En conclusión, considero que haber culminado la Práctica Docente I, fue una experiencia enriquecedora y gratificante en mi quehacer educativo, pues me permitió visitar distintos centros educativos, además pasé de solo observar los procesos a ser un ente activo en ellos, pues tuve que realizar varias intervenciones con los alumnos del Centro Educativo Pilar de Jesús Domínguez.
De igual forma, valoro el portafolio de experiencias como un medio de suma importancia durante el proceso de enseñanza, puesto que permite recopilar y publicar diferentes vivencias durante la formación como futuros docentes.
Lo anterior nos lleva a pensar que estamos recorriendo nosotros mismos como estudiantes de educación esta vivencia a redescubrirnos como seres pensantes y reflexivos sobre nuestra práctica diaria para ser mejores maestros y forjadores de personas, quedando claro que tenemos que enseñar al mismo tiempo que aprendemos la capacidad de reflexionar sobre nuestra enseñanza.
En definitiva nos damos cuenta que la reflexión sobre la práctica educativa es un reto y requiere de esfuerzo para cumplir con los propósitos u objetivos que nos fijamos con dicha acción, aunque algo importante es que al realizar esta acción podemos mejorar nuestra labor como docente.
Por tal motivo concluyo, que la reflexión de la práctica educativa es necesaria para establecer vínculos de crecimiento y desarrollo profesional, para los docentes que interactúan y optan por esta forma de trabajo, debido a que se adquieren experiencias e ideas innovadoras para llevar a la práctica y al mismo tiempo se replantea la dinámica de la práctica educativa.