El paraíso de las mujeres esta en Vizcaya…y se llama Bermeo

Mujeres en medio de la calle….Mujeres sentadas a las puertas de las casas….Mujeres asomadas a las ventanas….Grandes cantidades de mujeres por todas partes…Unas mujeres grandes…, fuertes, tostadas por el sol y el aire marino, y que despiden un olor a salitre que produce mareos.

A la orilla del mar encuentro todavía más mujeres que dentro del pueblo. Charlan, discuten y manotean apiñadas en grandes grupos. Yo me meto entre ellas, un poco cohibida, porque en Bilbao me han dicho que las mujeres de Bermeo, no obstante ser muy cabales, tienen un carácter así…,un poco…, lo diré con franqueza: en Bilbao me han dicho que las mujeres de este pueblo reaccionan de modo violento ante los habitantes del interior de la Península. Cuando ellas advierten mi presencia y la del fotógrafo, se vuelven aireadas, y confieso que una compañía de guardias de Asalto en funciones no me hubiera impresionado tanto. Afortunadamente, no entiendo las cosas que me dicen, porque todas hablan en vascuence cerrado. Al fin, una se destaca del grupo y se dirige a nosotros en castellano…relativo.

-¿Qué hacer quieren…, retratar o así?...

-Claro…, eso queríamos…

-Anda, ¿y por qué quieren eso hacer?...Nosotras aquí nada malo no hasemos. Esperar hacemos a los hombres que están a la mar…

-¡Ah! ¿Pero hay hombres en este pueblo?

-¿Qué dice?...Haber ya hay hombres, y muchos..; pero se hacen a la mar en amanesiendo y no vuelven hasta la noche.

-¿Y ustedes están todo el día solas?...

-Eso es. Todo lo del pueblo haser ya lo hasemos nosotras pues…Los hombres sólo ir a la mar hacen. Nosotras hacemos subasta del pescado y vamos a la capital a venderlo. Y hasemos todas las cuentas y hasta gobernamos el pueblo.

Los hombres ayudando a cargar a las mujeres las cestas del pescado. Foto Amado.

LA JUSTICIA….”HUMEDA”

Tiene razón mi interlocutora. En Bermeo los hombres no pintan absolutamente nada o pintan muy poco. La mujer vende, compra, decide y gobierna. Ellas son las que hacen las elecciones sacan los concejales y eligen el alcalde que les parece oportuno. De vez en cuando se reúnen en asamblea deliberante y tomas sus acuerdos. Luego los comunican a los hombres, quienes los acatan al pie de la letra. Cuando algún representante del sexo fuerte trata de insubordinarse, entonces, ¡ah!...., entonces lo cogen dos o tres de las más fuertes (las más fuertes miden un metro noventa y pesan más fuertes (las más fuertes miden un metro noventa y pesan más de cien kilos) y con mucho cuidado le echan al mar. El desgraciado se salva porque todos saben nadar, pero el recuerdo del baño le suele durar bastante tiempo.

-Eso hasemos, si – corrobora una que camina con un cesto de pescado sobre la cabeza.

-Por lo visto son ustedes muy enérgicas…

-Así hemos de ser. De las bermeanas no se ríe nadie. Además, que siempre tenemos razón nosotras.

-¿De modo que hasta la política la hacen ustedes?...

La mujer deja en el suelo el cesto de la merluza y comienza a hablarme muy bajito y muy cerca…

-Eso de la política está ahora mal en Bermeo. Antes, estar ya estábamos todas unidas…, pensábamos igual. Ahora hay lucha; unas se han hecho socialistas, otras nacionalistas. Hace poco hisimos elesiones.

-¿Y ustedes votaron por primera vez?

-Ya votamos, ya…

-Estarán muy contentas de que les hayan concedido el voto.

La mujer se encoge de hombros.

-Nos da igual. Antes los hombres votar, hasían lo que les desíamos nosotras. Ahora, al saber que mujeres votábamos, creíamos que hombres no votarían; pero no fue así… Y digo yo que votando nosotras, ¿qué necesidad había de que votaran también ellos?...

Una bermeana, vendedora de pescado. Foto Amado.

UNA VEZ A PRIETO LE OCURRIÓ…

De las bermeanas no se ríe nadie. Acaba de decírmelo la mujer que llevaba a la cabeza el cesto de merluza, y es verdad. Por eso hay que tener mucho cuidado en lo que se les dice, porque de la interpretación que ellas le den a las palabras pueden resultar consecuencias fatales para quienes las pronuncien. En demostración de esto, acaban de contarme una anécdota, que no deja de tener gracia. Ahí va.

