Sylvia Plath
El amor es un paralaje

“La perspectiva traiciona con su dicotomía:

las vías del tren siempre se encuentran, no aquí, sino

en el imposible ojo de la mente;

los horizontes se baten en retirada tal como embarcamos

en mares sofistas para alcanzar esa marca

donde las olas pretenden empapar el cielo real.”


Bien, entonces, si estamos de acuerdo, no es extraño

que el diablo de alguien sea el dios de otro

o que el espectro solar sea

una multitud de grises matizados; el suspenso

en las arenas movedizas de la ambivalencia

es la némesis de nuestra vida entera.”


Así que podemos delirar, querido, tú y yo,

hasta que las estrellas nos arrullen

con cada cósmico pro y contra;

nada cambia, por todo el resplandor

de nuestra drástica jerga, aunque las agujas del reloj

se mueven implacables de las doce a las una.


Alzamos nuestros argumentos como patos sentados

para derribarlos con lógica o suerte

y contradecirnos solo por diversión;

la garzona sujeta nuestros abrigos y nos ponemos

en el crudo viento como una bufanda; el amor es un fauno

que insiste en que sus compañeros de juego corran.


Ahora tú, mi duende intelectual

quieres que me trague todo el sol

como una enorme ostra, bajando

el océano en un solo trago: dices que una marca

de un cometa hara-kiri a través de la oscuridad

debería incendiar a la ciudad dormida.


Así que besa: los borrachos sobre la cuneta y las damas

en dudosos pórticos olvidan sus nombres de lunes,

y se divierten con velas sobre sus cabezas;

las hojas aplauden, y el viejo pascuero vuela

esparciendo dulces desde un zepelin

haciendo sus prodigiosas payasadas.


Sylvia Plath de Poesía Completa: Sylvia Plath [1962] (Ed.Ted Hughes) [2009]

Trad. Nicolás López-Pérez