Balneario "Las Cañas"

(Nota de Rene Boretto Ovalle)

En los últimos años, los destinos turísticos han cambiado radicalmente. No es necesario buscar los orígenes de las decisiones de los turistas potenciales para reconocer que se ha dado un vuelco importante de las preferencias hacia lugares no tradicionales en lo que ofrece turísticamente el país.

En determinado momento, una alta autoridad estuvo por hacer una aseveración a la prensa respecto al fracaso de la temporada porque "había 50.000 personas menos en Punta del Este que en la misma fecha del año pasado." Por suerte, alguien que se dedica a los estudios estadísticos, le salió al cruce. "Cómo va a fracasar la temporada si hay más gente que el año anterior?. Lo que pasa es que los turistas están en el litoral oeste..."

Sitios no tradicionales como playas sobre ríos y arroyos, lugares para camping, las termas, eran lugares que habían despertado la preferencia de aquel turista que se dirigía todos los años hacia el este y que dieron la pauta que había que volver la vista hacia el interior como oferta seria en atractivos.

En efecto, quizás por los avatares económicos, pero en los últimos años se ha notado un incremento impresionante en esta área geográfica limítrofe con Argentina, donde encontramos una mayor profesionalización de esta oferta.

Uno de estos sitios es, justamente, el Balneario Las Cañas, una mansa playa de río sobre el Uruguay, a 8 kilómetros de Fray Bentos, acaparadora de turistas en tal cantidad que la población flotante es a veces mayor que la propia capital fraybentina.

EN UNA DE LAS VUELTAS DEL RÍO URUGUAY.

Por la constitución geológica de la región, muy altas barrancas de tosca, creadas por insistentes arrastres eólicos de fino polvillo hasta 30 millones de años, las costas de esta zona se caracterizaron tanto que desde mediados del siglo XVII se las reconoce en planos y mapas europeos como "las barranqueras" de Fray Bentos, recordándonos hermosas leyendas que en otras notas las compartiremos.

A causa de estas imponentes salientes que desafían con sus pies de piedra a las aguas del Río Uruguay, las costas se han ido perfilando por milenios, creándose pequeñas playadas entre barranca y barranca, reteniendo las blancas arenas que dejó aquel mar querandinense cuando se retiró después de haber tapado casi todo lo que hoy es territorio uruguayo. Las Cañas es una de estas playadas encerradas entre puntas rocosas y el monte autóctono, llega hasta casi ser acariciado por las aguas de colores cambiantes.

Aquí, en este lugar, la Intendencia de Río Negro es propietaria desde la década del 40, habiendo permanecido el lugar como el elegido para que las familias fuesen a disfrutar de sus fines de semana de fiestas familiares y campestres.

Hacia 1950, todo comenzó a profesionalizarse, por la insistencia de la gente en concurrir al que se comenzó a llamarse "balneario" y allí se inició un proceso de aprovechamiento del lugar y a dotarlo de infraestructura para hacer más agradable la visita de los turistas, construyéndose un Parador en lo alto del predio, dominando el paisaje.

También pronto se prestó atención a la hermosa barranca principal, posterior a la playa, donde se pensó y pronto se llevó a cabo, un loteo pensando en la construcción de casas para los momentos veraniegos.

LA MAYOR INFRAESTRUCTURA DE CAMPING DEL INTERIOR.

Los esfuerzos municipales, inteligentemente diagramados, reinvirtiendo el producido económico que el turismo producía, sobre todo en los últimos quince años, dieron el sesgo profesional al aprovechamiento de la naturaleza en este sitio.

Se dispone de 40 hectáreas de montes bordeando el río, bajo el cual se han diagramado sectores para camping, todos con los servicios mínimos e indispensables, y algunos de ellos con la totalidad de ellos, como ser servicio directo de una administración, luz, agua potable y servicios higiénicos inmediatos. Los lugares aptos para los campamentos tienen excelente sombra de los guayabos, coronillas, sauces criollos, higuerones y ceibos y sin alejarse demasiado se cuenta con asadores, bancos y mesas, duchas al aire libre, lavaderos para ropa y vajilla y servicios de proveedurías.

