Expansión urbana Siglos XX y XXI  

Urb La Camiña y Residencias Cacique Yocoima.

CC Rossi y nuevas edificaciones en la av Raúl Leoni.

Upata después de un siglo XIX de altibajos, con el nuevo Siglo XX obtuvo un nuevo impulso, que le permitió por décadas mantener una discreta población cercana a los 4000 habitantes, cifra que mentiene para 1931. En 50 años no creció la población. Pero sobrevivió y no sufrió la suerte de tantos pueblos fundados en el 1700, de los que hoy sólo existen tímidas referencias históricas y casi ninguna huella arqueológica.

Para 1941 Upata según el censo de población eleva timidamente su población a 4.100 personas. En el municipio 13 mil habitantes se esparcían de manera dispersa por sus cuatro puntos cardinales, hasta la zona minera, agroforestal y pecuaria de El Manteco, y El Palmar, hasta la región de El Pao y el viejo Puerto de Tablas, hoy San Félix. En 1951, con el influjo y la influencia de los primeros desarrollos industriales y mineros de lo que hoy es la Zona del Hierro, la población inicia su ascenso, ya que sólo en Upata se contabilizaron 6.999 habitantes y en el municipio 18.832. En 1961, a un año del bicentenario, la población de Upata se sitúa en 12.753 habitantes y la del municipio sube a 26.199. Diez años después en 1971 Upata posee ya unos 21.000 habitantes.

En 1981 la población se sitúa en 32 mil habitantes. En 1990 la ciudad concentra unos 46 mil habitantes, mientras que en el municipio la población se aproxima a los 65 mil habitantes. La OCEI para el año 2000 calcula la población en unos 89 mil habitantes, mientras que en Upata proyecta 69 mil personas.

En lo atinente a su territorio Upata sufre varios desgarramientos. Primero pierde a San Félix, cuando se crea el Municipio Caroní en la década del 60. 25 años después en 1995 la Asamblea Legislativa la separa de El Palmar, al crear el Municipio Padre Chen. 

Antes, al sancionar la creación del Municipio Gran Sabana, había perdido unos 20 mil kilómetros cuadrados de territorio, y su frontera anteriormente en contacto con Brasil, se corre hacia la zona de Canaima.

En la década del 50, con la consolidación de Puerto Ordaz y el movimiento humano hacia Palúa, El Roble y el viejo San Félix, Upata cede el segundo puesto en la jerarquía regional, y pasa a ser la tercera ciudad del estado, muy distante de la población y desarrollo que alcanzan Ciudad Guayana y Ciudad Bolívar.

Paralelo a este fenómeno desde la Villa del Yocoima parten hacia San Félix, Puerto Ordaz y Ciudad Bolívar, hacia Caracas y la zona petrolera de Anzoátegui, pequeñas oleadas de emigrantes.

En compensación jóvenes orientales del estado Sucre, Monagas y en menor medida margariteños y deltanos, comienzan a establecerse en Upata, aprovechando su cercanía al área industrial de Matanzas, las facilidades de transporte que dan las empresas básicas y beneficiándose del proyecto de construcción de la Represa del Guri. En el 70 Upata comienza su expansión urbana continua al consolidarse como ciudad residencial, comercial y de servicios de centenares de trabajadores de las empresas básicas, que se asientan en el Valle, por su clima, por el bajo costo de las viviendas, cómodos alquileres, el acceso barato a algunos productos de la dieta básica. La tranquilidad y el bajo índice delictivo, así como los vínculos familiares sólidos que mantienen sus habitantes, estimulan a muchos de sus habitantes a permanece acá, a pesar de la falta de oportunidad o el hecho de trabajar en Ciudad Guayana.

Lo viejo y lo nuevo, la upata antigua dando paso a las edificaciones comerciales en su centro histórico.

En la década del 60 Upata además del casco central se reducía a unas pocas urbanizaciones y barrios. La urbanización Bicentenario, inaugurada en el 62 con motivo de los 200 años de la Villa del Yocoima, fue la pionera, estaba ubicada en un excelente terreno llano, entre las dos vías principales que se ramificaban del centro, la avenida Valmore Rodríguez construida a finales de los años 60 y la calle Independencia, que se extendía hasta la salida a Guasipati, y era el asiento de las primeras industrias forestales de aserrío de la zona.

