Todo aquel que se ocupa de su ser interior, que trabaja con su ser interior, es un Judío espiritual. Ninguno de nosotros puede llegar a la unión con las cualidades superiores, hasta tanto no realice correcciones. Todos los nombres que vemos en la Biblia como Moisés, Abraham, etc. son fuerzas especiales. Toda la Torá, el Antiguo Testamento habla acerca de una sola alma. Abraham es una fuerza, Sara es una fuerza, y lo que vemos es la fuerza masculina y la fuerza femenina. Y esta fuerza usted tiene que formarla dentro suyo.
Ningún hombre puede llegar a la realización hasta tanto haya desarrollado el lado femenino dentro suyo. Y lo mismo sucede con la mujer. Solo cuando ambas fuerzas se han desarrollado dentro de la persona, podemos decir: "El justo como la palma florecerá". Si el hombre quiere llegar a realizarse tiene que desarrollar su lado izquierdo, el lado femenino en su interior. Cuando descuida este lado y solo trabaja con su poder masculino, en cierto modo tiene defectos. El hombre tiene que desarrollar ambos. Lo mismo para la mujer, solo cuando se ha desarrollado ambas fuerzas en el interior se puede llegar a la realización, a la integridad.
Solo cuando uno ha producido un desarrollo interior, solo entonces podemos decir que uno es libre, libre de los deseos animales. Solo entonces podemos decir que uno tiene control sobre su personalidad. Cuando el hombre y la mujer se casan, recuerde que esto es solamente una relación externa, desde el ser exterior. Por supuesto que cada uno de nosotros tiene necesidad de sexo, comida y bebida, pero esto no quiere decir que uno tenga una relación. A través de la conexión con su marido o esposa usted solo se ve a sí mismo, ve su lado derecho o su lado izquierdo. Pero recuerde, la verdadera relación reside en y con su interior. La verdadera fuerza de la Creación reside en maljut, los aspectos masculinos y femeninos únicamente existen en este mundo, no hay separación en el mundo espiritual.
Sea consciente de que en Cabalá sólo hablamos de lo espiritual y que nunca, recuerde que nunca hablamos en Cabalá acerca del cuerpo físico o acerca de las emociones. El cuerpo puede ser cambiado, sabemos que el corazón es puramente físico, uno puede reemplazarlo, y un órgano es algo puramente físico. Pero el alma permanece inalterada; el alma no es algo físico sino espiritual. No hablamos de este mundo. Por supuesto que existe un paralelo con este mundo, y tenemos que utilizar palabras de este mundo, pero esto no quiere decir que hablemos de este mundo. Por ejemplo, puedo hablar acerca del Papa de Roma, pero no estoy hablando acerca de la persona, de la persona física, sino acerca de alguien que tiene el poder y lidera esa religión. Tenga esto en mente cada vez que comience a leer.
Y hay otra cosa que siempre debe tener presente, y es la pregunta - ¿por qué estoy aquí? ¡Para conocer? ¡En absoluto! Estamos aquí sentados juntos porque queremos aprender cómo ponernos en contacto con lo espiritual. Lo espiritual es la luz que brilla y centellea dentro de nosotros. Lo que llamamos material, el ser terrenal es el ser exterior. Y esto no es un tema en la Cabalá, y esto es muy importante que lo recuerde y comprenda. Solo cuando esté preparado para hacer las correcciones dentro de usted mismo, es decir no siguiendo el camino del ser exterior sino comenzando a encontrar el camino hacia el interior, entonces y solo entonces podré darle algo. Solamente lo estoy guiando hacia el ser interior, pero ese tiene que ser su deseo también.
Pero para ir hacia su ser interior, usted tiene que penetrar todas las capas del ser exterior. Solamente dentro de su ser interior encontrará la esencia, este es el punto en el que tiene lugar el desarrollo, del hombre y de la mujer en cada uno de nosotros. Solamente cuando la persona ha logrado balancear esto es llamada "una persona justa", o "un santo". Solamente en su interior usted puede desarrollar lo masculino y lo femenino, para estar en equilibro tiene que ir hacia su ser interior.
Hay cuatro formas de comunicación:
La primera y más baja es el aspecto de recibir para recibir.
Esto significa que uno quiere recibir no importa lo que suceda, cual sea el resultado, yo quiero recibir. Por ejemplo uno quiere algo, no importa qué, lo que importa es que desea poseerlo. Aquí vemos el robo, el hurto, etc. Este es un deseo animal puro, una forma de egoísmo animal.
La fase siguiente es: Yo doy pero quiero recibir.
