El Gaucho

Idea del Diorama: Prof. Fernando Assuncao

Escultura del Gaucho y caballo: Prof. S. Pérez de León

Pintura de Paisaje: Prof. Walter Planke.

Cabellos y peluca: Cepellini

Fotografía: Leonardo Díaz (funcionario)


El diorama se encuentra ubicado en

la Sala Nº 3 - "La Edad del Cuero"

Diorama El Gaucho

Representa un gaucho de comienzos del siglo XIX, con su caballo. El hombre viste chambergo o gacho de paño negro, con barbijo de cinta; pañuelo de seda cubriéndole la cabeza; camisa de lino, chaleco de seda bordado, cinto o tirador tipo guayaca, cerrado con rastra de dos botones; chiripá de "a pala"; un poncho tipo "patria", atado a la cintura y caderas; botas de potro y espuela nazarenas. A la cintura un gran cuchillo o facón. De su muñeca derecha pende el rebenque "cola e Tatú" . Su caballo es de pelaje bayo naranjo, cabos negros y algo pangaré; ensillado con un serigote (recado de dos cabezas altas), con carona de vaca, cojinillo de cuero ovino y sobrepuesto de carpincho; cabezadas y riendas de cuero crudo, freno con copas y pontezuela de hierro. El lazo a la antigua sobre la grupa y cola. Esta la lleva el animal atada indicando su carácter de redomón.


EL GAUCHO

El autóctono primer soldado de la libertad.

Cuando en la banda oriental del Uruguay y del Plata empezó a esbozarse la historia, y los gloriosos montoneros de la libertad, y a prestigiosamente encabezados, pretendían la conquista de una patria futura, al llamado de los caudillos siempre fueron los indios los primeros en acudir; los primeros cuando no los únicos.

Este soldado imprescindible, cuya ejemplar tenacidad preparó la emancipación de estas tierras; valeroso, sobrio, astuto, jinete sorprendente, baquiano y rastreador, no se llamaba « indio » a sí mismo, ni podían llamarlo «indio » los mestizos, por tratarse de una derivación supuesta por el invasor, que confundió las Américas con las Indias; era guaraní de raza y « charrúa » por su tribu, pero esta denominación la había dejado en los toldos. No alcanzaba a definir la trascendencia de la obra en que colaboraba, para llamarse soldado o montonero de la libertad, aspiración que él sentía intensamente en su espíritu. Dejó, pues, de ser « charrúa » al abandonar sus toldos, pero trajo de ellos su nueva honrosa designación: «huachu».

El «huachu» - gestación del Gaucho.

Los primeros indios que se presentaron a las primeras guerrillas históricas, es indudable que han dado a comprender a los mestizos que en ellas encontraron, por señas o con lenguaraz, que podían tener plena confianza en su lealtad y en sus armas, que aunque « charrúas » eran «huachus»: guerreros nómades, que iban desafiando a la muerte, sin más armadura ni más compañía que su sed de venganza.

En idioma Guaraní, a un ser humano o a un animal que se presenta solo, huido o sin procedencia conocida, se le llama «huachu»; por extensión o por analogía, es también «huachu» el que se aparta sin rumbo, hacia vida ambulativa.

El guerrero nómade charrúa era, por lo tanto, «huachu» en la clasificación y terminología usual de su tribu.

No había, pues, otra forma de distinguir a estos cruzados, que con el título de «huachus».

Paulatinamente sus hazañas hicieron famoso ese nombre, que infundía el terror al enemigo y confianza a la montonera.

Legión de seres maravillosos en su temeridad.

« Semidesnudos, brotados de la tierra a cada paso», dice un historiador.

Leyes e inflexiones de evolución fonética, según lo indican los lingüistas y lo prueban los idiomas autóctonos, han hecho que el vocablo « huachu » pasara por las t transformaciones de «huacho», más tarde «guacho» y finalmente «gaucho».(1)

Nuestra historia preparaba sus primeras páginas, cuando «Gaucho » era un símbolo de guerra, y la fama de los hombres así llamados volaba con alas de leyenda.




Bibliografía:

"EL GAUCHO-Su orijen y evolución" de Vicente Rossi (uruguayo).

Río de la Plata 1921 - Edición de la IMPRENTA ARGENTINA de Córdoba.