En plena temporada, se dispone de información turística, comunicaciones locales y de larga distancia, bomberos, Prefectura Naval, policlínica, alquiler de viviendas, ventas de artesanías y souvenirs, etc. Para la distracción, se hacen espectáculos y una Secretaría de Deportes municipal planifica todo tipo de actividades para los campamentistas.

Varios establecimientos comerciales que se licitan en pre temporada, brindan todo tipo de servicios, desde pizzerías hasta restaurantes, comidas para llevar, heladerías, etc.

El municipio dispone de varios cuerpos de moteles que se encuentran habilitados todo el año y que en temporada son muy solicitados. A esta capacidad hotelera, se le agrega la perspectiva de alquilar a privados en el cercano centro poblado.

VIVIR EN LA BARRANCA CON EL RÍO A LOS PIES.

La planificación del uso de este entorno ha sido muy interesante, logrando cubrir un amplio espacio de terreno con un loteo de 250 terrenos que actualmente cuentan con una urbanización moderna, con caminos que acompañan el paisaje y todos los servicios. La totalidad de estos predios ya han sido vendidos y por las exigencias municipales, se ha logrado un verdadero "boom" en la construcción. Los jovenes arquitectos locales se han lucido con sus diseños y propuestas, todas que reclaman la atención y las felicitaciones de los visitantes.

La gran mayoría de quienes comenzaron a vivir "por el fin de semana" ya se han trasladado y viven en forma estable en este tranquilo lugar, que tiene la seguridad de los servicios principales a escasos ocho kilómetros.

Este Centro Poblado, ha despertado también la inquietud de los argentinos. Muchos de los dueños de terrenos y casas de fin de semana son de ellos y ya se ven "caras conocidas" de la TV que han descubierto a Las Cañas para perderse y "desenchufarse" de la labor y ajetreo diario. No es para menos, a escasos metros, la barranca se termina y cae abruptamente hasta encontrarse con el río Uruguay que acá enseña orgulloso sus siete kilómetros de ancho. Del otro lado, como un horizonte lejano, las islas y la tierra argentina es donde se esconde el sol y contribuye a uno de los espectáculos naturales más hermosos de que se pueda disfrutar.

EL QUE BUSCA NATURALEZA, ENCUENTRA.

Ya son muchos los convencidos de que no solamente hay que venir a Las Cañas en pleno verano. Todos los meses tienen algo diferente y aún en invierno, aunque el río se disfrute observándolo, los paseos por debajo del monte, descalzos en la arena blanca o pescando pejerreyes desde la costa, es muy fácil hallar un placer en la visita.

Los fraybentinos dicen -con una razón que usted puede comprobar- que si una imagen vale por mil palabras, una visita a Las Cañas vale por mil imágenes.

Y no son pocas las personas que, procedentes de la Argentina o de otros departamentos litoraleños han desentrañado este misterio de encontrar a la naturaleza detrás de cada árbol, en cada puesta de sol o en las caminatas de "turismo aventura" perdiéndose en el monte virgen cuando se hacen algunos pocos kilómetros a pie río Uruguay abajo.

FRAY BENTOS los invita, porque hacemos honor a nuestra idea al salir a vuestro encuentro. Participarlos de lo que significa este pequeño rincón del "río de los pájaros pintados" es decirles que hemos encontrado para ustedes, un real sitio de disfrute total de la naturaleza. Sin dudas, Las Cañas es un lugar donde quienes la visita, se sienten formando parte del nicho ecológico que la naturaleza tan sabiamente ha creado y el hombre, con inteligencia, lo ha mantenido, sabiendo que retener las imágenes naturales, resguardar los trinos de las aves, cuidar que el sauce crezca sano y admirar las aguas frescas, es resguardar para todos un extraordinario atractivo natural.