5.3.2025
1
SIN CONSCIENCIA NO HAY MUNDO
Consciencia y Realidad:
La consciencia es la base de toda experiencia, tanto interna como externa. Sin ella, la percepción del mundo sería imposible.
Actúa como un "lienzo" sobre el cual se proyecta la realidad, permitiendo la observación, la sensación, la interpretación....
Naturaleza de la Consciencia:
Implica "darse cuenta", estableciendo conexión y relación entre dos o más elementos.
Es la capacidad de interconexión y comunicación, uniendo aspectos de la experiencia.
Es el Vacío sobre el que se proyectan las formas.
Presencia constante:
Su presencia constante en nuestras vidas la hace pasar desapercibida, a pesar de ser esencial.
Opera tanto en la vigilia como en el sueño, siendo el hilo conductor de la vivencia.
Conexión y Funciones Cognitivas:
Mantiene la conexión con la memoria, las rutinas y los instintos, posibilitando el pensamiento, el sentimiento, el deseo..., la acción.
Es el sustrato sobre el cual se desarrollan las funciones cognitivas y emocionales.
Esencia de la Existencia:
La consciencia es el hecho primordial de la existencia, el fundamento sobre el que se construye la realidad percibida.
Es lo que ES, lo que hace posible el estar.
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4.4.2025
SIN CONSCIENCIA NO HAY MUNDO
SOBRE QUÉ SUELO PISAMOS EN LA VIDA
¿Qué realidad subyace a nuestra experiencia cotidiana?
De antemano, todo está conectado, todo relacionado, comunicado, todo unido. Ver, sentir, percibir..., experimentar, disfrutar o padecer, conocer, intuir..., es realizar ese contacto, transitar por ese camino ya trazado con anterioridad, ya establecido por adelantado.
En la esencia misma de la realidad, la separación es una ilusión persistente. Mucho antes de que nuestros sentidos se abran al mundo, un lazo invisible une cada partícula, cada aliento, cada pensamiento. Ver, sentir, percibir... son las ventanas a través de las cuales reconocemos esta unidad subyacente. Cada experiencia, ya sea un momento de éxtasis o un instante de dolor, un descubrimiento intelectual o una corazonada visceral, es un encuentro con esta conexión fundamental. Percibir es recordar nuestra pertenencia a este entramado, transitar senderos de experiencia que, aunque parezcan nuevos, son reflejos de la unidad primordial establecida desde el origen.
En el gran diseño de la existencia, la interdependencia es la regla fundamental. Antes de que nuestra conciencia individual emerja, el escenario ya está dispuesto, las líneas de conexión trazadas. Ver, sentir, percibir... no son actos aleatorios, sino la lectura de un mapa intrínseco. Cada vivencia, desde la alegría más efímera hasta el sufrimiento más profundo, desde la comprensión lúcida hasta la intuición fugaz, es un paso en un camino que, en su esencia, ya existía. Experimentar es desplegar el potencial inherente en esta red preconfigurada, una danza cósmica cuyos movimientos ya estaban implícitos en su inicio.
cx6
6.3.2025
2
EL YO DE VIGILIA NO PARTICIPA EN EL MUNDO DE LOS SUEÑOS
- ¿Qué se desprende de esto?
La función del pensamiento también queda suspendida y por ende la participación de la memoria. Por el contrario la actividad emocional se dinamiza y amplía.
También queda desconectado del mundo exterior físico, se produce un aislamiento sensorial lo que enfatiza la sensación de estar en un mundo separado.
La vida de la persona no se limita al estado de vigilia, un tercio de ella acaece dentro de lo que denominamos "sueños".
La vida en los sueños no la preside un solo yo, la presiden multitud de ellos, uno diferente por cada vivencia o sueño.
En resumen (Comprensión):
- Memoria y yo de vigilia son inseparables. El yo es lo que es su memoria bajo la ley de su particular y limitado criterio (la "interpretación" del conocimiento y experiencia que adquirió). Es el actor o intérprete del contenido sesgado de su memoria.
- ¿Interpretación, sueño, ilusión? Somos (yo de vigilia) sueño, la vida es un sueño más.
- El yo (de vigilia) depende de la memoria. La memoria depende del cerebro. Si el cerebro colapsa, el yo colapsa. Quien colapsa es el yo de vigilia, la persona.
- Lo prioritario en la criatura no es el yo de vigilia, la persona, sino la consciencia que ES en él, consciencia de ser. Esa consciencia es la misma en la vigilia y en el sueño.
cx87 cx132
7.3.2025
3
DURANTE TODA NUESTRA VIDA CONSERVAMOS INTACTA LA CONSCIENCIA DE SER
Nos movemos y todo cuanto nos rodea se mueve. Pero la consciencia de sí de ser no se mueve. Aunque todo cambia, ella no cambia.
Carece de forma, no se mueve, ES, sin más, ajena al tiempo. En sí, carece de cargas, de lastres, de obstrucciones...
Si nos volcamos al exterior se invisibiliza. Tampoco aparece adentrándonos en nuestro interior. Para visibilizarse requiere de silencio, aún más, de Quietud consciente.
Ahí, en ella, solo hay consciencia, nada más.
No hay infiltración de pensamiento, sentimiento, deseo...
El yo la oculta, la tapa, pero ella sigue ahí. Nada le afecta. Es inextinguible.
cx11 cx225 cx226
8.3.2025
4
EL CONTENIDO DE LA MEMORIA ES EL PAPEL QUE REPRESENTA LA PERSONA, EL ACTOR
Consecuencias:
- Nadie puede salirse del papel que representa, nadie escapar de su memoria, liberarse de esta carga. ¿Obligación, imposición...?
- La vida de vigilia es una reducida fracción de nuestra existencia, el resto acaece en el Océano de los sueños donde el actor, que se cree principal, no participa.
- El yo de vigilia, el actor, es sustituido en las escenificaciones de los sueños.
- Sin un conocimiento suficiente de vigilia y sueño no estará claro lo que sabemos de nosotros mismos.
- Atrapados en el "guion" que nos dicta la memoria: ¿Es sostenible el libre albedrío? ¿Nuestros pensamientos, sentimientos, deseos..., decisiones, son realmente nuestros o son simplemente el resultado inapelable de patrones bien definidos en nosotros? ¿Es el olvido la liberación al borrar el guion?
- En la consciencia de ser no hay memoria, actor, guion.
cx59
9.3.2025
5
DOS CARAS DE LA EXISTENCIA: UNA SE MUEVE, LA OTRA NO SE MUEVE
En el Universo todo se mueve. ¿Cuál es el soporte del movimiento, de dónde parte, qué lo sostiene, qué lo completa? Ver solo el movimiento es ver la apariencia de la forma.
