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Tras un heroico esfuerzo, luchando y venciendo obstáculos, incomprensiones de algunos parceleros  que no creían en la viabilidad de este proyecto conservacionista sino en el sostenimiento de un modelo de explotación agrícola poco amable con el medio ambiente, hace dos décadas el docente Giovanny Sánchez Coro tuvo un sueño, una idea, una propuesta de largo plazo, que hoy se ha convertido en realidad, y que es un ejemplo de cómo la constancia es capaz de vencer la apatía. Ese proyecto, cristalizado en un bosque en recuperación, rehabilitación y en continua expansión, sobre tierras que se creían estaban perdidas por la acumulación de mineral estéril proveniente de movimientos de tierra, lleva por nombre Parque Ecológico La Alegría. Se trata de un proyecto ambiental, que cuenta ahora con el respaldo de las instituciones locales, regionales y nacionales de gobierno, que tras dos décadas de trabajo y lucha de su creador el profesor Giovanny Sánchez Coro, docente de amplia experiencia y  también líder vecinal y conservacionista, fue reconocido como tal por decreto municipal en el 2021 en plena pandemia. 

La inauguración de este espacio como alternativa de recreación y educación ambiental fue realizada entonces en un acto oficial, en el cual estuvieron presentes la la alcaldesa Yulisbeth García, la Coordinación Estadal del Ministerio de Ecosocialismo, como ente supervisor del proyecto y rector en materia ambiental. En esta jornada destacó  participación de  la Misión Piar,  del Ministerio de Desarrollo Minero Ecológico coordinación regional Bolívar, la Misión Árbol, voceros y representantes del sector cultura, e integrantes de la comunidades de Sabanetica Chapire, entre otros. 

El Parque Ecológico La Alegría, según precisó el profesor Sánchez Coro,  es un atractivo turístico ambiental que tiene por objeto la conservación del medio ambiente, en especial dar sostenimiento a  un bosque en expansión, con una variedad de flora y fauna adaptada a las condiciones ambientales de la zona, su clima, altitud, relieve y suelos, sobre una superficie de 3 hectáreas. "La idea es que en futuro cercano se pueda ampliar a 4 ó 5 hectáreas, cuando se complete el ciclo de recuperación y reforestación de las zonas impactadas negativamente  por la construcción del urbanismo Chapire; y se avance en la rehabilitación de otros mantos boscosos aledaños, que resultaron afectados por la intervención humana descontrolada, que afecta la biodiversidad y el equilibrio ecológico de nuestras zonas silvestres". 

Al respecto señaló el ambientalista que luego de muchas gestiones ante los entes oficiales y organizaciones conservacionistas ha logrado contar ahora con el apoyo institucional necesario para darle impulso y lograr por la vía legal  que la zona natural protegida Parque La Alegría se haya convertido, desde marzo del 2021 hasta la fecha en  el primer parque ecológico del municipio Piar.

En cuanto a los objetivos del proyecto indicó que "este parque se crea con el fin de desarrollar un espacio ecológico mediante el repoblamiento de variedad de especies de flora, lo que permitirá preservar y cuidar árboles emblemáticos, útiles, o esenciales para el equilibrio ecológico y el sostenimiento de la fauna tropical, que de manera sistemática ha vuelto a pernotar en el área recuperada: aves como los guacamayos que con mayor frecuencia recorren esta alfombra vegetal en sus movimientos diarios, las guacharacas que tienen aquí su hábitat, los monos araguatos, que desde los bosques más lejanos también han comenzado a retornar a estos espacios, y los perezosos, que han sido reinsertados a estos bosques aprovechando la abundancia del árbol yagrumo, que le proporciona su alimentación básica.

El periodismo en Upata, evolución y situación actual


Desde 1862, hace más de 150 años, con el periòdico El Guaica, se inicia el periodismo en Upata. Esta fue la primera publicación impresa de la que entonces era la segunda población de la región Guayana. Su fundador y promotor fue el empresario Pedro Cova. Despuès siguieron muchos proyectos de prensa política, comercial, literaria, y de asuntos generales. Más de 30 periódicos tuvieron en Upata su sede, pero eran por lo general proyectos de corta duración, que dependían exclusivamente de la iniciativa individual de sus promotores.

La prensa como proyecto empresarial no pudo prosperar o convertirse en una alternativa de desarrollo comunicacional en Upata, debido a lo precario de su base comercial, de servicios e industrial, y a los costos cada vez más altos de las imprentas y toda la infraestructura necesaria para darle vida a esos proyectos.

Si bien no había condiciones para el establecimiento de la prensa diaria, en Upata nunca faltaron iniciativas individuales de periódicos locales, que tuvieron en escritores como las hermanas Acevedo Castro directoras y fundadoras de El Alba su mayor expresión, ya que a pesar de las duras condiciones económicas de la Upata provinciana de principios del siglo XX pudieron sostener por dos décadas, de 1922 a 1940 su semanario o quincenario El Alba, el periódico de mayor prestigio y duración de los que han nacido en la pequeña ciudad. Otros periódicos a considerar son El Espartaco, El Minero del cronista Juan Francisco Girón, también incursionaron en el periodismo local Alberto Vera Vera, el doctor Gervasio Vera Custodio, entre otros.

Sin embargo, con el desarrollo vertiginoso de Ciudad Guayana, que hizo explosión con fuerza desde la década de los 60 y 70, en Upata las iniciativas individuales y empresariales en materia de prensa escrita prácticamente llegaron a un punto ínfimo, ya que la ciudad comenzó a considerarse como una especie de satélite de la dinámica comunicacional que se generaba con fuerza en Ciudad Guayana y en menor medida en Ciudad Bolívar, a tal punto que en vez de diarios o periódicos locales, comenzó a surgir la figura de las corresponsalías de los diarios regionales más importantes, como lo fueron desde entonces El Luchador, El Expreso y El Bolivarense de Ciudad Bolívar, y el Correo del Caroní, El Pueblo, El Guayanés y Notidiario de Ciudad Guayana.

