Unidad 7. Romanticismo
HMD 7. Romanticismo
Introducción
En esta unidad estudiaremos el contexto histórico y sociocultural, así como las características y elementos de la música y la danza utilizados en las composiciones durante el Romanticismo (siglo XIX). Combinaremos el estudio, definición y explicación de los mismos, con el análisis de una serie de obras musicales en la materia de Análisis Musical II.
Por tanto, los conceptos que repasaremos aquí, son esenciales para comprender y asimilar, no solo esta materia, sino también la de Análisis Musical II. Las Unidades 6 de ambas materias se estudiarán simultáneamente, sus contenidos y aprendizajes serán complementarios.
Esta unidad tiene asociada dos tareas en Classroom que debes entregar antes de la fecha acordada.
Índice
HMD 7.1. Contexto histórico y social (Punto 2.1., BLOQUE 2, prueba PEvAU)
HMD 7.1.-1. Definición. Terminología
El Romanticismo es un movimiento cultural que se originó en Alemania y en Reino Unido a finales del siglo XVIII como una reacción contra la ilustración y el neoclasicismo, confiriendo prioridad a los sentimientos.
Como ha ocurrido con otros periodos, suele haber ligeras diferencias temporales entre la música y el resto de las artes, dado que, el Romanticismo en el artes y en el pensamiento, se suele reconocer entre los años 1780 y 1840.
Fechamos ampliamente el Romanticismo músical entre el año 1820 (1827, muerte de Beethoven) y situamos su final hacia 1918 (fin de la Primera Guerra Mundial). El término "romántico" procede de la palabra "romance", que se relaciona a su vez con una corriente literaria inglesa y alemana sentimental del finales del siglo XVIII; también con una corriente cultural de expresión artística que deseaba trascender la estética equilibrada del clasicismo precedente.
Se trata de un movimiento generalizado en las artes y pensamiento del siglo XIX como reacción y ruptura con el periodo precedente. El contexto cultural romántico viene marcado por la literatura, el Romanticismo comienza siendo un movimiento literario y poético. Se trata de un arte marcado por la sensibilidad (el amor platónico e imposible) y el subjetivismo individual . En el pensamiento se impone el idealismo romántico frente al racionalismo y equilibrio clásico. La cultura romántica reivindica una naturaleza “en conflicto”, lejos de lo apacible y equilibrado.
El Romanticismo renuncia a la tradición clásica (greco-latina), a la universalidad y equilibrio apacible precedente para reivindicar la sensibilidad individual, la subjetividad, lo original y diferente, lo local y nacional. También busca una naturaleza en conflicto y lo exótico y misterioso.
Una vez dicho esto, analicemos a continuación el contexto histórico, social, cultural y artístico en el que se desarrolla durante el siglo XIX.
HMD 7.1.-2. Contexto histórico y social
Cambios profundos
El siglo XIX se caracteriza por los profundos cambios que se operan en Europa en todos los ámbitos:
En lo político: con las revoluciones liberales (también llamadas revoluciones burguesas) y la creación de nuevos estados (unificaciones de Italia y Alemania, ambas en 1871, anteriormente se había producido la independencia de EEUU y ahora se produce la de otros países americanos).
En lo económico: se produce una segunda fase de la Revolución Industrial (metalurgia, carbón, comunicaciones).
En lo científico: experimentando un empuje definitivo con biólogos como Darwin, Mendel y Pasteur.
En lo demográfico: con un aumento espectacular de la población.
En lo social: con el ascenso de la burguesía como poder político y económico; se produce el inicio de los movimientos obreros.
En los medios de transporte y las comunicaciones: con la llegada ferrocarril, la expansión de la prensa (periodismo) y el proceso de colonialismo por parte de las potencias Europeas y su expansión en África y Asia (conectado con el gusto por el exotismo, propio de este periodo).
En lo artístico: con el abandono de las formas clásicas en favor del nuevo movimiento romántico.
Dos aspectos especialmente relevantes del contexto histórico y social deberán tenerse en cuenta a la hora de abordar este tema:
El ascenso de la burguesía: ópera, teatros, lieder, música de cámara
En primer lugar, el ascenso que, durante todo el siglo XIX, experimentará la burguesía frente al antiguo poder de la nobleza y el clero. El nuevo espíritu iniciado con la Revolución Francesa (1789) terminará por transformar la vida política de la Europa occidental. La nueva burguesía, ahora definitivamente al frente del poder político y económico, se convertirá en la principal impulsora de las artes en general y la música en particular.