Lo que se mueve es efímero pero lo que no se mueve es permanente. Lo efímero es insostenible sin lo permanente como base. Lo permanente no está sujeto a nada, no depende de nada, todo lo demás está sujeto a ello, depende de ello, inevitablemente. Lo que se mueve, lo efímero, depende de lo que no se mueve, lo permanente. En eso, en lo que no se mueve, en la Quietud encontramos lo que ES (y no puede dejar de ser).
La Quietud (practicada), en si misma, tiene sus efectos, ejemplo: en Ella todo movimiento, todo pensamiento, sentimiento..., toda afectación interior, todo sueño, se diluye.
a1072
10.3.2025
6
MEMORIA, RUTINAS E INSTINTOS GOBIERNAN TODO LO QUE HACEMOS, PENSAMOS, SENTIMOS, DESEAMOS
- El guion, establecido por la memoria, que utiliza la persona en su vida está estructurado por sus rutinas, esto es, hábitos, costumbres, gustos, preferencias... y por los instintos, comunes a toda la especie humana, de relación, seguridad y satisfacción. Así, el hacer, pensar, sentir, desear está limitado, determinado, condicionado por el contenido de memoria, rutinas e instintos, no es libre, no es genuino.
- Respecto a sí mismo, adquirir algo "nuevo" resulta extremadamente difícil, la telaraña del almacén psicológico lo impide dificultando su asimilación. La capacidad de actuar de forma novedosa o creativa se ve disminuida lo que dificulta la exploración de nuevas posibilidades. Aunque la memoria, las rutinas y los instintos son fundamentales para la supervivencia y el funcionamiento diario, su predominio limita nuestro potencial de crecimiento, libertad y autenticidad.
- Bajo lo efímero subyace lo permanente. Y es desde ahí que surge el descubrimiento de lo nuevo.
a1041
10.3.2025
7
EL CONSCIENTE AHORA ES LA PANTALLA POR DONDE DISCURREN LOS FOTOGRAMAS DEL TIEMPO
El Ahora como pantalla:
El "Ahora" actúa como esa pantalla inmutable, el lienzo sobre el cual se proyecta la película de nuestra experiencia, de nuestra vida. Cada "fotograma" representa un instante fugaz, una forma que aparece y desaparece. El tiempo, entonces, no es una entidad en sí, sino el flujo de estos fotogramas a través del Ahora.
Podemos considerar el Ahora como la dimensión fundamental de la existencia, la base sobre la cual se construye la ilusión del tiempo, el sueño.
La inmovilidad del Ahora:
La clave aquí es entender que el Ahora es estático. No se desplaza a través del tiempo, sino que el tiempo se desplaza a través de él. Esta comprensión puede liberar nuestra mente de la constante búsqueda de "llegar" a algún lugar o a algo en el futuro o de la carga del pasado.
Es como un punto de referencia fijo en un río caudaloso. El agua (el tiempo) fluye, pero el cauce (Ahora) permanece.
El Ahora y la Consciencia:
La Consciencia, Ella, opera exclusivamente en el Ahora. El pasado y el futuro son construcciones mentales, recuerdos e imaginaciones, respectivamente, son limitación, sueños. Siempre los experimentamos desde ese Ahora.
La capacidad de recordar y planificar es valiosa en la vida común, pero a menudo nos aleja de la plenitud de lo que ES si estamos en camino de transcender. Estados tales como ansiedad y el arrepentimiento surgen de vivir en el pasado o el futuro, en lugar de en el Ahora.
La permanencia y la transitoriedad:
El Ahora representa la dimensión permanente de la existencia, mientras que las formas (incluidos nuestros pensamientos, emociones, experiencias..., nosotros mismos) son efímeras.
Esta distinción es crucial para comprender la naturaleza de la realidad. Apegarse a las formas, que por definición son transitorias, conduce a distanciarse de calma y armonía, en muchos casos al sufrimiento inútil. En cambio, descansar en la inmutabilidad del Ahora brinda paz y estabilidad.
Ser Ahora, ser Consciencia:
En el Ahora, más allá de las formas, reside la consciencia pura que no está limitada por el tiempo ni el espacio. Es la esencia de ser.
Al ser plenamente en el Ahora, hay conexión con la Consciencia, experiencia de unidad y plenitud.
Ahí, en el consciente Ahora, la ausencia de la forma hace posible la unión de todo lo que existe.
a1199
12.3.2025
8
RECORDAMOS FRAGMENTOS DE SUEÑOS POR LA INCURSIÓN OCASIONAL DEL YO DE VIGILIA EN ELLOS
El misterio de los yoes
- Cuando dormimos el yo o persona que experimentamos durante el día está ausente, él no preside las vivencias que se producen en eso que llamamos "sueños". Solo eventual o accidentalmente se da cuenta ligeramente de ciertas secuencias. Son otros yoes o personas los que están presentes ahí. Esto explica por qué los sueños a menudo se sienten tan extraños y desconectados de nuestra vida diaria.
El hilo invisible en nuestra existencia
- Casi de la totalidad de los sueños no nos damos cuenta, acaecen al margen de lo que llamamos "nosotros mismos". Pero la consciencia sí está presente en ellos. Esto nos revela una distinción crucial:
- una cosa es el yo de la vida de vigilia,
- otra distinta los yoes presentes en los sueños
- y otra muy diferente la consciencia.
Ella está presente siempre, y es la misma, tanto en el estado de vigilia como en los estados de los sueños, vivencias que se producen al dormirnos.
De lo trivial a lo trascendente
- A los sueños que con más facilidad puede acceder el yo de vigilia es a los más superficiales, los que están relacionados con los eventos, principalmente emocionales, en los que estamos involucrados en el día a día. Son "formas" que se quedaron en alguna parte cerebro y necesitan ser digeridas de algún modo. Suelen acaecer estos en las primeras horas del dormir. A medida que se liberan las tensiones emocionales, surgen vivencias más profundas de asuntos pasados aun no resueltos o no del todo resueltos en las que están involucrados sentimientos vitales para el quídam. Cuando hay liberación de la mente pueden suceder los sueños profundos, en estos, el cerebro ya no participa y la incursión en ellos del yo de vigilia es prácticamente nula, tampoco hay yo onírico alguno presente, se alcanzó lo trascendente, solo hay consciencia.
a1145
14.3.2025
9
CUANDO YA NO HAY NADA QUEDA LA CONSCIENCIA
(Implicación fundamental)
- No existe la nada, existe ausencia de forma, pero eso no es la nada. La consciencia es en la forma, también es si no hay forma.
- Donde hay algo (forma), la consciencia ES. Donde no lo hay (Vacío), también.
- Cuando ya no hay nada (ejemplo, morir) queda la consciencia.
