminó en prisión en distintas ocasiones. Su carácter
mordaz e irreverente le granjeó enemistades y
antipatías en la corte.
La vida de Quevedo vio desfilar por el trono de
España a tres Felipes. Nació bajo el reinado de Felipe
II, el hijo de Carlos V, un estadista hábil como su
padre, pero bajo cuyo reinado comienzan a hacerse
evidentes los desequilibrios en la estructura
económica del Imperio español. Felipe II muere en
1598, cuando Quevedo tenía apenas dieciocho años, y
lo sucede su hijo Felipe III, que carecía de las
capacidades de gobernante de su antecesor. Se inicia
con él la política de delegar el poder en los validos,
que no eran otros que los favoritos reales, para
quienes el respaldo del monarca era tanto su principal
capital político como su mayor debilidad en tanto
dependían exclusivamente de él para mantenerse en
esa posición. Los validos provenían de la alta nobleza,
amenazada por el ascenso de oficiales profesionales e
inmersa en luchas faccionales que llevaban a una
sorda batalla cortesana para mantenerse en su lugar de
privilegio. De algunas de estas intrigas fue víctima el
propio Quevedo.
Felipe III, que era apenas dos años mayor que
Quevedo, fallece joven en 1621. Los últimos años de
la vida de Quevedo verán en el trono a Felipe IV, y
durante su largo reinado se tornará evidente la
decadencia y ruina de España, cuya grandiosidad y
arrogancia Quevedo vio desmoronarse lentamente
hasta perder definitivamente su posición
preponderante en el escenario europeo.
(1580-1645) Miré los murosEstrofa: Soneto (catorce versos de once sílabas:
dos cuartetos [o serventesios] y dos tercetos)
Sílabas: Once en cada verso 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 + 1 = 11 Miré los muros de la patria mí-a, 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 + 1 = 11 si_un tiempo fuertes ya desmoro-nados 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 + 1 = 11 de la carrera de la_edad cansados 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 + 1 = 11 por quien caduca ya su valentí-a. Rima: Rima perfecta,
con el esquema: ABBA ABBA CDE CDE
En lo barroco
La poesía barroca refleja la crisis, el pesimismo y el desengaño característicos de la etapa histórico-cultural que atraviesa España.
El contenido de esta obra alude al pesimismo y la presencia de la muerte que existía en esa época. El soneto describe la idea de que la muerte es muy difícil de olvidar y por eso el autor intenta explicar, que mirara donde mirara, podía sentir la presencia de la muerte.
La voz poética nos hace saber que el personaje que nos narra la historia nos pone en situación donde pareciera que se ha muerto mucha gente cercana aa él y por eso nace el pensamiento de la muerte.
También podemos apreciar que a cada cosa que el mira, parece como si la muerte estuviese cada vez más cerca del personaje.
Análisis de los verbos usados
Las tres primeras estrofas comienzan por un verbo en pretérito- miré, salíme, entré-, marcando la acción. La última estrofa también tiene un verbo en prtérito -sentí- en el interior. La mayoría de los verbos en el soneto se refieren a acciones en pasado que proyectan sus consecuencias en el presente y que tendrán influencia en el futuro que se avecina.
El tempus fugit y el memento mori
El tempus fugit hace referencia al inexorable paso del tiempo en todo lo que hay a su paso. Se aprecia claramente en la primera estrofa cuando nombra a los muros de su patria que se han desmoronados.
El memento mori o el paso del tiempo unido a el recuerdo de la muerte hace que el narrador tenga muy presente el hecho de que la muerte también le llegará a él como a todo lo que está notando, como se puede ver en los dos últimos versos.
TEMA
El soneto desarrolla un tema característico del pesimismo barroco: el tema del desengaño, usando el motivo de la poesía de ruinas, que consiste en describir un lugar ruinoso y compararlo con la situación del país. En este caso, Quevedo lo compara también con su propia situación: anciano y próximo a la muerte.
Francisco de Quevedo y Villegas Sonnet: Death-Warnings
I saw the ramparts of my native land
One time so strong, now dropping decay,
Their strength destroyed by this new age's way
That has worn out and rotted what was grand.
I went into the fields; there I could see
The sun drink up the waters new thawed;
And on the hills the moaning cattle pawed,
Their miseries robbed the light of day for me.
I went into my house; I saw how spotted,
Decaying things made that old home their prize;
My withered walking-staff had come to bend.
I felt the age had won; my sword was rotted;
And there was nothing on which to set my eyes
That was not a reminder of the end.
—John Masefield (translator)
From: Hispanic Anthology: Poems Translated from the Spanish by English and North American Poets, collected and arranged by Thomas Walsh. G. P. Putnam's Sons, New York, 1920.
I looked upon my native country's walls,
if once they were strong, now they were decayed,
fatigued by time's inevitable race,
by which their former valor now must fade.
I went out to the fields; I saw the sun
drink up the brooks now freed from winter's ice,
and cattle of the mountain grumbling,
which with its shadows stole from day the light.