Este es un aspecto que también pertenece al ser exterior. Hay un refrán que dice “yo le rasco la espalda, y usted rasca la mía”. Esto no es dar, esto es hacer un trato, y sea consciente de que esto ocurre de la manera más sutil!! Esto es llamado egoísmo cultural. Como yo lo soporto, usted ahora tiene que soportarme también. Es una actitud infantil. En la medida que una persona se encuentra en estas dos fases no está listo para la Cabalá.
La fase siguiente es dar por dar.
Tiene que haber un deseo en el corazón. Tiene que estar el conocimiento, el saber que cada uno solamente está guardando las apariencias. Cuando se ha llegado a este punto, se ha llegado al origen del dar por dar. Este es el punto de partida de la corrección pero no es el objetivo final.
No tengo la fortaleza para llegar a la cuarta fase: la fase de recibir para dar. ¿Qué queremos decir cuando mencionamos el nombre del Creador? ¿Quién es el Señor? El Señor es el aspecto de dar, la fuerza de otorgamiento. No sabemos quién es el Señor mismo, nunca lo sabremos, pero lo que conocemos es su manifestación. Y esa es la cualidad del otorgamiento; Su cualidad es el aspecto de la generosidad absoluta. Esta cualidad es vertida en el Universo; solo hay absoluta generosidad.
Y nosotros estamos hechos con esta cualidad, la cualidad del altruismo. En algún lugar en lo profundo de mí también tengo esta cualidad. Pero la contradicción es que estamos hechos solo para recibir, cual es la manera por la que recibimos no es importante. El Señor solamente quiere dar, y cómo recibimos lo que Él nos está dando es debido a nosotros.
Cuando solo hay recepción no hay vida en absoluto. Y el dar para recibir es una comedia, una mentira. Todo lo que aparenta ser otorgamiento en este mundo no lo es. Es la historia diciéndonos que tenemos que dar; tenemos que dar dinero por ejemplo para Greenpeace o para cualquier autoridad que necesite dinero. ¡Tenemos que dar para salvar al mundo, pero esta no es la forma de llegar a la corrección!! Ninguna religión, ninguna persona religiosa puede llegar a la corrección a través de la dádiva descripta anteriormente.
Pero cuando hablamos de recibir para dar, yo recibo y quiero dar, quiere decir que veo que Él es el único que da y el deseo del Creador es que yo reciba, entonces yo doy para el placer del Creador. Ya sabemos que cuando recibimos algo y estamos complaciendo a aquel que da, también es una forma de dar. Y esto es desconocido en este mundo. Es un obsequio desde arriba y para nosotros es como un regalo precioso. Esto es dar por motivo de la luz de corrección, sacrificarse uno mismo en favor de la Luz, la Luz original de la
Creación. Esto es la luz de jojmá, el otorgamiento, y la luz de jasadim, la recepción. Dentro de cada ser hay una distribución de luz en toda clase de capas y a esta estructura completa de luz la llamamos partzufim. En cada persona se puede hallar este brillo, en lo más profundo de lo profundo hay una cavidad de este resplandor. Ustedes tienen que aprender a experimentar el mundo espiritual, ya que no hay conocimiento en la Cabalá con el intelecto, con la cabeza. Tienen que ir más allá del conocimiento. Y esto es totalmente contrario a lo que hacemos, especialmente en el mundo occidental. Aquí uno piensa en recibir honores, cuanto más intelecto, más grande el honor. Y es imposible sacrificar el intelecto. Comprender a través del intelecto, ese es el impedimento.
Leyendo esto se puede comprender mejor esta expresión, desistir de su intelecto/razonamiento en mérito a lo Superior. Todo está dentro de usted. Y no hay necesidad de sacrificarse, lo que usted sacrifica es solamente desde el ser exterior. Todo está dentro de usted, lo que usted sacrifica es para el ser interior.
No hay necesidad de sacrificar animales. En tiempos antiguos el hombre era muy primitivo, era como un niño. Era muy primitivo en sus ideas, no entendían bien, ahora sabemos que al sacrificio que vamos a realizar es sacrificar la fuerza animal, la fuerza más baja dentro de usted. No era posible para el hombre en aquellos días ver su ser interior; ésta es la primera generación que puede ver el ser interior. En aquellos días su conocimiento era muy pequeño y su ego aún no estaba desarrollado.
En la actualidad hay un enorme deseo de recibir la luz. ¿Qué necesito para recibir el agua? Necesito un barril. Lo mismo ocurre con la luz; la luz necesita un receptor. Un barril es como el vacío dentro de mí, a través de mi amor por mí mismo recibo la vacuidad. A través del amor propio puedo ver el vacío y luego puedo ver la desesperación, la más profunda desesperación. Y necesitamos esto porque solo entonces podemos ver. ¿Qué es lo que vemos? Que todo se vuelve inútil, superfluo; solo entonces podemos recibir la luz. Ahora vemos la vida como dulce/ amargo. Pero en el lugar más profundo vemos el destello de la luz. Y ese es el lugar del ser interior.
