Asamblea de elementos pesqueros en Santurce

Se debate ampliamente sobre impuestos, puertos pesqueros, derechos arancelarios, extinción de especies dañina, vedas, reglamentación de pesca, contratación, jornada de trabajo, descanso, seguros sociales y cooperación.

Ayer, a las once de la mañana, dio prin­cipio en el salón de sesiones del Ayunta­miento de Santurce la asamblea pesquera organizada por los Pósitos de pescadores del Norte de España para tratar de im­portantes asuntos de interés general, con­forme a un orden del día confeccionado por el Pósito de Santurce y aprobado por los demás.

Presidió el acto el alcalde de Santurce, don Anacleto Unzueta, y formaron la Me­sa los señores siguientes:

Vicepresidente, don Gumersindo Valle, del pósito de Santoña; vocales, don Faus­tino Villasante, de Santander; don San­tiago Díaz, de Bermeo, y don Pedro Bár­cena, de Castro Urdíales, y secretarios, don Alfonso Miguel Ruiz de Aznar y don Fernando del Valle, del Pósito de Santurce.

Asamblea pesquera de todos los pescadores de la costa cantábrica desde Galicia hasta Gipuzcoa en Santurce. Foto Amado.

Ayer, a las once de la mañana, dio prin­cipio en el salón de sesiones del Ayunta­miento de Santurce la asamblea pesquera organizada por los Pósitos de pescadores del Norte de España para tratar de im­portantes asuntos de interés general, con­forme a un orden del día confeccionado por el Pósito de Santurce y aprobado por los demás.

Presidió el acto el alcalde de Santurce, don Anacleto Unzueta, y formaron la Me­sa los señores siguientes:

Vicepresidente, don Gumersindo Valle, del pósito de Santoña; vocales, don Faus­tino Villasante, de Santander; don San­tiago Díaz, de Bermeo, y don Pedro Bár­cena, de Castro Urdíales, y secretarios, don Alfonso Miguel Ruiz de Aznar y don Fernando del Valle, del Pósito de Santurce.

Representando a los Cabildos o Pósitos, asistieron, por Bermeo, el señor Díaz; por Lequeitio, el señor Beitia; por Mundaca,

el señor Léniz; por Elanchove, el señor Echániz ; por Ribadesella, el señor Bar­bas Rivas; por Castro Urdiales, el señor Bárcena, de la Cofradía de San Pedro, y el señor Ibarra, de la de San Andrés; por Laredo, el señor Revilla; por Santoña, el señor Valle; por Ciérvana, el se­ñor Arámburu; por Ondárroa, el señor Badiola; por Santurce, el señor Abad, y por la Federación Vizcaína, los señores Ucelay, secretario, y Barroso, asesor.

Asistieron además pescadores de todos los puertos catados, algunos armadores, fa­bricantes y vecinos en general de Santurce y pueblos próximos, llenando por com­pleto el amplio salón de sesiones y aun los pasillos que dan acceso a él, en la imposibilidad de dar acomodo a todos den­tro del salón.

La asamblea, por unanimidad, acordó otorgar la presidencia del acto al alcalde de Santurce, señor Unzueta, como ajeno a la profesión, pero no ajeno a los inte­reses que van a ser defendidos, ya que su cargo de alcalde de un pueblo eminentemente pesquero le liga a ellos de un mo­do que pudiéramos decir definitivo.

El señor Unzueta aceptó y agradeció la designación y pronunció un breve dis­curso dando la bienvenida a los asambleístas y saludando a los trabajadores del mar, para quienes desea todo el éxito, que es licito, a pesar de la importante asam­blea que va a desarrollarse.

Seguidamente se entró en el orden del día, comenzando la discusión por los te­mas esencialmente pesqueros, sobre los que recayeron los acuerdos siguientes:

Impuestos.- Se acordó pedir al Gobier­no la desaparición de todos los impues­tos que de un modo preciso y directo vie­nen gravando los productos de la pesca.

Puertos pesqueros. — La asamblea acor­dó reconocer la gran importancia que entraña la creación de puertos pesqueros convenientemente esparcidos por todo el li­toral de la península y en especial por la costa Norte, que es la que a la asamblea directamente.

Pero entiende, y así lo hará saber al Gobierno en sus conclusiones, que no pue­de ni debe consentirse que los tales puertos sean creados a costa del pescador. Es decir, que el Gobierno debe construirlos y habilitarlos con sus propios recur­sos, y sólo cuando estén terminados y en disposición de poderse obtener el fruto apetecido es cuando será lícito y conve­niente imponer a los pescadores los tri­butos que se consideren precisos para su sostenimiento.

