Upata: Siglo XIX y primera mitad del XX

Independencia Postración y Resurgir de la Villa  

Independencia y República

Con la llegada del Siglo XIX la semilla de la rebelión y la adhesión de la gente humilde de Upata a la causa patriótica, no tardó en germinar, a pesar de su pequeño porte, su atraso y pobreza la joven pero pobre Villa de Españoles, se sumó a la causa patriota en 1817 cuando el General Manuel Carlos Piar, la utilizó para planificar la definitiva conquista de la provincia y expulsar a los españoles que se hacían fuerte en Angostura y los Castillos de Guayana.

Después fue cuartel general del Ejército Libertador, desde el cual despachaba el Coronel Félix Blanco, sacerdote de destacada participación en la Guerra de Independencia del lado de los patriotas . Para esa época, Upata contaba con unos 1600 habitantes.

Terminada la guerra de Independencia la villa estaba nuevamente agónica y olvidada, nuevamente comenzó a despoblarse, el ganado que daba sustento a la economía regional, necesario para el sustento de las tropas y el comercio con las colonias británicas, a cambio de recursos para la compra de armas y logística de guerra, declinó en número y entró en decadencia la ganadería próspera de las misiones.

Con más de 50 años a cuesta Upata sin embargo, no lograba en esos años oscuros tener una infraestructura arquitectónica al estilo de la vieja Angostura, sus viejas casas eran de barro y palma "carata", aún los más acaudalados no lograban reunir riqueza suficiente como para elevar de nivel la localidad y la República, incipiente y aún en guerra, estaba tan arruinada como la villa.

Pasado este proceso de incertidumbre económica y guerra, los habitantes del Valle del Yocoima cayeron en una especie de postración, su importancia decayó considerablemente, mientras un gran número de los antiguos pueblos de misión, dejaron de ser tal, por cuanto los indígenas se mezclaron y convirtieron en meztizos, otras etnias huyeron hacia los montes, como bien lo detallan los cronistas, otros murieron por fiebres y enfermedades desconocidas. Progresivamente la población sufrió un proceso de criollización o mestizaje, mientras que la ganadería comenzó a despertar con lentitud, las tierras antes en mano de los misioneros, fueron despojadas y ganadas para la República por un Decreto del Libertador, posteriormente fueron traspasadas al Colegio de Guayana, luego las compró Antonio Liccioni, el terrateniente más poderoso de esta región por largas décadas, socio en estos negocios del autócrata Antonio Guzmán Blanco, hasta que a finales del siglo XIX, en el umbral de la dictadura gomecista, comenzaron a gestarse las tradicionales explotaciones ganaderas tal cual las conocemos hoy, con hatos de propietarios diversos, unos extranjeros, otros comprados por familias acaudaladas o legados por varias generaciones de ocupantes de tierra.

Sin embargo, al vaivén de estas consideraciones sobre la economía ganadera, Upata también sobrevivió gracias a la explotación de otros rubros, sus alrededores se plenaron de cultivos de tabaco, que eran exportados por el puerto de Ciudad Bolívar, unos 7 mil quintales en una década, una cifra significativa para la economía regional pero escuálida en relación a la producida por la provincia de Barinas. Además del tabaco, que era de una calidad óptima, Upata también se benefició del cultivo y comercio de otros rubros, principalmente del cuero de res, cacao, café, también contaba con trapiches para producir aguardiente y papeloneras, el comercio de palo de aceite o copaiba, pero el impacto de estos negocios en la economía regional no fue significativo.

No sería hasta el descubrimiento y explotación de los placeres auríferos de El Callao, a finales del siglo XIX, desde la década del 1860, cuando Upata comenzó a despertar de su letargo, también se vio beneficiada por el comercio del balatá, aceite de copaiba y otros productos selváticos, explotados desde las selvas de Tumeremo y El Dorado.

En la segunda mitad del siglo XIX, con el oro y el comercio del purgo, sobrevino el despertar cultural y urbano de la villa. El viejo canton Upata, con jurisdicción sobre las antiguas misiones de Caroní hasta la frontera con Brasil, comenzó a lucir casas más robustas, elegantes, de tejas y paredes de bahareque, algunas de las cuales sobreviven, se crearon las primeras escuelas públicas, hospital, un cementerio evangélico y otro católico, comenzaron a editarse con cierta regularidad periódicos semanarios, mensuarios, y hasta obras de teatro, zarzuelas y conciertos irrumpieron en el pueblerino ambiente.

Este rastro de civilización tuvo en Don Pedro Cova, su mayor exponente, ya que prácticamente toda la labor de consolidación y rescate del viejo pueblo, tuvo en él su mentor, y por eso hoy se le rinde homenaje al ser bautizada la zona de El Manteco y la primera logia de Upata con su nombre.

Posteriormente el canton Upata fue dividido, se creó al Sur en las zonas mineras el Departamento Roscio y la villa de San Antonio se convirtió en la capital del Departamento Guzmán Blanco. Su población para el 1881 era de unos 4200 habitantes, la segunda en importancia del estado junto a la zona de Nueva Providencia- hoy El Callao- y Guasipati.