La consciencia desempeña un papel prioritario en la naturaleza de la realidad, de la existencia en su totalidad. La realidad fundamental está en la consciencia y no en la materia, un derivado de aquella, tampoco en la vida, consecuencia de la materia. No es necesaria la existencia de lo tangible, mundo material, para que exista lo intangible, la consciencia, pero sí ésta para aquella. Sin consciencia, lo permanente, no hay mundo, lo efímero.
Universalidad de la consciencia:
La consciencia es omnipresente, existiendo tanto en la forma como en su ausencia. La consciencia es algo fundamental que persiste incluso en ausencia de forma física o material. Es decir, tras la desaparición de todo lo tangible, incluida la vida, la consciencia, que es intangible, permanece. Donde hay algo (forma), la consciencia ES. Donde no lo hay (Vacío), también.
Relatividad de la "nada":
La "nada" absoluta ni existe ni puede existir. Lo que percibimos como "nada" es en realidad ausencia de forma, el "consciente Vacío", necesario e imprescindible como base que sostiene a todo devenir físico. Mientras que "la nada" sería ausencia de todo, "el consciente Vacío" es ausencia de forma. No existe la nada, existe ausencia de forma, pero eso no es la nada. La consciencia ES en la forma, también ES si no hay forma.
Implicación sobre la muerte:
Así tenemos que, la Consciencia es algo permanente, no sujeta a lo físico (forma, movimiento, tiempo), a lo efímero. La muerte, entendida como la desaparición de la forma física, no implica la extinción de la consciencia al ser independiente de ella. Si no hay forma (criatura) no hay tiempo, no hay mundo, pero sí hay consciencia. Entonces, cuando ya no hay nada, ejemplo, morir, queda la consciencia.
(3a) (cx147) (cx230c)
15.3.2025
10
EL SUEÑO ES IRREAL PERO LA CONSCIENCIA DEL SUEÑO ES REAL
Para el "yo" de la vigilia el sueño es algo irreal, pero el "yo" presente en él lo vive y asume como una realidad propia, tan vívida, real y natural como la vida de vigilia.
La consciencia es el cimiento sobre el cual se erige el mundo de los sueños. Sin ella, los sueños no existirían. Sin consciencia del sueño no habría sueños.
En los sueños, ni protagonista, ni guion, ni escenario son objetivamente reales pero la sensación producida sí lo es. Lo importante en la existencia no es el yo, la forma, no es la vivencia, el movimiento, es la sensación que se produce en el yo, la consciencia que se desprende de la vivencia, la esencia de ser, de existir.
Los sueños nos dan idea de las ilimitadas posibilidades de la existencia. La existencia, la totalidad, no se limita a la experiencia o vivencia individual, es un todo sin división. Los sueños forman parte de ese todo y no se limitan al individuo y a sus múltiples yoes, de hecho, estos son generados por esa totalidad al igual que las olas no son partes sino que están integradas y generadas por el mar. Nuestros sueños no nos pertenecen, son formas que toma la existencia, la totalidad. Los sueños suceden quiera o no el individuo, trascendiendo su control. Esto nos permite vislumbrar la inmensidad de la existencia y relativizar el papel del individuo. Somos llevados por el mar, no nos movemos por voluntad propia. Así, la vida nos arrastra, no la dirigimos". Es el mar, la totalidad, quien hace posible tanto la ola (forma, criatura) como la vida de la ola.
Solo hay posibilidad de que emerjan los sueños cuando el yo de vigilia está ausente. Paradójicamente solo es posible saber de ellos si el yo de vigilia, de alguna manera, se hace presente en ellos. Solo éste yo de vigilia puede almacenarlos en la memoria.
(5a) (a1065)
11
16.3.2025
12
PRESENCIALMENTE SOLO EXISTE EL CONSCIENTE AHORA
Quien puede presenciar el Ahora no es el yo. El yo está en el tiempo, puede emular el Ahora pero no "ser el Ahora". La consciencia de ser ES en el Ahora, se experimenta desde el Vacío. En el consciente Vacío no hay forma, no hay yo, consecuentemente no hay movimiento, es Quietud, solo ES consciencia.
La consciencia de sí de ser es la sensación íntima de la existencia, en el Ahora, libre de toda otra connotación, no hay yo, forma, no hay movimiento, pensamiento, es sin tiempo. Es decir, en el Ahora, la consciencia de ser experimenta la Existencia en sí misma, sin ningún atributo o derivado, limpiamente. Las limitaciones que vienen impuestas por el yo y el tiempo, por lo efímero, se disuelven. Se experimenta la existencia directamente, sin intermediarios.
Ahí, en el Ahora, solo existe la Conciencia pura, la Existencia misma.
(a1074)
19.3.2025
13
CONSCIENCIA ES CONTACTO, RELACIÓN, CONEXIÓN, INTERCOMUNICACIÓN ENTRE ELEMENTOS. CONSCIENCIA ES UNIÓN
La consciencia, en esencia, es contacto, relación, conexión, intercomunicación entre todos los elementos del universo. Es la unión fundamental que subyace a toda existencia. Estar consciente implica una presencia plena, tanto en el mundo exterior como en nuestro interior, reconociendo la pertenencia a un todo mayor. Este estado de presencia consciente no surge de forma automática; requiere de la voluntad consciente, una facultad que, lamentablemente, a menudo se descuida. Sin una atención voluntaria y consciente, la vida se desarrolla como si fuéramos autómatas, reaccionando en lugar de actuar.
Todo está intrínsecamente conectado, relacionado y unido. Sin la aplicación de la consciencia, esta unión permanece velada, desaprovechando sus profundas implicaciones.
Implicaciones de la Consciencia voluntaria:
Claridad y autodistanciamiento:
La consciencia voluntaria permite observar nuestros pensamientos y emociones con claridad, facilitando la identificación de patrones y creencias limitantes que obstaculizan nuestro crecimiento. Se establece una separación saludable entre el "yo" observador y el flujo de pensamientos y emociones, lo que nos permite actuar con mayor discernimiento.
Regulación emocional:
Al ser conscientes de nuestras emociones en tiempo real, desarrollamos la capacidad de regularlas de manera efectiva, evitando reacciones impulsivas y cultivando respuestas equilibradas y constructivas.
Decisiones alineadas:
La consciencia voluntaria nos permite tomar decisiones acordes con nuestros valores y objetivos más profundos, liberándonos de la tiranía de los hábitos automáticos y las influencias externas.
Empatía y comunicación:
La consciencia voluntaria fomenta la empatía y la compasión, permitiéndonos comprender y conectar con los demás a un nivel más profundo. Al estar plenamente presentes en nuestras interacciones, mejoramos nuestra capacidad de escuchar activamente y de comunicarnos con claridad, efectividad y honestidad.
Resolución de conflictos:
La consciencia voluntaria nos capacita para abordar los conflictos con calma y objetividad, facilitando la búsqueda de soluciones constructivas y armoniosas.