La zona neutral, la zona en la cual pueden ser sentidos el bien y el mal es mi ser exterior. Sea consciente de que el ser exterior no es mi cuerpo físico, ni mi piel, ni mis huesos, ni mis emociones. Estos corresponden al lado exterior de mi alma. Esta es la parte que denominamos el alma animal en el hombre. El ser interior es el alma divina. Y entre ambas zonas (en cierta forma el mundo neutral no es una buena palabra) vemos la zona del hombre que puede corregirse a sí mismo.
El ser exterior
La zona de corrección
El ser interior
Únicamente el ser exterior necesita corrección, lo bueno y lo malo en él. En esto vemos todos nuestros deseos, la riqueza, el poder y la ciencia. En esta zona vemos los deseos del más grande destructor, pero también los del más grande científico. Y esta zona necesita corrección. Y sepa que la religión no nos conduce a la corrección de esta zona; estas se ubican en el lado interior del ser exterior pero sigue siendo el ser exterior. Tenemos que atravesar esta zona también. Tenemos que traspasar la zona de la tradición, la cultura, etc., para alcanzar el ser interior. Y la religión no puede conducirnos a este punto, todavía es una historia para niños, y en la medida uno cree en la religión, cree en la historia. Y la historia es para los niños, pero usted tiene que crecer. Recuerde y sea consciente de esto: la religión se detiene en el lado interior del ser exterior.
Si uno quiere llegar a su realización, hacia su desarrollo integral tiene que estudiar Cabalá, porque con la Cabalá aprendemos cómo ir más allá de nuestra comprensión. Y a no ir por debajo de nuestro intelecto, ya que aquí encontramos al fundamentalista. Cuando uno está debajo de su intelecto no está en contacto con lo espiritual, no trabaja sobre sí mismo. Pero el que llega al límite, el que se corrige a sí mismo, el que experimenta lo bueno y lo malo, ha llegado al punto del despertar que denominamos "el punto en el corazón". El Creador no quiere mentiras. Hay una sola manera de llegar cerca del Creador y eso es trabajando sobre uno mismo. Está escrito en el libro "Las puertas de la salvación": "Cuando usted se brinda a sí mismo, las puertas en su ser interior se abrirán".
Solamente a través de la entrega uno puede llegar realmente a la paz verdadera. Lo que uno tiene que hacer es sacrificar su ser exterior para llegar a su ser interior. Todas las capas están dentro de uno, |es todo es suyo y esta es su tarea, llegar experimentar todas estas capas y sacrificar, esto es lo que queremos decir con entrega, trabajar sobre usted mismo! Es usted el que tiene que aprender a ir más allá de su comprensión, más allá de su intelecto, entonces podemos ver la vía hacia la salvación. Recuerde que el Creador no interfiere con la existencia exterior; Él no escucha su ser exterior, el lado animal del hombre. Usted tiene que llegar al absoluto vacío, hasta el punto de la desesperación más profunda, al punto de que no pueda ver el camino, que no haya ninguna oportunidad, que no haya quedado ningún poder en su vida, porque entonces, y solo entonces uno comienza la búsqueda. Y esta generación, nosotros somos los pioneros en preparar el camino que nos conduce al ser interior.
El Zohar es la Torá escrita en el lenguaje del mundo espiritual. El Zohar es el comentario de la Torá. Todo está escrito en estos libros, en el lenguaje del mundo espiritual, de las leyes del Universo. Y estos libros nos están diciendo que el sacrificio solo concierne al ser interior. Uno tiene que aprender a otorgar desde su ser interior. No hay ninguna otra manera de dar.
Lo que hacemos, lo que llamamos dar es solamente desde el ser exterior. ¡No imagine que usted tiene algo para dar!! Es usted quien tiene que llegar a la convicción, no solo eso, el que tiene que sentir que no hay nada que usted pueda dar y solamente entonces usted puede sentir la victoria. En tanto perdure aunque sea el más mínimo punto de convicción de que uno tiene algo para dar, estaremos perdidos. Tenemos que trabajar en nosotros mismos primero, es decir dar en su ser interior. Esto es lo que queremos decir por “sacrificando el alma exterior, el alma animal”.. Y cada uno de nosotros tiene que llegar a esta experiencia porque solamente entonces el deseo del ser exterior se hace transparente.
Shalom!