Sylvia Plath - La rival

Si la luna sonriese, se te parecería.

Das la misma impresión de ser algo hermoso.

Pero aniquilador. Las dos brilláis con una luz prestada.

Su boca en forma de O manifiesta su congoja

Por el mundo, la tuya, tu indiferencia.


Y tu primer don es el de trocarlo todo en piedra.

De repente me percato de que me hallo en un mausoleo:

Ahí estás tú, tamborileando con los dedos en una mesa de mármol,

Buscando cigarrillos, rencorosa como una mujer, aunque no tan nerviosa,

Muriéndote por decir algo a lo que nadie rechiste.


También la luna doblega a sus súbditos,

Pero a la luz del día resulta ridícula.

Por otro lado tus insatisfacciones llegan

A mi buzón con afectuosa regularidad,

Blancas y anodinas, expansivas como el monóxido de carbono.


No hay día en que no tenga noticias tuyas,

Mientras deambulas, quizás, por África, pero pensando en mi.

Julio de 1961

Sylvia Plath en Poesía Completa: Sylvia Plath [1961] (Ed.Ted Hughes) [2009]