Bicentenario primeramente se le conoció como Santo Domingo, a un costado suyo se había construido un hermoso parque, con atracciones para el juego infantil, laberintos, tobogán, cilindros, caminerías, churuatas. Más allá surgieron las primeras casas de Bicentenario II, luego nació en el 70 una nueva urbanización, bautizada Rafael Caldera, incipiente existían alguna casas en Bella Vista. Hasta acá llegaba Upata por el Este, hacia el Norte solo había la calle principal de Santo Domingo II, con residencias aisladas y la prolongación de la Monagas. La Milagrosa estaba a un costado del viejo parque ferial de Upata, construido estratégicamente al lado de la sede del Ministerio de Agricultura y Cría.

Incontables hazañas de coleadores y ferias agropecuarias se organizaron en este sector de la ciudad, pero al desaparecer esta infraestructura, la zona comenzó a poblarse de casas de tablas, fue quizás esa la primera invasión "organizada" en el pueblo, y la génesis de lo que hoy conocemos como Las Tablitas.

Hacia el Sur comenzaban a surgir las primera expansión del barrio La Antena, y se preparaba el movimiento de tierra para la urbanización Banco Obrero. El Guamito, era casi un caserío aislado de la ciudad, durante las crecientes del Yocoima y la quebrada de El Caballo, que impedían el tránsito automotor, permitiendo apenas el paso por un viejo puente metálico de exclusivo uso peatonal.

El Corozo también era unas casas aisladas, también de difícil acceso. Hacia el Oeste sólo la urbanización San Antonio, obra de la democracia adeco-copeyana, y los barrios Merecure, Borbón, la 23 de Enero, 19 de Abril y calle Piar, eran los sectores poblados, siempre por escasas familias, y con vías de tierra en su mayor parte. A esto se limitaba la ciudad.

Sin embargo, Upata, a pesar de sus carencias económicas, por la falta de fuentes de empleo industrial y un mayor dinamismo comercial, comenzó a consolidarse como centro poblado intermedio. Este crecimiento si se quiere de magnitud apreciable para su modesta base productiva interna, concentrada en las actividades agrícolas, pecuarias, madereras, gubernamentales y de pequeños comercios y áreas de servicios, se hizo notorio y evidente a partir de 1975, cuando la calle Independencia, fue convertida en avenida desde el cruce con la Ruiz Pineda hasta la Urbanización Bicentenario. Esta obra, construida a paso de tortuga, y con un diseño realmente limitado para su ampliación futura, fue bautizada Raúl Leoni en homenaje al hijo ilustre de El Manteco que fue presidente entre 1964 y 1969. Posteriormente esta avenida se amplió hasta el cruce con la Polanco, en diagonal con el Centro de Salud de la ciudad, y la última ampliación fue hasta el cruce con la avenida Rómulo Gallego cerca del Terminal.

El centro de Upata en los años 80 del siglo pasaado, mostrando ya su fisonomía moderna, debido a la expansión y mejora de las edificaciones comerciales. (Foto Colección Róger Aular)

Parte de la ciudad ha crecido hacia sus colinas occidentales, y en el centro aumenta la densidad de edificaciones, en sustitución de las viejas casas provincianas de la Villa del Yocoima.

Viviendas rurales para una ciudad poco urbanizada

Después en la década del 80 Upata se inició su expansión definitiva al Este, el Sur y el Oeste. Con Luis Herrera comenzaron a construirse un grupo notable de soluciones habitacionales tipo vivienda rural en lo que hoy constituye Libertador, Carlos Enrique Alvárez, Alberto Palazzi o Las Malvinas e Hipódromo Sur.

Estas viviendas, a pesar de sus modestas dimensiones y de haber sido levantadas sin mayor pretensión de ordenamiento urbano y servicios básicos, prontamente fueron invadidas o asignadas en plena ebullición del populismo.

En algunos casos fueron literalmente tomadas por la fuerza, para alojar en ellas a centenares de familia que habitaban zonas inundables del Yocoima y otros sectores de alto riesgo.