Luego Upata por el auge de la explotación aurífera al sur de sus predios fue disminuída en la división política territorial cuando se crea el Territorio Federal Yuruari, hasta que a principios del siglo XX adquiere su status actual como cabeza o capital de Distrito, bautizado Piar en honor al general Patriota, un territorio inmenso que contaba entonces y durante casi 90 años con una extensión de 30 mil kilómetros cuadrados, desde Puerto de Tablas o San Félix hasta la frontera con Brasil.

Padre José Félix Sánchez 

Este sacerdote tuvo una destacada actuación como administrador de las antiguas Misiones del Caroní y jefe militar del Ejército Patriota.  Operaba desde su Cuartel de Upata, luego de la toma de este territorio por el general Manuel Piar en 1817. 

Siglo XX: de pueblo a ciudad

En el siglo XX Upata lentamente de pasos de progreso. Su antiguo rol como punto estratégico del comercio de mercancías importadas hacia la rica zona aurífera de El Callao o Nueva Providencia, le otorgó un status especial, su población se mantuvo, crecieron sus calles y las familias que allí vivían se mezclaron con comerciantes venidos del Oriente del país, de Aragua de Barcelona, Carúpano, Barcelona, Guárico, Cumaná, igualmente a la zona llegaron emigrantes del otro extremodel Atlántico, corsos, escoceses, irlandeses, alemanes.

Era la Upata de los Carreros, que inmortalizara Rómulo Gallegos en Canaima, la de los wagones y los ruletos, los únicos medios de transporte para la travesía terrestre entre San Félix y los pueblos mineros, que arrastraban penosamente con bueyes y mulas las cargas auríferas y los productos importados de Europa, Trinidad y los Estados Unidos.

Estos medios de transporte no motorizados, crearon riqueza y dieron sustento a un comercio al mayor de gran importancia regional. No había carreteras sino penosos caminos con grandes obstáculos en el invierno, por la creciente de las quebradas y bajíos, mejor eso sí que el otro camino que por la misión de Guri comunicaba a Ciudad Bolívar con la región del Yuruari. No había tren y a pesar del caudaloso Caroní la vía fluvial era imposible de tomar, por los saltos y peñascos que impedían el paso de embarcaciones aguas arribas de este río.

Así se mantuvo la villa, hasta la primera mitad del siglo XX, viviendo en una absoluta calma, sin los avatares ni el dinamismo de otros pueblos de mayor actividad económica. No obstante se mantuvo, creció por algunas colinas, amplió sus calles, mudó su cementerio, mudó su hospital, conoció y se asustó con el primer coche y los primeros camiones, seguía siendo encrucijada y fue por largas décadas la segunda población del estado Bolívar, con un movimiento cultural vigoroso, que le valió el sobrenombre de la Atenas del Sur. Entre sus colinas y a pesar de la relativa pobreza de su población en Upata, se fundaban y extinguían periódicos políticos, literarios y comerciales.

Tiempo para la política

También tuvo tiempo Upata para la política, muchos de sus pobladores hicieron carrera en Ciudad Bolívar y Caracas, llegaron a ser presidentes y gobernadores de estado. Entre los gobernadores o presidentes de Estado nativos de la Villa del Yocoima destacaron en 1931 Don Toribio Muñoz, el ingeniero Rafael Sanojas Valladares en 1962. También de Upata eran los Generales Juan Fernández Amparan, quien junto a Juan Vicente Gómez actuó en la toma de Ciudad Bolívar a principios de siglo XX, Pedro Manuel Castro, famoso por sus leyendas guerreras durante la segunda mitad del siglo XIX y el legendario Pedro Lanz, General de guerrillas en las escaramuzas del ese mismo siglo.

Durante el periodo del gomecismo no se sintió en la capital de Piar, mayor represión, dada la tranquilidad del pueblo, el carácter conservador de los habitantes que aquí habían quedado, y por cuanto sus hijos más encumbrados e indóciles en la política, fundadores de partido como Raúl Leoni, ejercían esta actividad en capital de la República.

De Upata surgieron nombres resonantes a nivel nacional, Raúl Leoni, presidente, Siso Martínez, ministro de Educación, Alejandro Otero, pintor y escultor, familias no menos resonantes, los Thayladar, los Acevedo Castro, los Casado, los Fernández, los Coronil, los Rodríguez Jiménez, los Gómez, los Cova, y tantos otras, de gran resonancia a nivel nacional y regional.

Por otra parte la población también evolucionó con la llegada de nuevos emigrantes de Europa, que se sumaron a los pocos corsos, irlandeses y alemanes que se habían establecido en la zona. Esta nueva oleada de inmigrantes estaba compuesta por españoles gallegos, italianos de Sicilia, Nápoles y la Calabria, portugueses de Madeira, libaneses, palestinos y sirios, que huían de la penuria de la post guerra en Europa o de la miseria y las confrontaciones armadas en las naciones del Medio Oriente.

El centro de Upata se llenó y revitalizó con los nuevos habitantes, quienes en su mayoría se dedicaron al comercio y le dieron un mayor dinamismo a la incipiente ciudad, fundando almacenes, zapaterías, abastos, panadería, hoteles y otros negocios de servicios.


Datos de población de Upata Departamento Guzmán Blanco en el Censo de 1870.