Barra de Mundaka. Foto Amado
A primera hora de la madrugada del día 6 de febrero de 1935, salieron en la lancha motora “Juan Bautista”, a pescar besugo, cinco pescadores de Mundaka, con propósito de volver antes de caer la tarde, pero no regresaron. Cuando la motora enfiló la barra del puerto, el mar se hallaba tempestuoso, con marejada gruesa. A partir de este momento se ignora por completo la suerte de la motora, que no regresó.
La embarcación “Juan Bautista”.
Foto Espiga
Como llegó la noche y la embarcación no regresó al punto de partida, se hicieron indagaciones en los pueblos de la costa con resultados negativos, los familiares de los tripulantes de esa lancha motora, empezaron a impacientarse. Unos pesqueros de Bermeo que regresaron a la tarde manifestaron que habian tropezado al “Juan Bautista” en la cala de besugo Okaran, donde estaba entregados a las faenas de la pesca, trabajando con los aparejos. Parece que los tripulantes de un vaporcito que llegó al puerto, dieron noticias de lo que pudo haber ocurrido, pero sin concretar detalles: que cuando la lancha motora de referencia, debió dar vuelta por un golpe de mar, siendo despedidos todos sus tripulantes, que las olas gigantescas debieron dispersar a los náufragos, y que éstos quizá se perdieron entre el oleaje.
Al conocerse la noticia, salieron embarcaciones en busca de la lancha motora, regresando horas después, sin haber conseguido ver ni embarcación, ni náufragos. Tan pronto como se supo que la motora no aparecía, salió a la mar en su busca el vapor “Katalin” y otros dos más. Pero todo en vano. No se encontró rastro alguno.
Embarcación “Juan Bautista”. Foto Espiga
Las autoridades de Marina se comunicaron con todos los pueblos de la costa en donde habia teléfono para preguntar si habían sido vistos esos tripulantes o la lancha motora, pero nadie sabia nada. Nadie los habia visto. En ese punto, en donde se cree que ha podido ocurrir la desgracia, habia peligro.
Desgracia confirmada
A la mañana temprano, el vigía del monte Otoio, advirtió a lo lejos una embarcación zozobrada que navegaba quilla al sol. Inmediatamente avisó a la Sociedad de Salvamento de Náufragos de Lekeitio, que ordenó la salida inmediata del bote guardacostas de salvamento, para que remolcase a puerto la citada embarcación, como lo hizo, llevando a bordo a su patrón, Victor Kortazar; el patrón de pesca Ignacio Txakartegi y toda la tripulación de que estaba dotada para estos casos. En aquellos momentos habia mar gruesa, a pesar de lo cual el bote-motor, que reunía magníficas condiciones marineras, pudo llegar sin novedad alguna hasta la embarcación, al lugar señalado por el vigía dirigiéndose al lugar en que habia sido señalada la presencia del barco naufragado comprobado que se trataba, en efecto, de la motora “Juan Bautista”. Fue hallada abandonada sin tripulación y llena de agua a tres millas de la costa.Remolcándola al puerto de Lekeitio donde se vio que apenas tenia averías, encontrándose en su interior algunos utensilios de pesca. Ninguno de los cinco tripulantes apareció, no teniéndose el menor indicio de lo que les pudo ocurrir, aunque era creencia general que, al zozobrar la embarcación, fuesen lanzados al agua y se ahogaron. Se confirmaron las impresiones más pesimistas acerca de la suerte habida a los cinco pescadores del puerto de Mundaka que desaparecieron en el mar.
La noticia fue transmitida enseguida a Mundaka, donde produjo honda sensación no solamente en Mundaka, sino en los puertos próximos. Inmediatamente de conocerse la noticia el vecindario, este acudió a consolar a las familias de las victimas, que estaban con el abatimiento que es de suponer, y se colocó en la Cofradía de Pescadores la bandera a media asta.
Padres de Eusebio Badiola con los hijos que les restan. Foto Espiga
Los familiares
La lista de tripulantes que desaparecieron, es la siguiente: Pedro Badiola, de 21 años tenía padre y ocho hermanos; Ramón Lezamiz, de 52 años, dejó viuda y dos hijos; Nicolás Izaguirre, el “txo” de 15 años; Antonio Leibar, de 33 años, dejó viuda y cinco hijos; y Antonio Alkorta, de 30 años, dejó viuda y una hijita de corta edad.
Tripulantes desaparecidos. Foto Euzkadi
Los infelices pescadores que han perecido eran afiliados a EAJ-PNV, con excepción de Alberto de Alkorta, persona también apreciadísima, de inmejorables cualidades, y que, asimismo, contaba con la estimación general de todo el pueblo.