Consideraciones finales:
- La consciencia voluntaria es un camino de práctica y perseverancia, un proceso continuo de aprendizaje y desarrollo. No es un destino que se alcanza de forma instantánea.
- Es crucial distinguir entre "estar consciente" y "ser consciencia". Estar consciente es el primer paso, el inicio de un viaje hacia la realización plena de la consciencia: "Ser conciencia". Esto representa la cúspide.
- El proceso de cultivar la consciencia no se limita a la esfera mental; trasciende la mente, permitiendo una conexión más profunda con la realidad. Por lo tanto, no se ancla en hábitos o rutinas rígidas, sino que se despliega con fluidez y adaptabilidad.
(a801)
20.3.2025
14
EL TIEMPO PRESENTE ES UN INSTANTE IMAGINARIO, SU DURACIÓN ES CERO
Es la memoria lo que sostiene la sensación del tiempo, pasado, presente, futuro, en el yo de la mente. Más allá de esto encontramos la base del tiempo en la forma, siempre en movimiento el cual determina la medida de su discurrir.
En sí mismo, el Universo, no existe (1); lo que sí existe es la consciencia, el darse cuenta del Universo y por ende de la vida y, en ella, del tiempo. En esa expresión de la consciencia, algo comparable al sueño, las formas en movimiento emergen en lo que concebimos como tiempo, una estimación o interpretación. El presente podría ser el punto de emergencia, el instante en que el tiempo se materializa pero siempre a partir de la consciencia o gracias a ella. La comprensión del consciente Ahora, pantalla, facilita la comprensión del emerger del tiempo, fotograma.
El tiempo, igual que la forma y el movimiento, es una expresión de Vacío, Quietud, Ahora, esto es, una expresión de consciencia. Sin consciencia, lo permanente, no hay mundo, Universo, sueño, lo efímero, esto es, forma, movimiento, tiempo. Sin anverso no hay reverso, sin lo permanente no puede acaecer lo efímero.
(1) El pasado no está, no existe, el futuro tampoco, la duración del presente es cero tiempo. Es decir, el Universo no existe como tal aunque sí existe la ilusión de Universo y todo lo que contiene (vida, criaturas..., tiempo), la memoria de forma en movimiento, consecuentemente también del tiempo. De ahí su comparación y paralelismo con los sueños que experimentamos al dormir donde todo se siente real desde dentro, pero se revela como fantasía desde fuera. Si pudiéramos salirnos del Universo, de la vida, veríamos su ilusión.
(a963)
22.3.2025
15
LOS SUEÑOS NI COMIENZAN NI TERMINAN, NI NACEN NI MUEREN, ININTERRUMPIDAMENTE SE SUCEDEN
Cada sueño, cada vivencia, cada vida, cada yo, da paso a otro sueño, otra vivencia, otra vida.
Cambia el sueño, cambia el yo. Lo que no cambia es la consciencia que es en el sueño, en el yo.
Cada sueño, vivencia, vida, cada yo, son diferentes, siempre nuevos.
¿Termina la vida, termina el yo? Con cada vida, cambia la vivencia, cambia el yo, nueva vida, nueva memoria, nuevo yo.
Sueño, vida, vivencia, yo, son factores que cambian, distintos, nuevos siempre, ininterrumpidamente se suceden, lo efímero. La consciencia es el único factor que no cambia, que es la misma, lo permanente.
Lo que está, tangible, efímero, cambia. Lo que ES, intangible, permanente, no cambia.
Así, sueño, vivencia, vida, yo, es ilusión. Pero el "hecho consciente" del que dimana no es ilusión.
Salvo el hecho consciente todo es flujo constante de cambio, aferrarse a un yo o una realidad fija es ignorancia, consecuentemente ineptitud.
(a1016) (Asociado cx232)
24.3.2025
16
DISTINTOS SUEÑOS, DISTINTAS VIVENCIAS, DISTINTOS PERSONAJES, MISMA CONSCIENCIA DE SER
En todo, en todos, en los diversos periodos de la historia, en las variadas culturas, en ingentes criaturas vivientes subyace la misma e idéntica consciencia, el hilo conductor que lo une todo, sin ninguna variación, siempre el mismo.
¿Realidad, ficción...? No existe identidad propiamente dicha, el yo, realizada su tarea es relevado, todo sigue igual, todo es lo mismo pero las versiones que se suceden en la búsqueda de plenitud son distintas, comparten la misma e idéntica consciencia que es donde está el valor, el mérito, lo importante. A una memoria sucede otra memoria, a un yo otro yo, a una vivencia otra vivencia...
Todo aparenta estar hecho de fragmentos, de partes... Y sin embargo todo está unido, todo conectado, relacionado, comunicado, todo lo mismo, igual, único. Misma consciencia en distintos yos para resolver con distintos recursos diferentes problemas, situaciones...
No somos "partes" de la misma Consciencia, ni es nuestra posesión, es Ella la que ES en todos, ES, no está. Todos no somos uno, todos somos diferentes entre sí, es la Consciencia la que es UNA, la misma en todos, en todo, en infinita capacidad de expresión.
(a1017b)
25.3.2025
17
LA FORMA QUE NACE SIEMPRE ES NUEVA
Cuando se baja el telón todo concluye: actor, escenario, obra. Se acaba definitivamente la función. No hay ensayo general para la vida, cada representación es única.
Cada amanecer es un estreno, cada ocaso, una despedida sin repetición. La vida es un río que fluye en una sola dirección, sin retorno, un viaje, no un destino.
Para quien termina, el cese de la existencia es irrevocable. Cuando la llama de la vida se extingue, ninguna chispa reaviva.
Poner expectativas en el yo, en el actor, en su escenario, en su obra es ilusa ficción. Aferrarse al 'yo' es como intentar atrapar el viento, un deseo vano. Nada efímero subsiste.
No es el yo, la forma, no es la vida, el movimiento, no es el devenir del yo en la vida, el tiempo, nada de esto subsiste, porque nada de ello permanece. Quien comprende lo que permanece comprende aquello que trasciende al sueño, a la ficción, comprende a actor, escenario y representación, comprende qué es la Existencia.
Nadie, nunca, nació dos veces.
(b1148)
26.3.2025
18
EXISTEN EN NOSOTROS MULTITUD DE PERSONAJES
El yo, persona, personaje, de vigilia, está sujeto a la memoria, a la mente, al cerebro, incluye conocimientos, experiencias, cultura...
El yo presente en la vida de vigilia es una función de la existencia. Cuando el yo-de-vigilia está ausente, cada yo que preside los sueños son igualmente funciones o cometidos de la existencia, entes necesarios pero efímeros que surgen y desaparecen.