A través de los conciertos públicos, realidad iniciada en algunas ciudades italianas a lo largo del siglo XVIII, la burguesía será la principal consumidora de música escénica del momento. La ópera se convertirá en una de las principales diversiones de la burguesía, verdadero acto social más allá del puramente musical.
A partir sobre todo de la segunda mitad del siglo XIX asistimos a una verdadera fiebre constructiva de teatros de ópera, la mayoría siguiendo el modelo italiano en forma de "U". Así surgen el Teatro de la Ópera de París, el Teatro Real de Madrid. Por otra parte será en los salones de las casas de la alta burguesía donde se interpreten las piezas íntimas para piano y los lieder. El salón burgués asumirá una importancia trascendental. Es el lugar donde se reúnen poetas, músicos y artistas, alcanzando la música de cámara un enorme protagonismo.
Los nacionalismos: folklore, música popular, lieder, ópera, zarzuela
Un segundo aspecto de gran importancia para la música del Romanticismo es el pensamiento nacionalista que recorrerá todos y cada uno de los países europeos. Éstos toman conciencia de su singularidad y quieren expresarla de manera propia. A este movimiento lo llamamos nacionalismo y ,en música, consiste en la búsqueda de la esencia del pueblo a través del folclore y de la música popular.
Los lieder alemanes o las canciones de salón del romanticismo español estarán fuertemente influidos por este espíritu popular. Un capítulo especial lo encontramos en Italia y Alemania, con sus respectivos procesos de reunificación nacional.
El ansia de libertad de los italianos frente al poder austriaco o la búsqueda de una identidad histórica nacional del pueblo alemán se plasmarán claramente en la ópera del momento. Tanto Italia como Alemania encontrarán en la ópera el modo de expresión de sus ideas nacionalistas.
En el caso de España, el nacionalismo musical intentó crear una ópera nacional, algo ciertamente difícil por la fuerte implantación de la ópera italiana. Finalmente se creó un nuevo género escénico, la zarzuela decimonónica.
Vídeos
Contexto
Historia
Arte
Para comprender en profundidad las características musicales específicas de este periodo, te remito a la Unidad 7 de Análisis Musical II.
HMD 7.2. Características musicales y/o dancísticas (Punto 2.2., BLOQUE 2, prueba PEvAU)
HMD 7.2. Características musicales generales
Ante todo el movimiento romántico supone una exaltación de los sentimientos a través del arte como nunca antes había ocurrido. El romanticismo se dirige más al corazón que a la razón. Músicos como Beethoven o Schumann expresan, de manera clara y directa, sus emociones y vivencias personales. En sus creaciones se plasman en la felicidad encontrada en el amor, la tristeza por un desengaño amoroso, la melancolía por la pérdida de un amigo, la nostalgia por la patria lejana....La obra del artista romántico es autobiográfica, un fiel reflejo de su vida (subjetivismo).
Al mismo tiempo surgió con fuerza un deseo de libertad, tanto en la creación de obras artísticas como en la propia vida personal. La búsqueda de libertad de expresión será otra característica del momento. La música depende cada vez menos de los gustos del mecenas que encarga las obras y cada vez más compone según el criterio propio del artista.
A diferencia del Clasicismo, el Romanticismo incide en esta expresión de sentimientos sobre la forma. En música, esa música de libertad formal se manifiesta en todos los elementos: las frases melódicas eluden la simetría, las dinámicas se exageran a favor de la expresividad, las composiciones exploran nuevas armonías (dando lugar a una "tonalidad expandida" y "tonalidad cromática", el timbre orquestal se expande hacia dimensiones inéditas en la historia de la música enriqueciendo la densidad de la textura; por otra parte, tienden a dejarse de lado (o a transformarse) las formas demasiado racionales y concretas de la música pura, como la forma sonata.