En esta época de los 60, 70 y 80 destacaron periodistas como Alexander Compianni, Carlos Colina Yánez, Reyes Maita, Nolasco Guarisma Álvarez, más tarde se incorporan con fuerza Misael Briceño, con su famosa columna Babandí, el barquisimetano prestado a Guayana Isidro Casanova, el profesor Eligio González con su columna semanal en el Correo del Caroní, entre otros. Desde los 80 también irrumpe con fuerza en las labores del periodismo de investigación y crónica histórica cultural el desaparecido Pedro Quijada Marcó, así como el profesor Ángel Romero.

Posteriormente hay que destacar el surgimiento del primer y único diario de Upata, comenzando la década de los 90, como lo fue El Tepuy, un proyecto comunicacional del empresario de origen italiano Giovanny Palumbo, que primero tuvo como sede Santa Elena de Uairén, pero que al poco tiempo se trasladó a Upata, donde funcionaba en un galpón en el kilómetro 1 de la vía a Guasipati. Sus directores fueron Isidro Casanova, Nolasco Guarisma Álvarez y Miguel Bellorín egresado de la Universidad del Zulia. Entre sus reporteros destacamos a Nerio Márquez Jr, también egresado de la LUZ, quien a lo largo de tres décadas ha desarrollado junto a Miguel Bellorín, un trabajo intenso tanto en el periodimso impreso como en el radial.

Precisamente y luego de culminada la experiencia de El Tepuy, último diario de Upata, en la ciudad y a pesar de que ya cuenta con una base económica empresarial más robusta, no han surgido más medios impresos o periódicos, salvo algunos ejemplares comerciales de Rafael Páez de la organización Rodríguez y Páez, entre otros El Yocoima.  


De esta manera quedó una vez más la capital del municipio Piar, como sede de la corresponsalías de sur de los diarios regionales, que desde la década de los 90 hasta nuestros días, surgieron, se consolidaron y otros desaparecieron en su edición en papel, debido a los altísimos y prohibitivos costos de la prensa escrita, que ya no resulta rentable o que dejó de ser por lo tanto un negocio para el sector privado regional.

Entre esas corresponsalias destacaron en su momento la del diario de Ciudad Bolívar El Progreso, que tuvo como corresponsal al comunicador William Pérez y para ediciones especiales a William Astudillo. El Guayanés que tuvo en los 90 como corresponsal a Nerior Márquez y por poco tiempo al licenciado Juan Ruiz Correa, egresado de la UCV, quien también se desempeñó como corresponsal del Sur del diario Nueva Prensa de Guayana, que tuvo entre otros como reporteros en la zona a Miguel Bellorín, a Frank Reyes, Eligio González, posteriormente egresado de la UNICA, y las licenciadas María Martínez e Indira Zamora, egresadas de la Universidad Bolivariana.

También hay que indicar la presencia activa del licenciado de la Bolivariana Freddy Marrero, corresponsal por más de una década del diario Primicia, a José García, y de las nuevas generaciones Joan Guadeli. Pedro Bogarín ambos expertos en el medio radial, entre otros. 

En Upata actuamente todas estas corresponsalías están prácticamente desaparecidas, con trabajo de prensa de investigación y reportajes eventuales, pero no periódicos, debido a que las ediciones de papel de los citados diarios regionales, salvo Primicia y El Progreso hasta hace poco tiempo, ya dejaron de circular en su edición en papel, y la labor comunicacional de los periodistas se ha enfocado al cada vez más presente ámbito del periodismo digital o por Internet, donde publican sus trabajos de prensa, reseñas, reportajes, entrevistas o columnas de opinión en los portales web de los ahora diarios digitales Nueva Prensa, El Progreso, Diario de Guayana, El Luchador, Correo del Caroní.

Surgió recién hace una década un proyecto de periodismo en línea denominado Upata Digital, dirigido por el periodista David Paché, que constituye por ahora junto con el diario en línea El Informativo, un periódico de formato digital que publica el comunicador Randolph Palacios.

Además es preciso destacar que la vigencia del periodismo local en Upata tiene en la radio su principal aliado o medio de difusión, ya que a diferencia de las publicaciones impresas, todavía el costo de producción de los espacios informativos en las más de 10 emisoras en frecuencia modulada de Upata no resulta prohibitivo o demasiado oneroso, y desde hace una década, desde principios del 2010, la mayoría de los periodistas profesionales o empiricos que hacen vida en la ciudad, se han visto obligado a emigrar al medio radial para realizar allí su trabajo como productores de noticieros, programas de entrevistas, y de información especializada.

En conclusión el periodismo en Upata se ha tenido que adaptar a los nuevos tiempos de sustitución de los contenidos analógicos de la prensa escrita por la información en los medios digitales, aprovechando las nuevas tecnología de la comunicación, las bondades de los contenidos multimedias, texto, fotos, video, audio, infografías, que les permiten interactuar directamente con la audiencia a través de Internet. 

Su otro espacio de trabajo actual en modo analógico y en ocasiones a través de portales digitales, lo sigue siendo la radio, un medio con mucha fuerza y audicencia en Upata, tanto por la cantidad de emisoras que existen hoy en la ciudad, como por la elevada audiencia que tienen las mismas en horarios diurnos, y por la disponibilidad de personal especializado, profesionales de la comunicación de las nuevas generaciones, que se están formando en los centros de educación superior de Venezuela.

Upata en el libro y la literatura.doc