I went into my house; I saw that, stained,
it was just rubble of an ancient room;
my walking stick, more bowed and bearing less.
I saw my sword was overcome with age,
and nothing left on which to fix my glance
Mi/ré/ los/ mu/ros/ de/ la/ Pa/tria/ mí/a,/ = 11 sílabas
Si un/ tiem/po/ fuer/tes,/ ya/ des/mo/ro/na/dos,/ = 11 sílabas
De/ la/ ca/rre/ra/ de/ la e/dad/ can/sa/dos,/ = 11 sílabas
Por/ quien/ ca/du/ca/ ya/ su/ va/len/tí/a./ = 11 sílabas
Sa/lí/me al/ Cam/po,/ vi/ que el/ Sol/ be/bí/a/
= 11 sílabas
Los/ a/rro/yos/ del/ hie/lo/ de/sa/ta/dos,/ = 11 sílabas
Y/ del/ Mon/te/ que/jo/sos/ los/ ga/na/dos,/ = 11 sílabas
Que/ con/ som/bras/ hur/tó/ su/ luz/ al/ dí/a./ = 11 sílabas
En/tré en/ mi/ Ca/sa;/ vi/ que, a/man/ci/lla/da,/
= 11 sílabas
De an/cia/na ha/bi/ta/ción/ e/ra/ des/po/jos;/ = 11 sílabas
Mi/ bá/cu/lo/ más/ cor/vo y/ me/nos/ fuer/te./ = 11 sílabas
Ven/ci/da/ de/ la e/dad/ sen/tí/ mi es/pa/da,/
= 11 sílabas
Y/ no ha/llé/ co/sa en/ que/ po/ner/ los/ o/jos/ = 11 sílabas
Que/ no/ fue/se/ re/cuer/do/ de/ la/ muer/te./= 11 sílabas
Miré los muros de la patria mía, 1 A si un tiempo fuertes ya desmoronados 2 B de la carrera de la edad cansados 3 B por quien caduca ya su valentía. 4 A Salíme al campo: vi que el sol bebía 5 A los arroyos del hielo desatados, 6 B y del monte quejosos los ganados 7 B que con sombras hurtó su luz al día. 8 A Entré en mi casa: vi que amancillada 9 C de anciana habitación era despojos, 10 D mi báculo más corvo y menos fuerte. 11 E Vencida de la edad sentí mi espada, 12 C y no hallé cosa en que poner los ojos 13 D que no fuese recuerdo de la muerte. 14 E
ANÁLISIS MÉTRICO
El poema se compone de catorce versos endecasílabos con rima consonante cuyo esquema métrico es 11A 11B 11B 11A-11A 11B 11B 11A-11C 11D 11E- 11C 11D 11E. Se trata de un soneto clásico, con los tercetos sin encadenar.
Verbos: Dan impresión de movimiento y acción
Senti= verbo de emoción y sentimiento
Muros:
- Metonimia representan a España, los Muros de España
- Alusión a España
- Símbolo de Fortaleza
o Fortaleza de Carlos V
- Antes eran fuertes (Carlos V) ahora destruidos (Decadencia)
o Antítesis
- Los muros también pueden representar al cuerpo del ser humano
o Otro nivel de lectura del poema
- Con la edad se va destruyendo
- Fuerte= Juventud .. Débil, Vejez
- Paso del tiempo
Antítesis:
- Fuertes y destruidos
o Claroscuro
- Caduca Y Valentía
o Vejez vs. Juventud
o claroscuro
Metáfora - Paso del tiempo
Tema: Fugacidad de la vida
Tiempo ha causada destrucción
Personificación: Muros cansados
1ª estrofa:
Hipérbaton
Cuarteto
Se plantea la fugacidad de la vida
Todo está sujeto al paso del tiempo
El movimiento del tiempo no se detiene
2ª estrofa:
Hipérbaton
- Me Salí al campo el sol bebía el agua del hielo derretido (personificación)
- El agua se evapora
- metáforas:
- Agua = vida
- Sol= Tiempo Da muerte cuando bebe
- Luz= Vida
- Vi los quejosos ganados del monte
o Se quejan porque algo robó el sol al día
§ Las nubes
- Paso del día a la noche= Paso de la vida hacia la muerte
- Este cuarteto plantea que el tiempo destruye todo.
3ª estrofa:
- Primer terceto
- Cambia de lo general a lo específico y a lo más personal
o Vamos desde el campo a la casa al cuarto a la espada etc.
o Casa es vieja y afeada.
o La casa puede ser casa real o puede ser metonimia por el cuerpo.
§ De nuevo se presenta la idea del cuerpo envejeciéndose con el tiempo.
o El báculo simboliza el poder
§ El baculo is a “staff like a shepards staff.”
§ Antes era fuerte ahora es débil.
§ Simboliza cómo con la edad se pierde el poder, y puede ser directamente asociado con Carlos V que perdió su poder al ponerse viejo y lo pierdo todo cuando fallece y sus hijos toman el reino.