-
Para comprender en profundidad las características musicales específicas de este periodo, te remito a la Unidad 7 de Análisis Musical II. Utiliza el siguiente índice para acceder a la información:
AMII.7.2. Características musicales del Romanticismo musical. Explicaciones
AMII 7.2-1. Un nuevo pensamiento musical
AMII 7.2-2. Nuevo aspecto social de la música
AMII 7.2-5. Armonía. Organización musical
HMD 7.2.1. Música vocal. Liéd
Lied significa “canción” en alemán. Es muy frecuente utilizar el término para designar al tipo de canción alemana de carácter lírico y fuerte contenido emocional que florece en el Romanticismo. Suele ser breve y se persigue la unión entre música y poesía, sin que se dé protagonismo a una sobre otra. El texto suele ser lírico (poético), no-narrativo. El acompañamiento instrumental tiende a describir las imágenes literarias, es decir, describir musicalmente lo que se narra en el texto.
Muchos lieder muestran una clara influencia de las canciones populares alemanas, tanto en la melodía como en los ritmos, motivado por el espíritu nacionalista de la época. Esta pequeña forma musical normalmente se cultivaba en el salón romántico burgués.
En cuanto a la forma, el liéd admite diversas variedades estructurales, siendo muy habituales las siguientes:
Forma tripartirta: ABC.
Forma binaria re-expositiva: ABA.
Forma estrófica. Varias estrofas, con la misma música y distinto texto: A-A -A ́ ́...).
Dentro de la libertad propia del ́ romanticismo existen otras combinaciones. Su esencia está en la elaboración de la línea melódica y del acompañamiento adaptándose al contenido de la poesía.
HMD 7.2.2. Música vocal. Ópera romántica
Ópera francesa
La ópera romántica encuentra sus primeros pasos en Francia con dos estilos de ópera:
Ópera seria. Representada en el estilo de la Gran Ópera, de grandes dimensiones, con temas solemnes y gran importancia de los coros.
Otras (no serias). Se trataba de obras de menores dimensiones, que aplicaban recursos melodramáticos y trataban temas menos solemnes (ajustada al entretenimiento de la época y el nuevo gusto burgués). Son Ópera- cómique, ópera lírica (seria, pero menos solemne) y la opereta (sentimental, ritmos de moda).
Sin embargo, las dos grandes escuelas operísticas del siglo XIX se desarrollarán en Italia, en primer lugar, y posteriormente, en Alemania.
Ópera italiana
La ópera italiana del siglo XIX está representada por autores como: Giacochino Rossini (1792-1868), Gaetano Donizetti (1797-1848), Vincenzo Bellini (1801-1835) y, finalmente, Guiseppe Verdi (1813-1901).
Sus rasgos son los siguientes:
Diferenciación clara entre obertura, recitativos, arias, dúos, tríos y coros.
Protagonismo indiscutible de la melodía, destinada a deleitar y conmover.
Los cantantes, en las arias, se convierten en los verdaderos protagonistas, teniendo muchas veces la orquesta el papel de mero acompañante (a diferencia del Clasicismo, donde la orquesta "interactuaba" y tomaba un mayor protagonismo).
Se practica el bel canto, expresión con la cual se intentó sintetizar las cualidades técnicas y virtuosísticas que debía poseer un buen cantante: fraseo perfecto, coloratura (ornamentación vocal) y emisión limpia de la voz. El bel canto apareció en la ópera italiana del XVIII, si bien se prolongó durante la primera mitad del siglo XIX.
En el último periodo de la ópera italiana, a finales del siglo XIX, se produce un movimiento llamado “verismo”. A veces se traduce como “realismo” o “naturalismo”. Pretende exponer y reflejar, en la ópera, la realidad tal y como es. El verismo supone una reacción a los argumentos y situaciones irreales y fantásticas de la ópera romántica, como ocurre en muchas óperas de Verdi. Hay que relacionarlo con el realismo literario de Émile Zola.
Un precioso ejemplo de música verista lo encontramos en el intermezzo (intermedio musical) de la ópera "Cavaleria Rusticana", de Pietro Mascagni. En opinión de este profesor, Mascagni es un precedente de la música cinematográfica de compositores italianos del siglo XX, como Enio Moricone.
Ópera alemana
Su máximo, y quizá único, representante es Richard Wagner (1813-1833). Presenta rasgos peculiares:
Parte de la idea de un arte total, en el que a través de la música se incluyen todas las demás disciplinas artísticas.
Denomina a su nueva creación “drama” (en lugar de ópera).