El yo de vigilia y los yoes de los sueños son como las nubes o como las olas del mar, surgen, se mantienen por un tiempo y luego se desvanecen. Nada queda de ellos después de desaparecer porque nada eran cuando aparecieron.
El actor del teatro de la vida no es el mismo que el del teatro de los sueños. Los yos de los sueños, particularmente los profundos, son completamente ajenos al yo de vigilia, ni su vida es la de aquel, ni sus vivencias ni experiencias lo son. Y sin embargo a todas esas personas les llamamos "yo", curioso error. Sociedad y cultura refuerzan y se aferran a la ilusión de un solo "yo".
Entonces, ¿Qué es el yo? Aunque imprescindible para la vida común y necesario para los sueños, una función efímera en la existencia, fuera de esto, nada, nada. Para entenderlo hay que comprender algo más profundo, una visión que vaya más allá de lo superficial, algo completamente distinto, nuevo, explorar las raíces subyacentes a él, ahondar en lo trascendente, una perspectiva más amplia, un nivel de comprensión superior. Entonces se descubre cuan equivocada está la idea forjada que tenemos de nosotros mismos.
Mirar con otros ojos la Existencia, en mayúscula, salirse del espacio, del tiempo, de la vida, de lo adquirido de una sociedad confusa, salir del sueño, de la ilusión, de la ignorancia...
¡ Qué difícil salir de lo viejo, de lo apuntalado por sociedad y cultura que refuerzan y se aferran a la ilusión de un solo yo individual, de lo que la historia ancestral sostuvo, de lo que la filosofía, la sociología, la psicología..., mantienen, qué difícil ! Si la mente es vieja, viejos serán sus resultados.
(b1187)
28.3.2025
19
NO ES POSIBLE LA INEXISTENCIA DE CONSCIENCIA PORQUE NO ES POSIBLE LA INEXISTENCIA DE VACÍO, QUIETUD, AHORA (Y VICEVERSA)
La noción de existencia que solemos manejar se restringe a las formas, ya sean materiales o inmateriales, físicas o psicológicas, animadas o inanimadas, reales o ficticias, naturales o artificiales. Sin embargo, existe una realidad que trasciende estas formas, una realidad que la mente humana apenas puede concebir: el Vacío, la Quietud, el Ahora.
Este Vacío, esta Quietud, este Ahora, carecen de forma y, sin embargo, su existencia es ineludible. Todo lo demás puede ser negado, suprimido o desaparecer, pero esta realidad fundamental persiste. Es la base, el sustento de todo lo que existe, lo único permanente, estable, indeleble, increado, primordial.
La Consciencia se manifiesta, ES, en todas las formas, y también en la ausencia de ellas. Sin la Consciencia, nada podría existir. Si el Vacío-Quietud-Ahora es inevitable, entonces la Consciencia también lo es. De hecho, la Consciencia es Vacío, Quietud, Ahora, y se manifiesta, ES, en ellos. Es la Consciencia la que posibilita el surgimiento y la disolución de las formas en el devenir efímero de la existencia.
Para facilitar la comprensión, utilizamos los términos Consciencia, Vacío, Quietud y Ahora, pero en esencia, son uno y lo mismo, inseparables. La Consciencia no puede experimentarse en el pasado ni en el futuro (esto puede verificarse), sino solo en el Ahora. Y este Ahora, por definición, carece de movimiento, es Quietud, y carece de forma, es Vacío.
En consecuencia, afirmamos que la inexistencia de la Consciencia es imposible, porque la inexistencia del Vacío, la Quietud y el Ahora también lo es, y viceversa. Nada, ni aun la "nada (ausencia de forma)", están fuera de la Consciencia.
29.3.2025
20
ES PRUEBA DE ESTAR PLENAMENTE CONSCIENTE LA PAZ QUE SURGE, SE COMPRENDIÓ EL SUEÑO
¿Qué es estar plenamente consciente?
- El sueño nos seduce y estando ahí no es posible una paz efectiva. Vivimos hechizados por forma-movimiento-tiempo donde se generan sensaciones, necesidades, placer-dolor, alegrías y penas, deseos, intereses... y ahí no hay paz, no puede haberla, es un ir y venir sin más. Cierto que esto es el juego de la vida y no hay muchas más opciones que jugar, que seguir jugando.
- Cuando se ve el juego, cuando nos damos cuenta que es dar vueltas y más vueltas en ciclos interminables entonces se ve la ilusión, el sueño. Ver el sueño es estar a punto, a la orilla, de comprenderlo. Pero es necesario verlo con claridad, con completa transparencia. Si esto sucede se da un salto, resplandece una luz: se comprendió el sueño. Su resultado no es otro que el surgimiento de una paz, en sí, nueva, algo trascendente, decisivo, ya no hay tiempo, ni deseos, ni miedos.., ya no hay nada, solo consciencia pura. La vida, las vivencias, el sueño seguirá su curso pero cruzamos a la otra orilla, ya no hay más ir y venir, la rueda no solo se ha detenido sino que se rompió, seguiremos sintiendo nuestro yo pero ya sabemos que es solo una mera bagatela, nos pusimos en otro estado, un estado, sin "yo" que comande, un estado de plenitud consciente. Se abrieron las puestas de lo que ES, y lo irrelevante, lo intrascendente, ha quedado atrás.
(c43b)
31.3.2025
21
LA CONSCIENCIA NO ES NINGÚN SER SINO LA QUE HACE POSIBLE SER, NO SOLO A LA VIDA, A LAS CRIATURAS, SINO A TODO EL UNIVERSO
La base y soporte de todo es la Consciencia. Sin Ella nada podría estar, nada ser, nada existir, absolutamente nada. Sin Ella la Existencia es inconcebible.
Gracias a que la Consciencia no es "ningún ser" todo puede ser, existir, absolutamente todo. Precisamente porque es nada (0, Vacío..., de forma), porque es algo aparte, diferente, todo puede manifestarse, expresarse.
Ser, es la condición de la existencia, aunque sea ilusión, aunque sea efímeramente. Y ese "ser" es otorgado por la Consciencia a todo cuanto existe, ya sea real, ya sea ficticio...
La Consciencia, que carece de forma, no pertenece al tiempo que tiene como condición la forma, trasciende sus limitaciones. No caben términos para referirnos a Ella tales como, "nunca comenzó" o "siempre existió" porque nunca y siempre implican tiempo, no hay flujo temporal pues no hay forma ni movimiento que lo genere. En lo que ES, en Vacío-Quietud-Ahora, en el 0, en la Consciencia no hay ningún discurrir del tiempo porque no hay forma alguna y por tanto movimiento y su consecuente devenir. Referirse a Ella como un "presente eterno" también es engañoso ya que ambas palabras implican temporalidad. El tiempo, como la forma y el movimiento en los que se sustenta, es una condición del Universo, del sueño de la vida, de la evanescente ilusión.
