En primer lugar tendremos que crear nuestra imagen de futuro, nuestro "objetivo general", eso que queremos ser o lograr. Quiero resaltar "crear imagen de futuro". Imaginar es más complejo y más vivencial que establecer un objetivo. La imaginación conecta más con las potencialidades biológicas, no solo racionales. No es solo racional, también es intuitiva.

Somos potencialidad y esa imagen habrá de conectarse con nuestra potencialidad, para permitirnos transitar hacia ella. ¿Cuál es la semilla que nos hará posible la creación de ese futuro?

Nuestra semilla ha de tener dos características o cualidades:

a. Que por su naturaleza nos permita crear ese futuro. "No pidas peras al olmo". Si quieres peras siembra un peral. Si siembras un olmo, aunque lo cuides, lo mimes, lo riegues, l e pongas música de Mozart...no crecerá un peral y no podrás disfrutar de sus peras. Quizá te sientas decepcionado y enfadado con él porque le has dado todo...pero recuerda que no está en su naturaleza dar peras.

Quieres un futuro con cierta estabilidad, no te gusta el riesgo... no aspires a crear una empresa como autónomo.....

b. Que tenga que ver con nosotros. Que pueda fructificar en el terreno adecuado que somos nosotros

Puede que un amigo gane mucho dinero con un tipo de trabajo que exige extroversión... pero yo tengo un carácter más introvertido, no será un tipo de trabajo adecuado para mí...

Mis proyectos han de ser adecuados para mí

Un profesional nos puede decir si esa semilla, por su naturaleza puede producir los frutos que pretendemos. Pero decidir si es adecuado para mí, en último término, solo lo puedo decidir yo. Solo yo puedo saber si, además de a mis cualidades, se adecua a mi carácter, a mis gustos, a mis aspiraciones... Puedo recibir ayuda para tomar la decisión, pero la decisión solo ha de ser mía.

Cumplir un sueño requiere mucha energía. Si no veo que el camino elegido para ese sueño tiene que ver conmigo, con mis capacidades, mis ilusiones, con lo que me hace sentir vivo... va a ser difícil que esté dispuesto a poner toda la carne en el asador.

Es una decisión importante, porque si me equivoco, por más que cuide esa semilla, no llegaré a mi sueño. Aunque esa importancia siempre es relativa, porque la vida es suficientemente larga para rectificar y los errores son fuente de aprendizaje.