Derechos arancelarios, rabas[1], combustibles, cebos, etc.—La asamblea acordó ges­tionar del Gobierno la supresión de los derechos de arancel para todos los ele­mentos que se emplean en la pesca y que es necesario importar del extranjero, tanto en lo que se refiere a combustibles só­lidos o líquidos como a rabas, cebos, an­zuelos, redes, etc.

En cuanto a la importación de raba, se acordó gestionar del Gobierno español, co­mo lo hace el francés, adquiera el pro­ducto al por mayor y en grandes canti­dades en los puntos de origen, distribu­yéndolo luego entre los pescadores en ra­zón de sus necesidades, con lo que se evitara la intervención de los intermediarios, Quienes son los que, en realidad, encare­cen este producto tan necesario para la pesca.

Extinción de especies dañinas para la Pesca. — Sobre este punto recayó el acuer­do de pedir al Gobierno que construya embarcaciones pequeñas, de gasolina o de carbón, para destinarlas, tripuladas por personal que facilitarán las Cofradías, a la extinción de las especies dañinas, como los “arroaces” [2] y otros peces que devoran la pesca, y para proteger, en cambio a los tolinos o delfines, que son útiles por­ que con su presencia denuncian la exis­tencia de bancos de sardina, anchoa y otras especies de que se Iucra el pescador.

Vedas. —Al llegar a este punto se creyó conveniente estudiar la cuestión de la pesca de arrastre, que tan incalculables perjuicios ocasiona a la costera y que tantas lamentaciones ha originado desde su implantación en España a principios del siglo actual.

Se acordó señalar la conveniencia de que el Gobierno español entable negociaciones con los de Francia y Portugal pa­ra conseguir que las aguas fiscales se amplíen hasta quince millas de la costa, y dentro de ellas la pesca llamada de arrastre.

Se entabló, respecto al asunto, amplia discusión, en la que tomaron parte los re­presentantes de varias Cofradías, sin lle­gar a puntualizar de modo definitivo las conclusiones por si convendría, antes de dirigirse a los Poderes públicos, entablar conversaciones con los armadores de bu­ques destinados a la pesca de arrastre, desde luego, sin que los pescadores cejen en sus puntos de vista saturados en los Congresos de pesca celebrados en Madrid y San Sebastián de que se pida la supre­sión absoluta de las pescas de arrastre.

En cuanto a las épocas de veda para esta clase de pesca, se acordó proponer que se realicen los meses de diciembre, enero y febrero, que es cuando se puede ir a la pesca del besugo, la palometa, etc.

Reglamentación de las distintas pescas.

—Más viva aún fue la discusión en este punto, principalmente en cuanto al extre­mo del número de botes que cada embar­cación pesquera podrá utilizar para el “macizado”[3], señalándose diversas calida­des, ninguna de las cuales fue adoptada.

Y como a todo esto habían llegado ya las dos de la tarde, el presidente decidió suspender la vista hasta las cuatro y media de la tarde, en la que había de continuarse la discusión del tema de refe­rencia.

La reunión de alcaldes. — Por la tarde, a las cuatro, como un anejo a la asam­blea, se celebró en el mismo salón una reunión de alcaldes interesados en la cons­trucción del puerto pesquero de Santurce.

Asistieron el de Bilbao, señor Ercoreca; el de Baracaldo, señor Beltrán; el de Sestao, señor Diez; el provisional de Erandio, señor Zaitegui; el de Abanto y Ciervana, señor Pujana; el de San Salvador de Valle, señor Castellanos, y el de Santurce, señor Unzueta, habiendo enviado su adhesión el de Ortuella, señor Vicandi.

El alcalde de Santurce cedió la presidencia al de Bilbao, señor Ercoreca y actuó de secretario el del Ayuntamiento santurzano, don Gregorio Díaz García.

Este dio comienzo al acto con la lectura de las bases del acuerdo, cuya adopción se propone a todas las Corporaciones representadas, encaminado a conseguir que el proyecto de puerto pesquero de Vizcaya en Santurce, aprobado por la superioridad, se incluya entre las obras de urgente rea­lización por los beneficios que en distintos órdenes ha de reportar.