La Consciencia no es creadora en el sentido convencional, no crea nada, ni produce, ni hace, sino que por su mediación resulta posible la acción, producción, realización del cosmos, de la vida, de la existencia efímera, eso a lo que llaman "la creación". Ella, digamos, cumple la función de espejo, lo permanente, sobre el que se realiza el reflejo, lo efímero, el sueño. No existe el mundo en sí mismo, existe la consciencia, la ilusión, el reflejo del mundo, eso que sentimos y percibimos.
a1102
2.4.2025
22
VACÍO, QUIETUD, AHORA, BASE Y SOPORTE DE TODO LO QUE EXISTE, FORMA, MOVIMIENTO, TIEMPO
El Vacío es el soporte de la forma. La Quietud es la referencia del movimiento. Por el Ahora discurre el tiempo. Lo permanente y lo efímero se complementan, se combinan perfectamente, se entrelazan en la danza del universo. Esta relación simbiótica forja la existencia, la hace posible. Lo efímero existe gracias a lo permanente. Lo permanente posibilita el devenir de lo efímero.
El Vacío no ocupa, carece de dimensiones, de magnitudes, pero es necesario para que existan las dimensiones y magnitudes. La Quietud es imprescindible para todo movimiento que realizan las formas, es su referencia, su punto de partida. El Ahora, constante, inamovible, fijo, estático es indispensable para el flujo del tiempo. Lo estático permanente es cimiento y fundamento obligatorio de lo dinámico efímero.
Forma, movimiento y tiempo no pueden existir porque sí, o en sí mismos sin más, tienen como respaldo necesario, imprescindible, indispensable a Vacío, Quietud y Ahora. Vemos la forma, no el Vacío, nos damos cuenta del movimiento, no de la Quietud, tenemos en cuenta el tiempo, no el Ahora. ¿Somos ciegos ante lo esencial? Vemos lo tangible no lo intangible y sutil. Lo tangible es perecedero, efímero, evanescente, lo intangible es imperecedero, permanente, inalterable.
cx159
5.4.2025
23
LO QUE ES NO SE MUEVE. LA CONSCIENCIA NO SE MUEVE, EL VACÍO NO SE MUEVE, EL AHORA NO SE MUEVE. SE MUEVEN LAS FORMAS, SE MUEVE EL SUEÑO.
El núcleo de esta afirmación reside en una distinción fundamental entre la realidad última, subyacente e inmutable, y la manifestación fenoménica, la experiencia que percibimos como dinámica y cambiante. Profundicemos en cada uno de estos elementos:
"Lo que ES no se mueve."
Se establece la base para la comprensión de la realidad que trasciende los inevitables cambios. Constituye la esencia fundamental de la existencia, aquello que permanece constante e inalterable a pesar de las fluctuaciones del mundo que experimentamos. Es el sustrato último de todo lo que existe, la base sobre la cual se despliega la danza del universo. Esta inmovilidad, en la práctica, no implica inactividad, sino una naturaleza que está más allá de la necesidad de desplazamiento o transformación para ser completa: la Consciencia, sin hacer, hace.
"La Consciencia no se mueve..."
La Consciencia, en este contexto, se refiere a la capacidad fundamental de darse cuenta, es la luz que ilumina la vivencia. No es un objeto que pueda trasladarse de un lugar a otro. Más bien, es el campo unificado en el que todas las experiencias surgen y desaparecen. La Consciencia es la pantalla sobre la que se proyecta la película de la vida, pero la pantalla en sí permanece inalterada por las imágenes que aparecen en ella. No nace ni muere, no aumenta ni disminuye; simplemente ES, como la capacidad inherente de ser consciente.
"...el Vacío no se mueve..."
El Vacío aquí no se entiende como una mera ausencia o la nada nihilista. Más bien, se refiere al potencial ilimitado, abierto e incondicionado donde todas las formas pueden manifestarse y disolverse. Es la matriz fundamental que subyace a toda existencia, carente de atributos inherentes pero capaz de contenerlos todos. El Vacío es como el lienzo en blanco del artista, que en sí mismo no se mueve ni se transforma, pero permite la creación y la eventual desaparición de innumerables obras. Su inmovilidad radica en su naturaleza fundamental como potencialidad pura, anterior a cualquier forma y movimiento específico.
"...el Ahora no se mueve..."
El "Ahora" no es un instante fugaz que se desliza hacia el pasado. Es la única realidad verdadera, el punto de encuentro donde toda experiencia acontece. El pasado ya no es, el futuro aún no es, la duración del presente es igual a cero, existen solo como construcciones mentales. El Ahora es eterno e inmutable en el sentido de que siempre ES. Lo que cambia son los contenidos de la experiencia dentro del Ahora, pero Eso, en sí mismo, permanece constante como el único estado donde la realidad se manifiesta. Intentar "mover" el Ahora es conceptualmente imposible, ya que todo movimiento y toda experiencia ocurren en él.
"...se mueven las formas, se mueve el sueño."
En contraste con la inmutabilidad de lo fundamental, el mundo de las formas es intrínsecamente dinámico. Las formas, ya sean objetos físicos, pensamientos, emociones, sensaciones..., están en constante flujo, nacimiento, transformación y disolución. Son manifestaciones temporales que surgen dentro del campo de la Consciencia, se despliegan a partir del Vacío, experimentándose dentro del Ahora y cuya naturaleza es inherentemente cambiante e impermanente.
De manera similar, el "sueño" se refiere no solo a la experiencia onírica nocturna, sino también a la ilusión de realidad que percibimos en la vigilia, condicionada por nuestras creencias, percepciones limitadas y la identificación con el ego. Este "sueño" está en constante movimiento, con narrativas que cambian, identidades fluidas y una sensación de solidez que, desde una perspectiva más profunda, se revela como transitoria.
Implicaciones y Conexiones:
Esta distinción entre lo permanente y lo efímero tiene profundas implicaciones. La estabilidad y paz auténtica no se encuentra en el aferramiento a las formas cambiantes, sino en el reconocimiento y la conexión con la naturaleza inmutable de la Consciencia, de Vacío, Quietud, Ahora, de lo que ES.
Desidentificación: Al comprender que lo que realmente ES (la Consciencia) no se mueve, podemos comenzar a desidentificarnos de las fluctuaciones del "sueño", reduciendo así el sufrimiento causado por el apego y la aversión al cambio.
Presencia: La consciencia del Ahora, como algo inmutable, nos invita a enfocarnos en eso donde la vida realmente sucede, liberándonos de la inestabilidad del presente, la ansiedad por el futuro y el arrepentimiento por el pasado.