Desaparece la idea de aria como canción independiente y de los diálogos en forma de recitativo. Arias y diálogos se funden en una especie de “melodía infinita”.
La orquesta, más que los cantantes, es el elemento crucial de sus óperas, enriqueciendo el lenguaje musical con nuevas armonías, cromatismos (armonía cromática) y una gran riqueza tímbrica, donde voz solista y coros funcionan como un instrumento más.
Desarrolla un nuevo elemento configurador y unificador de la forma, el leitmotiv (literalmente "motivo vital"). Se trata de una idea musical que se asocia a determinados personajes o situaciones del drama. Puede modificarse a lo largo de la obra, en función de la evolución psicológica de los personajes, pero se mantiene como elemento unificador de sus óperas.
El leitmotiv será una técnica usada recurrentemente en las bandas sonoras de cine clásico ya en el siglo XX, desde que lo introduce en ese lenguaje musical cinematográfico el compositor Max Steiner. John Williams demostrará una "wagneriana" maestría a este respecto en famosas melodías que forman parte de nuestro imaginario colectivo, como los de la saga Star Wars.
Ópera española
En la España del XIX la influencia de la ópera italiana era tan grande que los intentos por crear una ópera nacional obtuvieron escasos resultados.
Te recomiendo consultar: Análisis de audición AMII.7.5. Carmen (1875), “L ́amour est un oiseau rebelle” (Habanera). George Bizet. PEvAU AMII
HMD 7.2.3. Música vocal. La zarzuela
La zarzuela es una forma de música teatral o género musical escénico surgido en Madrid que se distingue por ser en español, contener partes instrumentales, partes vocales (solos, dúos, coros...) y partes habladas.
El término «zarzuela», aplicado al género musical y teatral, procede del Palacio de la Zarzuela, palacio real español situado en las proximidades de Madrid y en el que se hallaba el teatro que albergó las primeras representaciones del género (durante el siglo XVIII).
La música teatral tuvo un inmenso desarrolla en España a lo largo del siglo XIX, si bien con algunos rasgos propios.
Zarzuela Grande
Dada la imposibilidad de competir con los italianos en el campo de la ópera, en torno a 1850 una serie de autores, capitaneados por Francisco Asenjo Barbieri, deciden cambiar la situación intentando restaurar la zarzuela barroca. A esta nueva zarzuela la denominada Zarzuela Grande.
Los elementos que definen la zarzuela (romántica, o Zarzuela Grande) son:
Tres actos, precedidos de un preludio.
Frecuente uso de los coros, con fuerte carácter español.
El acompañamiento orquestal en las canciones suele ser sencillo, con una textura clara. Habitualmente, un instrumento dobla (refuerza) la melodía de los cantantes.
Predominio del texto cantado sobre el hablado.
Temas de carácter histórico y español.
Género chico
La fuerte crisis política y económica que sufrió España en torno a 1869 ocasionó un cambio sustancial en la zarzuela. Se inició un nuevo género teatral denominado "Género Chico".
Se caracteriza por:
Se trataba de pequeñas obras teatrales con música de apenas una hora de duración. Se estructuran en un solo acto compuesto por cuatro o cinco números musicales.
Número de personajes reducido, normalmente de tres a cinco.
Estas zarzuelas presentas historias de la vida cotidiana, muchas veces ambientadas en Madrid, con personajes y rasgos populares, numerosos toques cómicos, con la intención de entretener.
Predomina el texto hablado sobre el cantado, sobre todo en los diálogos.
Menor presencia de números corales, y éstos se interpretan, frecuentemente, al unísono.
Música con marcado carácter hispánico en los ritmos, cadencias, melodías y danzas.
HMD 7.2.4. Música instrumental. La música para piano
El piano se convertirá durante el Romanticismo en el instrumento preferido por los músicos y el público. Será un instrumento habitual en los hogares de la burguesía . Casi todos los grandes compositores del momento escribirán para este instrumento. Escribirán, tanto piezas breves, íntimas (impromptu, estudio, balada, nocturno, vals, normalmente agrupadas en cuadernos o colecciones) como grandes composiciones para piano y orquesta (concierto romántico).