Se acordó que las bases leídas sean sometidas por los alcaldes presentes a la aprobación de los respectivos Ayuntamientos, y una vez lograda esta se elevara a la Diputación una instancia suscrita por todos para que la Corporación provincial la apoye y la envíe al Ministerio de Fo­mento, donde se espera que a ser estudiada con cariño y resuelta con justicia, por tratarse de las principales aspiraciones de Vizcaya.

Y acordado esto, se suspendió la reunión, regresando los reunidos a sus respectivas residencias.

LA SEGUNDA SESION

Por la tarde se celebró la segunda sesión de la Asamblea Pesquera.

Continuó la discusión del tema relativo a la reglamentación de las diversas pescas, siguiendo como punto de choque la cuestión de si se ha de utilizar un bote o dos para “macizar”.

Más de una hora duró esta discusión, en la que tomaron parte gran número de asambleístas, hasta que finalmente, a propuesta del secretario de la Federación Vizcaína de Pesca, se tomó el acuerdo de que cada Cofradía celebre una junta general para tratar del asunto, y con los acuerdos de todas, convocar a nueva Asamblea, que se celebrará también en Santurce, de la que salga la resolución definitiva de este problema, que, al parecer, es el que más preocupa a la clase pescadora.

Se pasó luego a discutir la segunda par­te del orden del día, relacionada con los temas de carácter social, empezando por el de:

Contratación. —Sobre este asunto se acor­dó aprobar las conclusiones del Congreso de Pesca celebrado el año 1928 en San

Sebastián, que fueron leídas por el asesor de la Federación vizcaína, señor Barruso.

Jornada de trabajo y remuneración. — Se acordó estudiar estos asuntos por las Co­fradías en la misma forma que el del “macizamiento” y traerlos a discusión a la nue­va Asamblea que ha de celebrarse.

Descansos. —Se discutió la conveniencia de aplicar en los lugares de pesca la ley de descanso dominical, pero después de la intervención de varios señores asambleís­tas se acordó que no ha lugar a su aplicación, por cuanto no habiendo un salario fijo para los pescadores, debido a la di­versidad de causas que lo impiden obtener fruto de todo el trabajo de una semana, no hay posibilidad de obligarles a que renuncien un domingo a una posible ganancia que acaso al día siguiente no pudiera darse.

Seguros sociales, — Se acordó solicitar del Gobierno la aplicación de los seguros sociales, y entre ellos del subsidio por fa­milias numerosas, a los armadores de em­barcaciones pesqueras que realmente tienen el carácter de obreros desde el momento en que salen a la mar y van a la parte con el resto de la tripulación.

En lo que respecta al seguro de ahogamiento, se leyeron las disposiciones vigen­tes, aclarando que las Cofradías vizcaínas, en su mayoría, tienen establecido este ser­vicio, si bien en una forma que difiere en algunos extremos de más importancia en relación con el texto oficial.

Cooperación. —El señor Barruso informó acerca del funcionamiento de la Coopera­tiva de armadores pesqueros de Vizcaya y recomendó a los asambleístas que pro­curen inculcar estas ideas en sus respec­tivas Cofradías o Pósitos para que por tal medio las tomen en cuenta las Federa­ciones.

Como último punto agregado al orden del día se trató del porcentaje legal que debe ser permitido entre pescadores como descuento por la venta en puertos foras­teros y se entabló una discusión que llegó a enconar los ánimos, haciendo temer ca­si una ruptura.

Largo rato duró la discusión, principal­mente entre los representantes de Santan­der, Santurce y Elanchove, y al fin, tras de gran número de llamadas al orden por parte de la presidencia y de interrupciones por los más exaltados, se llegó al acuerdo de que las juntas generales de cada Pó­sito y Cofradías redacten un informe para que, mediante un estudio que luego harán las Federaciones, se envíe al Gobierno una razonada instancia solicitando que se esta­blezca una cifra fija de descuento concreta obligatoria e igual para todos los puertos.

El señor Barroso se congratuló del acuerdo del Gobierno de separar la Mari­na mercante de la de guerra y propuso que se solicite que asimismo se desglose el ramo de pesca de todo lo que pueda tener relación con la Marina militar.

El presidente, señor Baque, saludó de nuevo a los asambleístas, deseándole feliz retorno a sus respectivas residencias, y seguidamente se levantó la sesión.


Fuente: La Tarde Lunes 25 de mayo de 1931



[1] Cebo que emplean los pescadores, hecho con huevas de bacalao.

[2] Especie muy común en los océanos y mares periféricos de latitudes tropicales y templadas.

[3] Arrojar un macizo o cebo de baja calidad al agua para atraer la pesca.