Sylvia Plath - Bajíos de magnolia
Aquí arriba, entre los chillidos de las gaviotas,
paseamos por un laberinto pálido
de reliquias moteadas de rojo, de conchas, de pinzas,
como si aún fuese verano.
La estación nos ha dado la espalda.
Y, sin embargo, los jardines del mar verde
encallan, se doblegan y recobran el aspecto
de los imperecederos
jardines de los libros antiguos
o de los tapices de un salón;
las hojas se alabean y se vencen a nuestro paso,
a causa también de este mes tardío.
A nuestros pies, una gaviota blanca
vigila su saledizo alisado con juncos,
espantando a las otras gaviotas,
recogiendo la cosecha con su pico: los cangrejos
que deambulan por su campo de piedra,
los mejillones que se arraciman azules como uvas.
El acuarelista ase con fuerza
el pincel, bajo el aire severo.
El horizonte está desnudo de barcos,
la playa y las rocas, desnudas.
El hombre pinta una ventisca de gaviotas:
el batir de las alas resuena en el invierno.
Octubre de 1959
Sylvia Plath en Poesía Completa: Sylvia Plath [1959] (Ed.Ted Hughes) [2009]