Sylvia Plath
Los mensajeros
¿La palabra de un caracol en el plato de una hoja?
No es mía. No la aceptes.
¿Ácido acético en lata?
No lo aceptes. No es auténtico.
¿Un anillo de oro con el sol dentro?
Mentiras. Mentiras y una pena.
Escarcha en una hoja, el caldero
inmaculado, que habla y crepita
para sí en las cumbres respectivas
de nueve Alpes negros.
Una perturbación en los espejos,
el mar haciendo añicos el suyo gris…
Amor, amor, mi estación.
4 de noviembre de 1962