Las mejoras técnicas del instrumento, con respecto al pianoforte del siglo XVIII, permitirán plasmar la nueva expresividad propia del movimiento romántico. Los nuevos fabricantes logran instrumentos con un mejor fraseo, cambios de dinámica y velocidad en la ejecución. El piano será también un vehículo fundamental para el desarrollo armónico, cromático (la nueva armonía cromática) y, en general para experimentar y expandir las nuevas sonoridades y texturas que irán abriéndose paso a lo largo del siglo.
Los nuevos pianos favorecen las exigencias del virtuosismo. Siguiendo la estela trazada por el violinista Nicolò Paganini (1782-1840), especialmente a partir del pianista y compositor Franz Liszt (1811-1886), muchas piezas para piano desplegarán todo el virtuosismo imaginable, siguiendo y satisfaciendo los gustos del nuevo público burgués.
En cuanto a las formas musicales, las piezas para piano solo servirán para experimentar con nuevas estructuras musicales, muchas veces libres (como el impromptu), alejadas de las rígidas formas clásicas.
HMD 7.2.5. Música instrumental. La música para cuarteto de cuerda
Definición
El concepto de cuarteto de cuerda tiene varias acepciones:
Agrupación instrumental: de cuatro instrumentos de cuerda, usualmente dos violines, una viola y un violonchelo.
La pieza musical escrita para ser interpretada para dicho grupo.
Forma musical (estructura formal). Es una de las formas musical más importantes de la música de cámara, teniendo en cuenta que muchos de los grandes compositores desde el siglo XVIII (Clasicismo musical) escribieron obras para este formato. La estructura se basa en un modelo de cuatro movimientos:
1.er movimiento: tempo allegro, con estructura de forma sonata.
2.º movimiento: tempo adagio, con una forma de canción, forma de sonata o forma de tema con variaciones.
3.er movimiento: tempo allegretto, en compás ternario, con forma de minueto y trío. Aunque, a partir de Beethoven, se usó la forma scherzo.
4° movimiento: tempo presto con forma rondó, rondo-sonata o cualquier otra variedad de rondó.
Dos corrientes de compositores
El cuarteto fue muy apreciado por compositores del primer Romanticismo (Franz Schubert), siendo este formato sinónimo del esfuerzo, concentración y rigor con la que se trató durante el Clasicismo musical, especialmente en los cuartetos de Beethoven. El cuarteto se convierte en el vehículo ideal de la música pura. Gustaba y fue defendido por los compositores formalistas o clasicistas, ya en el Romanticismo tardío, como Johannes Brahms (1833-1897).
Existe otra corriente de autores que pierden interés por el cuarteto de cuerda. Por la misma razón anterior, existirán compositores del Romanticismo tardío que se decantarán por la estética de la obra de arte total wagneriana, de la música de programa (como Hector Berlioz o Franz Liszt) o por el poder cromático y orquestal de Wagner (Gustav Mahler o Richard Strauss).
HMD 7.2.6. Música instrumental. La música para orquesta
La orquesta clásica evoluciona a la orquesta romántica. El sinfonismo orquestal
La sinfonía romántica actualiza la sinfonía clásica del siglo XVIII. Algunos compositores denominados "clasicistas", como Johannes Brahms (1833-1897), no rompen con la sinfonía clásica, si bien la expanden: aumentan el número de movimientos (hasta cinco o más) y profundizan en la transformación temática.
La música para orquesta experimentará igualmente una gran transformación a lo largo del siglo XIX. El Romanticismo conoció un desarrollo nunca antes conocido en la música para orquesta y para la misma orquesta (su distribución, número y variedad de instrumentos). El Romanticismo es la gran época del sinfonismo orquestal, tanto por la cantidad de compositores que escribieron para esta agrupación, como por la cantidad de intérpretes requeridos en estas obras (en torno a sesenta músicos, como mínimo). También por la extensión, duración y complejidad de las obras.
Se produce un enriquecimiento general, tanto de los timbres (se utilizan mucho las trompas y se incluyen nuevos instrumentos en la orquesta, como el arpa), las texturas (cada vez más densas y complejas) y las armonías (con un lenguaje cada vez más cromático, alejándose a finales de siglo de la tonalidad en un progresivo avance hacia la disonancia), lo que le confiere a la orquesta romántica una sonoridad característica.