Viuda y cinco hijos del marinero Leibar. Foto Espiga
El propietario de la embarcación “Juan Bautista”, Angel Abaroa, se salvó de una muerte cierta, no salió a la mar en la embarcación zozobrada- como de costumbre- por encontrarse enfermo. Tampoco salió en ella un hijo de este, por haber tenido que acudir a Bilbao a resolver su situación respecto a algún juicio que tenía pendiente en un Juzgado de la villa.
Patrón de la motora, único salvado por no haber salido al mar. Foto Amado
Por estas causas, necesitaron un ayudante para las faenas de la pesca y llevaron al muchacho de quince años Nicolas Izaguirre, el cual siempre decía a sus amigos que no le gustaba nada la mar. Todo el vecindario no cesaba de hacer comentarios acerca de la mala suerte de este pobre muchacho que, no obstante su poca afición a la mar, encontró la muerte en ella. Por su falta de cariño a ella, todo este invierno se dedicó a la faena de arreglar redes y enseres de pesca en la bodega de la Cofradía, cuando se vio obligado a la mar por las circunstancias antedichas.
Barcas con las banderas a media asta. Foto Espiga
Tuvieron lugar en la iglesia parroquial de Santa Maria de Mundaka los solemnes funerales en sufragio de los cinco desgraciados arrantzales mundakarras, que perdieron la vida en el naufragio de la motora de pesca de aquel puerto “Juan Bautista”. Constituyeron no solo una manifestación profunda del sentimiento que ha causado en aquel pueblo y en general, en todo el país la desgracia, sino también un magnifico exponente de la hermandad vasca. Todo el vecindario de Mundaka estuvo presente en los funerales, revelando así la dolorosa impresión que produjo en el trágico accidente. Al vecindario se sumo mucho público llegado a Mundaka de otros pueblos para tomar parte en el piadoso tributo a los que perecieron en el cumplimiento de su deber.
La participación en el duelo del Bizkai Buru Batzar.
El Bizkai Buru Batzar quiso participar directamente en el duelo por la muerte trágica. Para ello envió a Mundaka una representación de su seno, integrado por los burukides Carlos Billalabeitia y Ramón de Azkue. Ambos llegaron a Mundaka siendo recibidos por los directivos del P.N.V. en la localidad. También acudieron a Mundaka, entre otras personalidades, Gorgonio de Renteria, que llevaba al duelo la representación de los diputados nacionalistas en las Cortes españolas, y Francisco de Basterretxea, miembro del Tribunal de Garantías Constitucionales.
Los miembros del Bizkai Buru Batzarra, acompañados de las representaciones de las Juntas Municipales de Bilbao, Abando, Begoña y Deusto, y Juventud Vasca de Bilbao, precedidos de la Junta Municipal del Partido en Mundaka, procedieron inmediatamente a visitar en sus domicilios. Se entrevistaron con ellos y les prodigaron palabras de consuelo. En vista de ello dispusieron allí mismo, y así lo comunicaron a la Junta Municipal del Partido en la localidad, que el Consejo aumentase la cantidad con que habia contribuido, ya a la suscripción abierta para remediar dicha situación, elevándola de 250 pesetas a 500. Los representantes de Juventud Vasca de Bilbao entregaron con el mismo fin al presidente de la Junta Municipal de Mundaka 200 pesetas. Las Juntas Municipales de Bilbao-Abando destinaron también 250 pesetas con el mismo objeto.