Libertad: Reconocer el Vacío como la base incondicionada de toda existencia nos libera de las limitaciones impuestas por las formas y nos abre a un potencial infinito.
En última instancia, esta afirmación nos invita a mirar más allá de la superficie del movimiento y el cambio para descubrir la quietud y la estabilidad que residen en el corazón mismo de la existencia. Es una invitación a despertar del "sueño" de la ilusión y a reconocer la naturaleza inmutable de lo que verdaderamente ES.
7.4.2024
24
MEDIANTE PERFECTA QUIETUD CONSCIENTE SE DILUYE TODA AFECTACIÓN INTERIOR
Cuando un estanque turbio queda completamente quieto, permite que el sedimento se asiente y el agua se aclare.
¿Por qué la Quietud consciente puede diluir toda afectación interior?:
La afectación interior surge de la identificación con pensamientos y emociones que genera la mente automática. Y así, creemos ser nuestros miedos, ira, tristeza..., estos pensamientos y emociones nos arrastran y consecuentemente nos desestabilizan. No es necesario observarlos -pues ello constituye perpetuar el ruido de la mente-, la Quietud consciente los corta de raíz.
Para alcanzar perfecta Quietud consciente es preciso, primero, detener o al menos aquietar no solo de la actividad externa, sino también el diálogo interno, esto es, juicios, interpretaciones, reacciones automáticas que genera el pensamiento, silencio de la mente. Segundo, será necesario establecernos en la consciencia de ese silencio sin lo cual nos quedaríamos en la superficie de la quietud, ser silencio, ya no hay forma, no hay yo, consciencia del silencio. Tercero, adviene el Vacío-Quietud-Ahora, no hay forma-movimiento-tiempo. Toda afectación interior que pudiera haber queda diluida sin quedar rastro alguno de ella. Pasamos de ser actores atrapados en el drama de nuestros pensamientos y emociones a la estabilidad de lo que ES, se pasó de la seducción de lo efímero al hecho de lo permanente.
(c338)
9.4.2025
25
FORMA, APARIENCIA QUE TOMA EL MOVIMIENTO. MOVIMIENTO, APARIENCIA QUE TOMA EL VACÍO, EL CERO, LA CONSCIENCIA.
18.4.2025
26
LA CONSCIENCIA DE SER NO PUEDE RECORDARSE NI IMAGINARSE, ES EN EL AHORA
La consciencia de ser ES en el inamovible Ahora, trasciende la noción lineal del tiempo presente. Por su naturaleza, esta consciencia no puede ser evocada mediante el recuerdo ni anticipada por la imaginación.
Todo aquello que percibimos a través de nuestros sentidos –lo que vemos y oímos–, así como las elaboraciones de nuestra mente –pensamientos, sentimientos, deseos–, son susceptibles de ser revisitados por la memoria o proyectados hacia el futuro por la imaginación. Sin embargo, aquello que fundamentalmente ES –la consciencia pura del Ahora, la consciencia esencial de ser– escapa a estas facultades.
Podemos traer de vuelta a la memoria e incluso fantasear con aspectos tanto de nuestra existencia física como de nuestro mundo psicológico. No obstante, la Consciencia misma los trasciende. Al ser la base fundamental de toda experiencia, no puede ser contenida ni definida por los límites del recuerdo o la ficción. Simplemente ES, manifestándose perpetuamente en la inmediatez del consciente Ahora.
En la Consciencia no existen las cargas del pasado o formas guardadas en la memoria, pues, en esencia, es Vacío, un espacio ilimitado de potencialidad pura donde toda experiencia emerge y se disuelve.
La consciencia de ser y el consciente Ahora confluyen en la experiencia de lo que ES, en lo permanente, no hay forma, movimiento, tiempo, solo es Consciencia.
(cx166)
22.4.2025
27
EMOCIÓN, O PENSAMIENTO, O SUEÑO..., VISTO DESDE DENTRO ES REAL, DESDE FUERA ES FICCIÓN
La vivencia íntima de una emoción, un pensamiento o un sueño se siente con la contundencia de lo real, absorbiéndonos por completo en su instante. Sin embargo, al observarlos desde la orilla segura del tiempo transcurrido, su naturaleza mutable se revela, desdibujándose los contornos de su aparente solidez para mostrar su esencia fugazmente construida, una ficción tejida por la mente.
En el momento en que nos asaltan, esa emoción, ese pensamiento o ese sueño ejercen una poderosa atracción, nos seducen con su lógica interna y nos envuelven en su torbellino dinámico, induciendo un estado casi hipnótico donde la percepción se distorsiona y la frontera entre lo interno y lo externo se difumina. Pero una vez que la ola pasa y la perspectiva se amplía, su artificio se hace evidente. Resulta innegable el poder ilusorio del hechizo que en su momento nos subyugó; comprendemos que fue una construcción mental efímera, una ficción pasajera cuya trama nos afectó profundamente, tiñendo nuestras decisiones y emociones, pero cuya influencia se ha atenuado con el devenir del tiempo, disipándose como la niebla bajo el sol.
La vida misma se presenta como un vasto y complejo sueño, una representación continua que solo puede ser comprendida en su verdadera dimensión si logramos, de alguna manera, desprendernos de su flujo incesante, situarnos en un punto de observación exterior para contemplar la naturaleza ilusoria de su intrincada trama. Esta verificación profunda se alcanza mediante una radical desidentificación de sus elementos constitutivos, adoptando un distanciamiento singular que nos permite observar con una mirada limpia, despojada del peso de las experiencias pasadas, libre de los condicionamientos impuestos y las coacciones sutiles de la memoria. Desidentificarse, en esencia, implica trascender la inmersión en la vida para contemplarla desde una perspectiva exterior, como un espectador consciente de la obra en la que también participa.
Para alcanzar esta comprensión liberadora, es imperativo anular la engañosa apariencia de realidad, la ilusoria consistencia de esa fachada exterior que nos mantiene prisioneros de una percepción limitada. Es necesario abrir los ojos a una nueva forma de ver, descorrer el velo que oscurece la verdadera naturaleza de las cosas, quebrantar el hechizo de la ilusión persistente, disipar las sombras que distorsionan nuestra visión y, finalmente, emanciparnos de la prisión de la fantasía, para abrazar una realidad más vasta y auténtica.
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- Emoción, o pensamiento, o sueño..., nos atrapa y seduce, nos envuelve en su dinámica produciendo un efecto hipnótico. Pero una vez queda atrás es detectable, cuando lo observamos desde otro tiempo se revela la ilusión, resulta fehaciente el hechizo que en su momento produjo, fue una ilusión, una pasajera ficción, su trama nos afectó pero ya ha perdido su fuerza, se ha disipado.