Aparece claramente definida la figura del director de orquesta, dada la complejidad de las obras orquestales. Se sustituye, por fin, el papel desempeñado desde su instrumento por el violín principal de la orquesta o el clave por el del director (durante el Barroco y el Clasicismo).
Transformación temática
La música sinfónica romántica usará un procedimiento compositivo característico: la transformación temática. También conocida como metamorfosis temática o desarrollo temático, se trata de una técnica musical en la que un tema (en el caso de la sinfonía romántica) o un leitmotiv (en el caso del poema sinfónico) es desarrollado y modificadoa lo largo de la obra mediante técnicas como: permutación (transposición o modulación, inversión y retrogradación), aumentación, disminución y fragmentación. Fue desarrollada y aplicada principalmente por autores como Franz Liszt (1811-1886) y Hector Berlioz (1803-1969). Esta técnica permitía construir un discurso musical más libre y se prestaba a una gran variedad de posibilidades expresivas al compositor.
Forma cíclica
Durante este periodo surgen nuevas formas y géneros para orquesta, en la línea con ese deseo de libertad creativa, originalidad y genialidad siempre presente en el movimiento romántico. Autores muy innovadores como el compositor francés Hector Berlioz (1803-1969) o Franz Liszt (1811-1886) introducen nuevos planteamientos formales, destacando la forma cíclica, aquella que utiliza uno o varios temas recurrentes que se van modificando a lo largo de toda la obra.
Poema sinfónico. La música programática
El Romanticismo genera una nueva forma instrumental sinfónica, de grandes dimensiones y en un solo movimiento: el poema sinfónico, Sus características:
El poema sinfónico es el campo de experimentación para la música programática romántica, aquella que se inspira en ideas extramusicales. Con un sentido más bien abstracto y no puramente descriptivo, en los poemas sinfónicos se expresan los sentimientos, el estado emocional provocado por una idea poética, un paisaje o un recuerdo. La música programática es lo contrario dela música pura o música absoluta clásica e implica la necesaria conexión de las artes, de la pintura y, sobre todo, la literatura, con la música.
La música programática romántica estará presente, no solo en el poema sinfónico, sino también en la obertura de concierto (de hecho, procede de ahí: la obertura de concierto es el precedente de la música programática y del poema sinfónico).
El poema sinfónico es en un solo movimiento.
Tienen una duración entre diez y cuarenta minutos.
Suelen presentar varias secciones, ya que a diferencia del barroco se rompe, como toda la música del romanticismo, la unidad de afectos.
Supone, en muchos casos, la unión de música y poesía.
Las ideas musicales se van modificando: los temas, motivos y células. Se utiliza habitualmente la técnica de la transformación temática y motívica. También conocida como metamorfosis temática o desarrollo temático, se trata de una técnica musical en la que un tema es desarrollado y modificadoa lo largo de la obra mediante técnicas como: permutación (transposición o modulación, inversión y retrogradación), aumentación, disminución y/o fragmentación. Ésta técnica permite construir un discurso musical más libre y el tema musical se presta a una gran variedad de matices expresivos.
HMD 7.3. Cita y comentario de obras y autores (Punto 2.3., BLOQUE 2, prueba PEvAU)
HDM 7.3.1. Música vocal. Liéd. Autores y obras
La mayor parte de los lieder son para canto y piano (Schubert, Schuman y Brahms), aunque también son frecuentes para voz y orquesta (Mahler).
Goethe, Schiller o Novalis son algunos de los poetas para cuyos textos se compusieron los más de 600 lieder de Franz Schubert (1797-1828). Casi todos están agrupados en series o ciclos de varios poemas. Abunda el lied estrófico, como en "Das Wandern" (El Caminante), del ciclo La Bella Molinera. Las melodías tienen la sencillez sin artificios de la canción popular.
El gran heredero de Schubert fue Robert Schumann (1810-1856), cuya innovación consistió en proporcionar un papel más destacado al piano. Podemos mencionar los ciclos de lierders "El Amor y la Vida de una Mujer" y "El amor del Poeta".
Johannes Brahms (1833-1897) es otro de los grandes compositores de lieder. Destacan en sus canciones los elementos de la música popular. Su ideal era la canción popular. Además realizó arreglos de numerosas canciones alemanas preexistentes. Busca la esencia de la música en los cantos populares.
