Sylvia Plath
Al borde

La mujer se perfecciona.

Su cadáver

muestra la sonrisa del triunfo,

la ilusión de una Griega necesidad

flota en los pliegues de su toga,

sus desnudos

pies parecen decir:

hemos llegado muy lejos, se acabó.

Cada niño muerto se enrosca una blanca serpiente

cada quien con su pequeño

tazón de leche, ahora ya vacío.

Ella se los envuelve

en su cuerpo como los pétalos

de una rosa cerrada cuando el jardín

sofoca y sangra olores

desde la suavidad, profundas gargantas de la flor de la noche.

La luna sin entristecerse de nada

observa desde su capucha de hueso.

Ella la usa para estas cosas.

Su crujido negro y arrastrado.

5 de febrero de 1963

Sylvia Plath en Poesía Completa: Sylvia Plath [1962] (Ed.Ted Hughes) [2009]

Trad. Mario Bojórquez