- Esta estrofa habla de cómo todo lo que es personal a la voz poética se pone débil con el paso de tiempo.
4ª estrofa:
- Segundo terceto
- Espada simboliza valentía
o Metonimia para batalla.
o El la encuentra vieja y oxidada.
- Todo lo recuerda la muerte en los dos últimos versos.
1ª versión: Misma cosa
diferencias:
- Más personal dice “mi”
- En vez de hablar del báculo habla de vestiduras.
- Misma idea; un ejemplo diferente y es más personal.
Algunas figuras de lenguaje
Metáforas e imágenes metafóricas
"...muros de la patria mía, si un tiempo fuertes, ya desmoronados", probablemente referiéndose al recuerdo melancólico de la gloria en decadencia de España.
"...el sol bebía los arroyos del hielo desatados", donde el sol representa los restos de vida que aún quedan, y el arroyo el trayecto de la misma, helado porque carece de ella.
"...quejosos los ganados....con sombras", donde los "ganados quejosos" representarían a la humanidad perdida entre "sombras".
" mi báculo", que sería el propio narrador, ya anciano y débil, al igual que " mi espada", que también lo representaría.
Hiperbaton Se aprecian en los versos 3, 4, 9 y 1.
Elipsis - verbal del verso 2 (si un tiempo eran fuertes....).
Antítesis, en el verso 2 (fuertes-desmoronados), y el verso 8 (sombras-luz)
Perífrasis en el verso 3 (carrera de la edad - vida).
Encabalgamiento de los versos 5 y 6.
Personificación del verso 8 (“con sombras hurtó.....").
that was not a reminder now of death.
Salmo XVII - versión más personal, no la póstuma
SaLMO XVII
Miré los muros de la Patria mía,
si un tiempo fuertes, ya desmoronados,
de larga edad y de vejez cansados,
dando obediencia al tiempo en muerte fría.
Salíme al campo y vi que el sol bebía
los arroyos del hielo desatados,
y del monte quejosos los ganados,
porque en sus sombras dio licencia al día.
Entré en mi casa y vi que, de cansada,
se entregaba a los años por despojos.
Hallé mi espada de la misma suerte;
mi vestidura, de servir gastada;
y no hallé cosa en que poner los ojos
donde no viese imagen de mi muerte.
Letrilla: The Lord of Dollars
Over kings and priests and scholars
Rules the mighty Lord of Dollars.
Mother, unto gold I yield me,
He and I are ardent lovers;
Pure affection now discovers
How his sunny rays shall shield me!
For a trifle more or less
All his power will confess,
Over kings and priests and scholars
Rules the mighty Lord of Dollars.
In the Indies did they nurse him,
While the world stood round admiring;
And in Spain was his expiring;
And in Genoa did they hearse him;
And the ugliest at his side
Shines with all of beauty's pride;
Over kings and priests awl scholars
Rules the mighty Lord of Dollars.
He's a gallant, he's a winner,
Black or white be his complexion;
He is brave without correction
As a Moor or Christian sinner.
He makes cross and medal bright,
And he smashes laws of right,—
Over kings and priests and scholars
Rules the mighty Lord of Dollars.
Noble are his proud ancestors
For his blood-veins are patrician;
Royalties make the position
Of his Orient investors;
So they find themselves preferred
To the duke or country herd,—
Over kings and priests and scholars,
Rules the mighty Lord of Dollars!
Of his standing who can question
When there yields unto his rank, a
Hight-Castillian Doña Blanca,
If you follow the suggestion?—
He that crowns the lowest stool,
And to hero turns the fool,—
Over kings and priests and scholars,
Rules the mighty Lord of Dollars.
On his shields are noble bearings;
His emblazonments unfurling
Show his arms of royal sterling
All his high pretensions airing;
And the credit of his miner
Stands behind the proud refiner,
Over kings and priests and scholars
Rules the mighty Lord of Dollars.
Contracts, bonds, and bills to render,
Like his counsels most excelling,
Are esteemed within the dwelling
Of the banker and the lender.
So is prudence overthrown,
And the judge complaisant grown,—
Over kings and priests and scholars
Rules the mighty Lord of Dollar
"Don Dinero" in inglés y español
Such indeed his sovereign standing
(With some discount in the order),
Spite the tax, the cash-recorder
Still his value fixed is branding.
He keeps rank significant
To the prince or finn in want,—
Over kings and Priests and scholars
Rules the mighty Lord of Dollars.
Never meets he dames ungracious
To his smiles or his attention,
How they glow but at the mention
Of his promises capacious!
And how bare-faced they become
To the coin beneath his thumb
Over kings and Priests and scholars
Rules the mighty Lord of Dollars.
Mightier in peaceful season
(And in this his wisdom showeth)
Are his standards, than when bloweth
War his haughty blasts and breeze on;
In all foreign lands at home,
Equal e'en in pauper's loam,—
Over kings and priests and scholars
Rules the mighty Lord of Dollars.
—Thomas Walsh (translator)