Las 250 canciones de Hugo Wolf (1860-1903), compuestas a finales del XIX, suponen la culminación del lied, produciéndose una magnífica unión entre texto, voz y piano. Podemos citar los 44 lieder agrupados en el "Libro Español de Canciones".
Por último, el austriaco Gustav Mahler (1860-1911) compuso a principios del XX cinco ciclos de canciones para voces solistas con orquesta, destacando la "Canción de la Tierra".
HDM 7.3.2. Música vocal. Ópera romántica. Autores y obras
Ópera francesa. Meyerbeer, Bizet
A pesar de que la ópera romántica encuentra sus primeros pasos en Francia con el estilo de la Gran Ópera de Giacomo Meyerbeer (1791-1846), cuya obra más famosa es "Los Hugonotes" (1836).
En Franica, destaca también Georges Bizet (1838-1875), su ópera "Carmen" (estrenada en 1875), es una ópera dramática en cuatro actos y libreto en francés basado en la novela homónima de Prosper Mérimée. Su ruptura con las convenciones conmocionó y escandalizó a sus primeras audiencias, y recibió valoraciones negativas de la mayoría de los críticos.
Ópera italiana. Rossini, Donizzeti, Bellini, Verdi
El tránsito entre la ópera del siglo XVIII al XIX lo realiza Giacochino Rossini (1792-1868). Dotado de una cualidad excepcional para componer melodías impresionantes y de un gran talento para la escena, compuso un total de 32 óperas. De todas ellas destaca la ópera cómica "El barbero de Sevilla", compuesta a sus 24 años. Destaca su obertura animada y vibrante, la importancia de la melodía en las arias y una orquestación limpia junto a un esquema armónico sencillo (rasgos de "transición" entre el Clasicismo tardío y el Pre-romanticimo)
La ópera italiana, desde Rossini hasta llegar a Verdi, tiene dos nombres importantes.
El primero, Gaetano Donizetti (1797-1848), con óperas serias como "Lucía de Lammermoor" y sobre todo con óperas bufas como "Don Pascuale" y "El elixir de Amor".
El segundo gran representante es Vincenzo Bellini (1801-1835), muy influido por el espíritu romántico en los temas que trata y, sobre todo, en el fuerte apasionamiento y dramatismo que confiere a sus obras. Sus diez óperas pertenecen al género serio. Entre ellas destaca "Norma", de 1831. Entre sus características podemos citar las melodías fuertemente expresivas y el apasionamiento que transmite la música. El aria "Casta Diva", del acto 1, es un buen ejemplo de ello.
Estos tres compositores están considerados los máximos representantes del bel canto. A menudo, se les nombra como la "escuela belcantista italiana".
Giuseppe Verdi (1813- 1901) es el gran genio de la ópera italiana del siglo XIX y el heredero de Donizetti y Bellini.
Sus características:
Verdi no rompió deliberadamente con el pasado, continuando con la larga tradición operística italiana.
Verdi considera la ópera como un modo de contar el drama humano y para ello reclama en sus libretos situaciones emocionales y violentas. En consecuencia la mayor parte de sus argumentos son violentos melodramas, con personajes y situaciones increíbles y de coincidencias en ocasiones ridículas.
Además, sus temas son de interés para el pueblo italiano por lo que se encuentra muy vinculado al Risorgimento Italiano, y por tanto, vinculado a un hecho político de gran trascendecia: la unificación de Italia.
En sus óperas destacan las arias, con una línea melódica sencilla y directa, sus imponentes coros y una orquesta enriquecida en color, textura y armonía en comparación con sus predecesores italianos.
Su obra:
La vida creativa de Verdi puede dividirse en tres periodos, escribiendo un total de 26 óperas. Todas sus óperas tienen cuatro divisiones principales: cuatro actos o tres actos con un prólogo.
De la primera época, "Nabucco" está cargada de sentido político, intentando lanzar al pueblo contra los austriacos. "Il Trovatore" y "La Traviata" son también de su primera época.
De la segunda es "Aida" y del último "Otello", símbolo del género trágico, y "Falstaff", símbolo del género cómico.
De la tercera, óperas como "Don Carlo"o "Rigoletto". "Rigoletto" es una ópera en tres actos. Se trata de un drama de pasión, engaño, amor filial y venganza que tiene como protagonista a Rigoletto, el bufón jorobado de la corte del ducado de Mantua.