- La vida es un sueño y no será posible verlo, entenderlo sin, de alguna manera, salir de ella, ponerse fuera y observar la fantasía de su trama. Esto puede verificarse mediante una desidentificación profunda de ella, desde un distanciamiento singular, con mirada limpia, sin cargas, sin los condicionamientos y coacciones de la memoria. Desidentificación, salir de la vida, verla desde fuera.
- La apariencia de realidad, la consistencia de la fachada exterior ha de anularse. Abrir los ojos, rasgar el velo, romper el hechizo, disipar la ilusión, escapar de la fantasía.
(cx248)
23.4.2025
28
EL SUEÑO NO TERMINA AL DESPERTARNOS, TERMINA NUESTRA CONEXIÓN CON ÉL
- La existencia no se reduce al mundo en el que vivimos durante la vigilia sino que incluye el infinito Océano de los sueños donde todo es posible, latente despiertos, en ebullición dormidos. Esto nos abre a una visión de la existencia que trasciende la estrecha orilla de la vigilia, revelando algo vasto e inexplorado.
- La base y sostén común en vigilia y sueño es la consciencia de ser, unificadora de la existencia. El yo de vigilia no puede moverse con el contenido de su memoria en los mundos que suceden cuando queda dormido donde la libertad se expande sin límites, porque ya existe, porque siempre está ahí y esa infinitud no está condicionada al ir y venir, al dormir y el despertar del quídam el cual lo único que percibe, indirectamente, es su conexión y desconexión. Las vivencias acaecidas en los sueños, liberadas de la rigidez unidireccional de la vigilia, se entrelazan en complejas redes de asociaciones, permitiendo una fluidez de estados, identidades cambiantes y experiencias sensoriales que desafían la lógica lineal de la vida diurna. En vigilia y en sueño está presente la misma y única consciencia de ser inductora de la experiencia del juego, de la ilusión.
- Del mismo modo que no existe el mundo (de vigilia) en sí mismo o por sí mismo, tampoco existe el mundo o mundos de los sueños en sí mismos o por sí mismo. Lo que existe es la consciencia o darse cuenta de ello a través de innumerables yoes, entes efímeros cuya finalidad es una intermediación para que el hecho consciente se manifieste. Cuando el yo de vigilia despierta, su tenue o imperceptible conexión con el sueño termina pero los yoes de los sueños no despiertan, no son arrastrados a la vigilia, quedan sumergidos, latentes o en ebullición en ellos.
- Del mismo modo que existe el mundo que habitamos -con las salvedades apuntadas- también existe el ilimitado mar de los sueños, un terreno de juego que se presta a ser más amplio, más rico, mas libre, tan ilusoriamente real como aquel.
(c1023 cx249)
5.5.2025
29
DENTRO DEL SUEÑO NO ES POSIBLE VER QUE ES UN SUEÑO
Dentro del cuadro no es posible ver que es un cuadro. Dentro del sueño de la vida no es posible ver que es un sueño.
La fascinación con la trama, o vivencia, o historia..., en simbiosis con el yo que siente, que percibe, que se lo cree, hace prácticamente imposible ver las limitaciones del aparente hecho que se está produciendo reforzando la ilusión de realidad. Todo deviene a partir o gracias al yo, al determinismo que impone su memoria, a su cándido conocimiento. Una ilusa construcción que comenzó a forjarse en los primeros meses de su origen. Y es que el vicio, la deformación es connatural con el yo, con todo yo, ya sea despierto en vigilia, ya sea dormido en los sueños, está viciado desde los albores de su vida. Lo que toco, lo que veo, lo que siento..., porque me afecta, es real, reforzando la ilusión de autenticidad, !!! iluso !!! El sueño se siente intensamente real a nivel emocional y sensorial, el miedo, la alegría, la tristeza, el tacto, la vista, el oído son genuinos dentro de ese universo mental. Cuando despertamos de un sueño, ya fuera de él, reconocemos la fantasía, nos damos cuenta de la fascinación que nos produjo mientras estábamos dormidos. Cuando miramos atrás, al pasado, también reconocemos ciertas hechos que no eran sino producto de la ingenua mente. Pero la vida, en su conjunto, en su totalidad, no podemos reconocerla como un "sueño", como una ilusión, el "yo", parte de ese sueño, lo impedirá; para ciertas cosas, y esta es una de ella, es avezadamente ladino: si reconoce que él mismo es sueño, terminaría, teme su disolución. Somos más bien pasajeros que directores de la escena. Esta falta de control consciente dificulta la introspección necesaria para cuestionar la naturaleza de lo que estamos experimentando.
La vida no se reconocerá como sueño, porque el "yo", hijo de esa ilusión, teme su disolución.
(c1160) (cx258)
6.5.2025
DENTRO DEL SUEÑO NO ES POSIBLE VER QUE ES UN SUEÑO (II)
El yo, lo que experimentamos como nuestra identidad, se aferra con tenacidad instintiva al sueño de la existencia, sintiendo en lo profundo de su ser la pérdida de los límites que lo definen, el temor visceral a su propia disolución.
En su angustiosa necesidad de permanencia se aferra a las vivencias cotidianas y extraordinarias, a las personas que transitan su camino, a los viajes que expanden sus horizontes aparentes, a la información que acumula como tesoro, a los conocimientos que le otorgan una sensación de control. Se aferra con avidez a los deseos que lo impulsan, al fugaz placer de los sentidos, a la escurridiza promesa de la felicidad, incluso a la introspección de la meditación, paradójicamente, como una forma de solidificar su presencia. Se agarra con fuerza a la danza incesante de sus pensamientos y a la marea cambiante de sus sentimientos, identificándose con cada fluctuación interna. No contento con esto, extiende sus garras a las creencias que le dan un marco de referencia, a las ideologías que nutren su sentido de pertenencia, a las aficiones que llenan sus horas y definen sus gustos, al trabajo que le otorga un rol y un propósito, al ocio que le ofrece un respiro ilusorio. Se aferra al movimiento constante de las formas que componen su mundo, a esas formas que, a su vez, están en perpetuo cambio, recordándole la naturaleza transitoria de todo. En última instancia, se abraza con desesperación a lo efímero, a la propia ilusión de la vida, temiendo la llegada inevitable de lo que percibe como su inexorable cese total.
En este vasto teatro de la existencia, nadie conoce a nadie que no sueñe, cada individuo habita su burbuja de percepciones, interpretando lo que llama realidad a través de sus filtros. Incluso aquellos que claman estar despiertos, que buscan la iluminación o la trascendencia, lo hacen dentro del marco de su propio sueño, utilizando conceptos y herramientas que también son construcciones de la limitada mente. La búsqueda misma se convierte en parte del sueño, una capa más en la compleja trama de la ilusión.
En un bucle paradójico el yo crea el sueño y el sueño le crea a él.
Donde está el yo está el sueño, donde está el sueño está el yo.
cx259