En esa misma década del 80, en sus inicios se proyectaron, otros proyectos habitacionales más ambiciosos, entre éstas las viviendas multifamiliares de Coviaguarn, como centro residencial del contingente de efectivos de la Guardia Nacional, que se concentraban en el Destacamento 78 de la FAC, pero al ser mudado este comando a Ciudad Guayana, el proyecto construido en un 70 por ciento fue repentinamente paralizado y las casas quedaron abandonadas a su suerte, hasta que se suscitó su ocupación por parte de familias sin techo.

Paralelamente otros proyectos desarrollados con la tradicional lentitud de pueblo fueron también paralizados a medio construir o ya culminados.

Se daba un fenómeno interesante y casi único en el país, ya que muchas urbanizaciones permanecieron años frías, sin ocupantes. No obstante con el paso de los años la tendencia se invirtió cuando la demanda de viviendas se hizo superior a la oferta. El conjunto residencial El Bosque, fue uno de esos experimentos, que de pronto recobró vida, sus bloques solitarios de repente se hicieron atractivos y fueron ocupados.

Por la Perimetral surgió en la década del 80 la urbanización de clase media Loma Verde. A su costado, por lo que fue siempre zona de conuncos, piñales, pedregales y hábitat de animales de carga, un grupo de pioneros, aventureros y osados comenzaron a darle forma a un nuevo barrio, esta vez bautizado 3 de Mayo.

Por el Sur, además de Carlos Enrique Alvárez, surgió una nueva urbanización, bautizada La Victoria, San Lorenzo, se acercó progresivamente a Upata, y un nuevo proyecto de Cementerio Municipal lo convirtió pese a su distancia y rostro de caserío rural en parte inseparable de la nueva ciudad.

Por ese mismo rumbo, apareció la pequeña urbanización Monserrat. El Guamito, creció, se extendió con nuevas casas rurales hasta casi rozar con Los Coloraditos, un viejo lugar de recolección de relleno y basurero ilegal, que a finales del 80 fue proyectado como la sede del Complejo Ferial de Upata, otra obra de la democracia, largamente paralizada, hasta su rescate definitivo y puesta en marcha en 1994.

El Guamito por su parte comenzó a fundirse con el final de la Calle Alberto Ravell, con La Antena, y Banco Obrero. Un ramal de ese poblado comunicaba con Hipódromo Sur, construida a principios del 80, sin servicios y en condiciones deplorables.

Siguiendo una especie de anillo, desde 1980 estaba también desprovista de habitantes la hoy acaudalada Urbanización La Campiña, cuyas casas por más de 5 años permanecieron vacías y sin compradores.

Por ese mismo camino se llegaba al Hipódromo Las Guarataras, quizás uno de los puntos más lejanos del casco urbano principal de Upata en la década del 70, cuando se consolidó como el principal atractivo turístico y de diversión de la Villa del Yocoima, que incluso llegó a alojar a un costado una nueva manga de coleo, que luego fue sustituida por la privada que operó por la vía El Guamito- Los Coloraditos.

A principios del 70 la zona aledaña a la Campiña, y al Matadero Viejo, estaba todavía habitada por bestias, burros, ganado vacuno, y era por lo general utilizada como basurero ilegal de la ciudad, con caminos de arena.

Pero ese sector en la década del 80, a mediados de esos años, comenzó con fuerza a ser el epicentro de un incesante proceso de ocupación urbana, desorganizado en su mayor parte.

En menos de cinco años hasta el 90 surgieron Las Guarataras, Brisas de la Campiña, La Floresta y se consolidó la ocupación de Coviaguarn.

Urb Manuel Piar al este de la ciudad, en los límites con las colinas de Guacarapo La Viuda El Toro. Y entrada al sector Sierra III desde la Av Ráu Leoni con Rómulo Gallegos.

En los 90 sigue la expansión urbana residencial

En el 90 se comenzó la construcción de un nuevo proyecto: la urbanización La Loma, ejecutada con financiamiento de Del Sur. En esa misma década surgieron las urbanizaciones públicas José Gregorio Hernández, Antonio José de Sucre, Andrés Eloy Blanco y la privada Villa Los Mangos, en el sector Hipódromo Sur.

