Hacia un Sistema patrimonial departamental

No precisamente el afecto por el conocimiento está en boga. No obstante todas las posibilidades y oportunidades que la tecnología nos ha abierto últimamente, las mismas no están siendo aprovechadas para cultivarnos; para acercarnos a nuestras fuentes y para vanagloriarnos aunque sea íntimamente de que conocemos en qué lugar estamos parados en el tiempo y en el espacio.

Cada día nos desvinculamos más de esa información, de esos datos simples que nos ponen en referencia con nuestros orígenes. O para comprender más o menos cabalmente el territorio donde estamos residiendo y donde nuestra sociedad crece.

Ni qué decir que ya no conversan demasiado los nietos con los abuelos para saber más de aquellos “tiempos idos”. Si quisiéramos criticar –responsable y positivamente – podríamos abrir un largo y profundo debate de cómo se ha abandonado en la educación primaria el afecto a nuestras raíces sociales y culturales, tocadas tangencialmente y sin que se las introduzca en el conocimiento real.

Dicho sea de paso, simplemente por hacer un “test”, me acerqué a veinte niños de esos que se sientan hasta altas horas de la noche sin aparente control de sus mayores en aquellos lugares donde “hay conexión” para usar sus “XO”. Oh sorpresa! Todos estaban disfrutando de juegos y NINGUNO dijo tener guardada información sobre la historia de la ciudad.

Quizá no sea tarde para agregar un ámbito más de la internet para la difusión del conocimiento de nuestras cosas o quizá para crear un ámbito donde niños, jóvenes (y ahora los jubilados con sus tablets) puedan hallar información de real valor histórico y patrimonial que les ilustren sobre sus antecedentes sociales y culturales.

Por ello es que estamos proponiendo espacios que emulen proyectos que grandes bibliotecas mundiales ya están haciendo realidad, pero con un alcance de infinitesimal tamaño como los conocimientos de las cosas que nos rodean diariamente.

Evidentemente, ha habido un “estudio de mercado”. Previamente hubo un intenso y acaso profundo testeo para comprender qué tipo de conocimientos “residen” normalmente en los uruguayos de ahora, de acuerdo a sus edades. Como si no hubiese sido lo esperado, el resultado fue que “los más jóvenes” adolecen de un “desprendimiento” casi total de la información básica para la identidad: historia local, nombres de fundadores de la ciudad, nombres y rasgos biográficos de personas y personajes importantes del departamento; nombres de creadores de artes, letras y música, breve historia del barrio donde viven, por qué las calles de su ciudad se llaman como se llaman… etc.

HACIA UN SISTEMA INFORMATIVO COMPARTIDO. Ubicados en el extraordinario medio de difusión masiva como es la internet, hemos ido colocando algunos de estos “espacios” para guardar la información en que se basa la real identidad como personas y como sociedad departamental. Pequeños “oasis” de información, al menos para que nadie diga que “no hay información en ningún lado”, como se escuda mucha gente cuando ni siquiera busca lo que necesita encontrar.

Estos “espacios” son repositorios, baúles virtuales, depósitos circunstanciales de informaciones simples pero bien fundamentadas como para valerse de ellas “para desasnarse” personalmente o para buscar la respuesta de lo que “me preguntaron en el liceo”.

Pretendemos que esta idea se convierta en un “sistema patrimonial” es decir que sea una interacción de diversos componentes que unificados, concatenados y debidamente propuestos al público, funcionen como una “biblioteca virtual” donde (gracias a la tecnología) sea posible hallar textos, gráficos, fotos, vídeos, etc. en sus diferentes formatos. En la mayoría de los casos, presentados temáticamente.

Los lugares hasta ahora en calidad de “proyectos pilotos” se encuentran en:

· http://sesquicentenario.wordpress.com/

· https://sites.google.com/site/spdrionegro/

IMPOSIBLE TAREA PARA POCOS. Es evidente que debemos hacer un llamado a la participación, a sentirnos todos dueños de los proyectos y aunar la intervención de todos aquellos que disponen información o que pueden proporcionarla con seriedad y veracidad. Docentes, investigadores, historiadores, directivos de entidades socio culturales, comerciantes y empresarios, políticos, etc. son depositarios en sus mentes, en sus recuerdos y en su documentación institucional o empresarial, de cosas que irremediablemente seguirán el camino del olvido si no se “fijan” en algún lado.

No es fácil hoy día editar libros de la manera tradicional, pero si con la ayuda tecnológica de nuestra sociedad de hoy logramos introducir en la red de redes estos datos, podrán encontrar una forma de que “alguien los encuentre” de acuerdo a sus intereses y necesidades. No estamos “descubriendo la pólvora”.

Por ello es que la propuesta del “Sistema Patrimonial Departamental” quiere prender en el interés de la comunidad y sus actores. Acaso podemos imaginar en qué breve tiempo podríamos recopilar la información que todos disponemos con un simple esfuerzo de cada quien? Quién no escribe la historia de su club deportivo, las remembranzas de “cuando era chico”, el nacimiento del barrio, los aconteceres y vivencias, las letras de sus canciones propias o preferidas, la biografía de un personaje al que admiramos, el relato de los abuelos y “lo que me contaba mi bisabuela”…. En fin.

La propuesta de este “sistema” es tan simple como difícil de alcanzar. Porque no es fácil imaginar lo poco que necesitaríamos de cada uno para ayudar a “llenar” estos espacios virtuales con información valedera.

Una de las cosas que pretendemos como positiva, es que estamos guardando la información de cómo vamos haciendo este proceso y pretendemos ponerlo a disposición de otros para que la idea de los “sistemas patrimoniales” pase a ser un proyecto de vinculación nacional y en red. Algo así como una verdadera “biblioteca nacional virtual”.

BENEFICIO DIRECTO PARA LA COMUNIDAD. No hay algo más estresante que buscar algo que sabemos que existe y no poder encontrarlo. “Yo sé que lo tengo… en algún lado…” ; “Eso yo lo sé… lo tengo en la punta de la lengua…”.

Si acaso tuviésemos la idea que toda esa información se encuentra depositada en un espacio virtual donde todos somos dueños y nadie nos niega el acceso, las respuestas a miles de cosas estarían no más allá de un “clic”. “Democratización de la información” como dirían en la prensa.

“Navegar” por estos espacios ahora propuestos, nos hará ver que ya ha comenzado este proceso de aportes comunitarios. Lo interesante es que cada quien “firma” sus aportes y se va notando cómo poco a poco se van sumando “los granitos de arena”. Como jugando con el abuelo a taparlo de arena en la playa: un baldecito tras otro y pronto ayudaremos a tapar la ignorancia y la desinformación.

Es cuestión de ponerse….

Rene Boretto Ovalle

Diciembre de 2015.