4.2.1 Rutinas
Rutinas Catálogo Utilidad Inventariar Más comunes
El Sistema Psicológico - Almacén
LAS RUTINAS (I)
- El subconsciente de la Mente -
Almacén del Sistema Psicológico:
-Memoria: Archivo de datos, conocimiento y experiencia
Los vamos acumulando a lo largo de la vida.
Normalmente los ampliamos y perfeccionamos.
-Rutinas: Gestión de los datos. Moldes, patrones o plantillas que dan forma a nuestro hacer, pensar, sentir, hablar...
Se adquieren en los primeros años de la vida.
Muy difíciles de alterar y más difícil aun de suprimir.
-Instintos: Moldes básicos (que moldean las rutinas)
Venimos con ellos al nacer.
Inalterables, inmodificables.
RUTINAS: conjunto de hábitos, costumbres, creencias, gustos, asociaciones y actitudes fijas...,
que cada persona posee
voluntaria o involuntariamente, quiera o no quiera, sea consciente de ello o no lo sea
En general, podemos definir las rutinas como:
- Repetición de actos irreflexivos
- Conductas adquiridas
- Actos automatizados
- Especialización de los instintos
- Programas preestablecidos
- Estrato de la subconsciencia mental
¿Qué son las "rutinas"?
- Son moldes, patrones, plantillas que dan forma a nuestros pensamientos, sentimientos, recepción de impresiones, estados de ánimo...
Una cosa son los datos que tenemos en la memoria
y otra las rutinas con las que organizamos esos datos al utilizarlos.
La memoria contiene datos:
lo conocido y experimentado, lo que hemos aprendido y lo que hemos vivido.
Pero esos datos pueden utilizarse de muy diferentes modos.
Los moldes preestablecidos que tenemos
organizan y utilizan los datos de una manera concreta.
Todo cuanto hacemos, pensamos, sentimos..., queda condicionado a esos moldes, patrones, plantillas, a las rutinas.
Cada persona tiene sus particulares moldes, ya formados, para todo.
Sus creencias, su forma de ver la vida, sus asociaciones y actitudes fijas,
determinan el valor y utilización que da a su hablar, pensar, sentir o hacer.
Vemos el mundo, y actuamos en él, en función de las rutinas que tenemos.
Más importante que los datos que tenemos, es la forma de organizarlos.
Con la madera de un árbol se puede hacer, desde un fuego, hasta una obra de arte.
Esto mismo ocurre con la información que existe en nuestra memoria.
Los moldes determinan que siempre compongamos nuestro hacer, sentir, hablar..., del mismo modo,
que repitamos una y otra vez las mismas cuestiones.
Intervienen en todas las funciones psicológicas:
Recepción, Asociación, Resolución, Aparato Motor y en el propio Eje, Yo, o Ego.
Y como consecuencia en todas las facetas de la vida.
- Son la estructura y armazón de la Mente
Así como el Cuerpo físico está soportado sobre una estructura ósea y muscular, la Mente lo está sobre los instintos, que serían los huesos, y sobre las rutinas, que serían los músculos.
La existencia de un Cuerpo sin músculos no es posible.
La existencia de una Mente sin rutinas tampoco es posible.
La masa de rutinas (muscular) es lo que confiere forma definida a la Mente.
Las rutinas (músculos), junto a los instintos (huesos), y a la memoria (piel)
son imprescindibles para la existencia de la Mente,
son su armazón, parte esencial del chasis, la delimitan y mantienen unida su estructura general.
Además permiten su estabilidad, su permanencia y durabilidad a través del tiempo.
Le confieren su aspecto, su fisionomía, su carácter o personalidad,
la exclusiva particularidad que tiene cada persona.
- Son órdenes, leyes de obligado cumplimiento
Las rutinas no obedecen a la voluntad.
Mandan, dominan.
Actúan automática e imperativamente,
Son órdenes imposible de desobedecer.
Leyes de obligado cumplimiento.
Una "voluntad" supeditada, determinada, condicionada... por las rutinas.
¿Es esto libre albedrío?
La opción de tomar unos datos de la memoria y no otros, no lo rige la voluntad sino las rutinas.
Aparentemente hacemos, pensamos... lo que "queremos",
pero siempre bajo la supervisión de nuestras rutinas,
los verdaderos directores de orquesta.
Nuestro hacer, pensar, sentir, está bajo las órdenes de las rutinas,
todo bajo su control,
bajo su ley.
Todo lo gobiernan.
Vivimos bajo su autoridad.
Somos sus abnegados sirvientes.
Nadie puede desatarse de lo que le gusta,
de sus hábitos, costumbres, creencias...
Quien hace, quien piensa, de un modo determinado, quien siente ineludiblemente... es,
en general el Sistema Psicológico
y en particular nuestras definidas rutinas.
El quídam actúa por rutina, no por lógica, racionalidad, ni por voluntad y libre albedrío.
Para él, si las ve, son sus verdades sagradas, incuestionables, seguras.
Gira en torno de la inercia que le imponen
El poder de las rutinas es déspota y tiránico.
Todo lo hacemos bajo su imposición,
hasta sufrir.
Las rutinas son el código o ley por el que se rige la Mente.
- Son las cadenas que impiden nuestro desarrollo, ampliación, evolución
Si bien las rutinas simplifican la vida,
al mismo tiempo actúan como freno para que esta se amplíe, se desarrolle, se enriquezca.
Condicionados, sometidos a las rutinas no podemos avanzar, evolucionar.
Sólo podemos ver, hacer, sentir, lo que nuestras particulares rutinas nos permiten,
todo lo demás queda ajeno o inalcanzable.
Vivimos sobre nuestra tela de araña, imposibilitados de salir de ella.
Vivimos encadenados a las rutinas,
nuestra vida está delimitada por ellas,
forman las paredes, los muros, las rejas de nuestra prisión.
Atrapado por las rutinas es imposible escalar a formas superiores de ser.
Estamos conectados, atados a cosas, ideas, personas, por asociaciones, actitudes.., rutinas.
Tan identificados, pegados, atados estamos a nuestras rutinas
que no las poseemos ni gobernamos sino que nos poseen y gobiernan,
nos hacen hacer, decir, pensar, sentir.
Vivir sujeto a las rutinas supone estar atado, rígidamente encadenado.
Las rutinas nos mantienen anclado en el pasado, en lo viejo, e impiden despierte lo nuevo.
Son gigantes que devoran todo intento de cambio
- Son nuestras pertenencias, posesiones
Además del conocimiento y experiencia que tenemos, poseemos rutinas
Creemos poseer dinero, casas, joyas..., pero ignoramos que poseemos rutinas.
Las rutinas son parte del equipaje con el que nos movemos por la vida.
Las llevamos con nosotros siempre.
Es una carga que nos impide ir ligeros,
son maletas cargadas y pesadas.
Nada estimamos tanto como nuestros hábitos, costumbres, creencias, gustos..., rutinas,
son nuestras más queridas pertenencias psicológicas,
en ningún momento nos desprendemos de ellas.
Con la carga pesada de las rutinas no podemos ir muy lejos.
No podemos ampliarnos, desarrollarnos, agrandarnos, expandirnos.
Nada paraliza más nuestro caminar que nuestras rutinas
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Actualizado: 19:40 03.6.2013
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