En esa misma década se expande la semi rural Sierra Tres y Santo Domingo, se puebla el área de San Marcos, San José y La Romana. Igualmente la CVG y luego Invibolívar desarrollan la urbanización Manuel Carlos Piar, quizás una de las de mayor tamaño y población de la nueva Upata, con más de 500 viviendas para la clase popular y la clase media.


Por el Norte el crecimiento de Upata eleva colinas en Los Chivos II, surge el barrio Los Chorros, el caserío La Armonía se integra a la ciudad, nace un nuevo sector al lado del distribuidor a la Autopista, otro es fundado en lo que se denomina Colinas del Yocoima, y los viejos barrios de La Laguna, Maturín, la 23, 19 de Abril, Tocorito, la Piñerúa, se expanden y reciben algunas mejoras en su vialidad y servicios.

Hacia el Oeste, La Caramuca, anteriormente una zona de carrizales, es terraceada y convertida en urbanización de viviendas rurales, con sus áreas cercanas de Borbón, Valle Alto, Chapire,  la Pugas Padilla y el propio caserío homónimo de La Caramuca rural.

Más allá de la Represa Cupapuicito, Sabanetica y Sabaneta mantienen su población y su nivel de contacto con Upata. Se cierra así la fase de expansión de la ciudad del Yocoima, que ahora posee nuevos urbanismos, uno en el sector Terrazas de La Armonía, otra ya planificada en Coviaguarn Este, Nueva Imataca, Ezequiel Zamora, Villa Salud antiguo Hipódromo Las Guarataras, el urbanismo de Chapire Villa Paraíso, la III Etapa y los minibloques de la Urbanización Manuel Piar.

Urb Alberto Palazzi,  construida entre 1979 y 1980, iniciando su gobierno el presidente Luis Herrera Campins, hoy conocida como Las Malvinas. Arriba urbanismo Manuel Piar en 1996, fecha en la cual fue ocupado hace 25 años.

Toda esta zona del Valle de Yocoima hoy ocupada por edificaciones, vialidad, barrios, urbanizaciones y centros de comercio y servicios, era en su mayor parte espacios silvestres, potreros, terrenos baldíos, con viviendas muy dispersas. Es a partir de 1980 cuando al este y Sur de la Urb Rafael Caldera y del sector Santo Domingo II, se inicia su proceso de ocupación y crecimiento urbano, con lo cual la población de Upata dio un salto de 21 mil a los más de 100 mil habitantes de la actualidad.

Desde los 70 y 80 Upata vio florecer las inversiones inmobiliarias del sector comercial y residencial, a la par del crecimiento de su población, que la ha ratificado como el tercer municipio del estado Bolívar.

Día de oficio religioso en la antigua iglesia de Upata, sustituida por el actual templo de San Antonio de Padua.


Radio Guayana 820 AM un proyecto del radiodifusor Sócrates Hernández, desde los 60 hasta el 2000, durante 40 años marcó la pauta como el principa medio de difusión de Upata, en la gráfica instalaciones técnicas en el sector posteriormente bautizado como La Antena como recordatorio a la que allí se erigía como atalaya metálico de la ciudad.

Desaparecida cuartel del Cuerpo de Bomberos, en la Plaza Piar, en este sitio se construye hoy la que será la sede de la Orquesta Sinfónica Infantil y Juvenil de Upata.


Casa de Balcón, sobrevive al avasallante cambio de fisonomía del casco histórico, que sustituye sus viejas casonas con edificaciones comerciales.


Casona en la calle Piar con Ayacucho, la modernidad la arrasó y en su lugar fue levantado un inmueble comercial.

Iglesia de San Antonio de Padua tal como se veía en la década de los 80 del siglo pasado, antes de ser remodelada su fachada.

La sede actual del Ejército en Upata, en la calle Beneficiencia, primero hospital, luego liceo, fue una obra de la Venezuela que resurgía tras los años de la férrea dictadura de Juan Vicente Gómez. Construida por iniciativa del gobierno de Isaías Medina Angarita.