Hace ya bastantes años, y siendo el actual ministro de Obras Públicas miembro de la Diputación de Vizcaya, esta entidad resolvió entregar a los pescadores de Bermeo una cierta cantidad de dinero en compensación de no sé qué desgracia que éstos habían sufrido. Se nombró una comisión encargada de llevar a Bermeo el dinero, y en ella figuraba don Indalecio Prieto. Los comisionados fueron recibidos por el pueblo en masa, y entre vítores delirantes pasaron al Ayuntamiento. Prieto hizo la entrega solemne de los cuartos y les dirigió estas palabras más o menos:

-Aquí tenéis este dinero que os da la Diputación. Os lo merecéis. Pero yo me voy a permitir recomendaros que hagáis buen uso de él. No se os vaya a ocurrir gastarlo en vino….

Oír esto las bermeanas y lanzarse, furiosas, sobre los comisionados, todo fue uno.

Por milagro se salvaron del ímpetu de aquellas mujeres. Especialmente a Prieto lo querían devorar. Todavía cuando ellos llevaban ya corriendo dos o tres kilómetros, les alcanzo alguna piedra de las muchas que lanzaron las belicosas bermeanas.

-¿Es verdad esto?- pregunto a una mujer para comprobar la veracidad de las anécdota.

-Ya lo creo que es verdad….Pregúnteselo a don Indalesio o así…

-¿Pero por qué se enfadaron ustedes tanto?...

-Porque no estaba bien pensar que las mujeres de Bermeo no sabemos administrar los cuartos que nos dan. Pero ya hemos olvidado, y hoy aquí, a Prieto se le quiere. Hace poco vino con ese señor Asaña, y buen resibimiento que le hisimos. No tendría queja…, digo yo…Esta vez no salió apedreado….

Un descanso en la faena. Foto Amado.

SI SERÍA CHICO….

A la puerta de una casa vemos a una mujer que riñe y golpea a una chiquilla como de doce años. La muchacha, que ya promete ser una futura gobernanta de Bermeo, se debate furiosamente entre los brazos de la madre.

-¿Por qué le pega?

-pregunto, no muy segura, de que esta intromisión mía siente bien a la madre.

-Esta chiquilla condenada que ir a la escuela no quiere…Y tiene que ir. Como soy su madre que irá, o la doblo a palos. Si habría nasido chico, ninguna falta le haría ir a la escuela…, pero una chica tiene que saber de cuentas, y de escritura, y de todo….

-¿Y los chicos no?

-Los chicos falta no hace que sepan esas cosas.

Con que aprendan a ir a la mar con el padre y a obedecer, ya tiene bastante; pero las chicas saber deben otras cosas…

EL “MASCULINISMO” SE ABRE PASO EN BERMEO

Ya de vuelta, por una calle estrecha de las que desembocan en el puerto, hemos encontrado ¡un hombre!

El primero que vemos en toda la tarde.

Está tranquilamente sentado a la puerta de un casa, y se entretiene en componer su anzuelo. No le gusta que le retratemos, y se excusa de contestar a nuestras preguntas Para eso de relacionarse con el exterior, ya están las mujeres. El, lo único que tiene que hacer es componer su anzuelo, para cuando vaya a la mar mañana por la mañana.

A pesar de todo esto, hemos podido averiguar que los hombres de Bermeo van teniendo, de día a día, una personalidad más acusada.

Por lo pronto, ya opinan de política, o, al menos, se ocupan de eso algo más que antes.

Cada uno tiene su lancha pintada con los colores representativos de sus ideas.

Las lanchas rojas alineadas en el puerto pertenecen a los socialistas.

Las rojas, amarillas y morada, a los que son solamente republicanos, y las verdes, rojas y blancas, a los nacionalistas vascos.

También nos ha dicho que en las últimas elecciones han intervenido ellos más que nunca.

El único hombre que hemos encontrado en las calles de Bermeo. Foto Amado.

***

Pero, a pesar de estas conquistas, de lo que pudiéramos llamar “masculinismo”, no creemos que llegue el día en que las mujeres se …arrebatar por los hombres el gobierno y la administración de este pueblecito maravillosamente bello que se llama Bermeo, y que en realidad debería llamarse Feminilandia o Feminnópolis.

Las bermeanas cuentan a Josefina Carabías cómo son ellas las que gobiernan el pueblo. Foto Amado.

Josefina CARABIAS