Los funerales
A la hora anunciada comenzaron los funerales. Desde el Ayuntamiento se trasladaron a la iglesia las representaciones siguientes:
Representación del obispo de Gazteiz, ostentada por José María de Basabe, párroco de Mundaka; Bizkai Buru Batzarra, representado por Azkue y Billalabeitia, ya citados; Uri Buru Batzarra, representado por Azkue y Billalabeitia, ya citados; Uri Buru Batzarra, representado por Fabian de Ispizu, Gregorio de Larrinaga y demas directivos; diputados nacionalistas en las Cortes españolas, representados por Gorgonio de Renteria; Francisco de Basterretxea, vocal del Tribunal de Garantías Constitucionales; Juntas Municipales de Bilbao, Abando, Deusto y Begoña, representadas por el presidente de la primera, Luis de Arbeloa; Juventud Vasca Bilbao, representada por Francisco de Garate y Nestor Goikoetxea, vicepresidente y secretario, respectivamente; Emakume Abertzale Batza de Bilbao, representada por Ventura de Kareaga; Mendigoxale Altamira, representado por su presidente, Tomás de Uriarte; Batzoki de Altamira, representado por Félix de Elorrieta; Uri Buru Batzarra de Bermeo, representado por Venancio de Goitia y la Directiva en pleno; Euzko Gaztedi de Bermeo, representado por Luis de Egurrola; Batzoki de Bermeo, representado por Antolín de Jauregizar; Mendigoxale de Bermeo, representado por Félix de Garriegi; Solidaridad de Empleados Vascos de Bermeo, representada por Cruz de Barandika; Uri Buru Batzar de Mundaka, representado por Fabian de Ispizua, Gregorio de Larrinaga y Directiva en pleno; Euzko Gastedija de Mundaka, representado por Juan M. de Bilbao y Directiva en pleno; Emakume Abertzale Batza de Mundaka , representada por Amelia de Etxeita y resto de la Directiva; Batzoki de Lekeitio, representado por Ibáñez de Aldekoa; Uri Buru Batzarra de Mendexa, representado por Carlos de Solano; Emakume Abertzale Batza de Begoña, representada por Yañe de Ibaibarriaga, Purdentzi de Arbide y Calixta de Luzarraga; Batzoki de Gernika, representado por Antonio de Fururia; Uri Buru Batzarra de Gernika, representado por Julio de Bareño; Batzoki de Sukarrieta, representado por Angel de Bilbao; Uri Buru Batzar de Sukarrieta, representado por Máximo de Bensangiz; Emakume Abertzale Batza de Sukarrieta, representada por Magdalena de Tribisarrospe; Uri Buru Batzarra de Lemoniz, representado por A. de Figueroa; Emakume Abertzale Batza de Lemoniz, representada por Antonia de Sarria; Sociedad de Trabajadores Vascos de Mundaka, representada por Alejandro de Mallona y L. Agudo; Uri Buru Batzar de Ea, representado por Julio de Toña; Batzoki de Ea, representado por José de Barandika; Mendigoxale de Mundaka, representado por José de Arano; Mendigoxale de Gernika Txatxarra; Gestora de la Diputación de Bizkaya, representada por N. de Eizagirre; Caja de Ahorros Bizkaina, representada por Antonio de Etxebarria.
Mutualidad, representada por M. de Etxeburu: Federación de Pósitos de Bizkaia, representada por S. de Uzelai; Puertos de Bizkaya, representados por I. Lopez: Cofradía de San Pedro de Bermeo (interior), representada por Esteban Expósito, con la Directiva y la Cofradía en bloque: Sociedad de Pescadores, grupo exterior de Bermeo, representada por Amancio de Izpizua; Cofradía de Santa Clara de Ondarroa, representada por P. de Larrañaga; Cofradía de Lekeitio, representada por el vicepresidente y el secretario; Cofradía de Zierbana, representada por Laureano de Larrauri; Cofradía de Armintza, representada por Etxebarrieta y Gaubeka; Cofradía de Mundaka, representada por B. de Azketa; inspector de Pósitos , T. de Sagarraga; Sociedad Censa, representada por José de Batxineta; Cofradía de Santurtze, representada por T. de Etxeandia; Cofradía de Elantxobe, representada por C. Mejias; Delegado de Pesca, O. de Solaguren; delegado de Pesca en Mundaka, Juan de Tribisarrospe; secretario del Ayuntamiento de Mundaka, Jesús de Basozabal; Jesús de Basterretxea, F. San Juan y Bengoa; Federación y Asociación de Fabricantes de Conservas de Bermeo, representada por José Serrat y demas miembros de la Directiva, y práctico de la ría de Mundaka, Juan de Ibarguen.
Una imponente gentío seguía a estas representaciones y lleno con ellas el templo de forma que apenas cabía en las naves del mismo. El coro de Juventud Vasca de Mundaka interpretó la misa de Casimiri. El coro fue dirigido por José Maria de Egileor, actuando en el órgano, el organista de la parroquia Ignacio de Aretxabaleta. En la presidencia del duelo se colocaron el representante del obispo, los familiares de las victimas y las primeras autoridades del P.N.V. en Bizkaia. El presbitero Juan M. de Uriarte, en euskera, dio las gracias a todos los asistentes a los funerales en nombre de los familiares de las victimas, a cuyos nombres dio lectura.
Un gesto loable.
El cabildo parroquial de Santa Maria tuvo el gesto de costear los funerales, dándoles incluso una categoría y una importancia mayores que los encargados por los organizadores del acto, y que eran de relativa modestia, dadas las escasas disponibilidades económicas en aquellos. Los sacerdotes de Mundaka quisieron así mostrar su sincero sentimiento por la sensible desgracia. Además entregaron de su peculio particular, una cantidad para engrosar la suscripción destinada a las familias de las victimas.
Fuente: Euzkadi 08/02/1935