Consulta: Análisis de audición AMII.7.5. Rigoletto (ópera), “La donna e mobile”. Giuseppe Verdi. PEvAU HMD
Ópera alemana. Wagner
La ópera alemana está representada por la gran personalidad de Richard Wagner (1813-1883). Llevó a altas cotas de perfección la ópera romántica alemana, iniciada por Weber, de una manera muy similar a como lo hiciera Verdi con la ópera italiana.
Sus logros:
Con Wagner se alcanza el ideal romántico de la unión de las artes, bajo la primacía de la música. Creó un nuevo género, el drama musical, que el autor consideraba la obra de arte total. Tiene como ideal la unión de poesía, acción, decoración, vestuario, arquitectura y, por encima de todo, música. Todas las artes se suman en este concepto de "drama musical".
Wagner basa muchos de sus argumentos de sus óperas en la mitología germana o en un mundo pasado (medieval), exótico e idealizado.
Musicalmente, convierte la orquesta (y la orquestación sinfónica) en el punto crucial de sus óperas, enriqueciendo el lenguaje musical con una gran riqueza tímbrica.
Utiliza nuevas armonías, cromatismos (armonía cromática y tonalidad expandida). El lenguaje armónico de sus últimas obras arrastró las tendencias románticas hasta la disolución de la tonalidad clásica.
Crea un nuevo elemento en sus óperas, el leitmotiv, (literalmente, significa: "motivo vital"). Se trata de un elemento unificador en las obras. Es un breve tema o motivo musical asociado a una persona, situación o idea en particular. La asociación se establece al escucharse el leitmotiv, habitualmente en la orquesta (es decir, en la música instrumental), con la primera aparición del objeto de referencia y su repetición en cada aparición posterior.
Por otra parte, los escritos de Wagner ejercieron una considerable influencia sobre el pensamiento del siglo XIX, siendo el más importante la serie de ensayos a este respecto que nos ocupa (la música escénica y su estética): "Ópera y Drama", de 1851.
Su obra. Sus obras se clasifican en periodos:
Primeras obras: como "Rienzi", donde comienza a usar como argumento las leyendas germánicas.
Una segunda fase está representada con "Tannhauser", sobre leyendas medievales.
En la tercera etapa, la más importante, destaca el ciclo denominado "El anillo del Nibelungo". Consta de cuatro obras (tetralogía): "El Oro del Rhin", "La Walkiria", "Sigfrido" y "El Ocaso de los Dioses". Otra obra genial de su último periodo es "Tristán e Isolda".
Ópera española
En España, el nacionalismo musical aparece a finales del siglo XIX como reacción al romanticismo alemán e italiano que condicionan la ópera europea. Felipe Pedrell encabeza los esfuerzos por conseguir una ópera española, tarea en la que le secundarán dos famosos autores de zarzuela: Ruperto Chapí o Tomás Bretón, entre otros.
Entre los compositores de ópera española merecen destacarse: Emilio Arrieta (y su ópera, "Marina"), Felipe Pedrell (con la ópera "Los Pirineos").
HDM 7.3.3. Música vocal. Zarzuela. Autores y obras
Zarzuela Grande
La Zarzuela Grande encuentra en Francisco Asenjo Barbieri a su máximo exponente con zarzuelas como "El Barberillo de Lavapiés" o "Pan y Toros".
Género chico
En el género chico tenemos a: Federico Chueca ("La Gran Vía" y "Agua, Azucarillos y Aguardiente"), Tomás Bretón ("La Verbena de la Paloma") o Ruperto Chapí ("La Revoltosa").
HMD 7.3.4. Música instrumental. La música para piano. Autores y obras
Franz Schubert
Entre los primeros grandes pianistas románticos se encuentra Franz Schubert (1797-1828). Sus momentos musicales (destacamos su famoso "Momento Musical nº3") y sus impromptus (escucharemos el "Imprompu nº3") se convirtieron en el modelo de pieza para piano breve e íntima.
Félix Mendelssohn
Félix Mendelssohn (1809-1847), otra compositor del primer romancismo, escribió, además de para orquesta, música para piano, destacando las "48 piezas breves" editadas bajo la denominación de "Canciones sin Palabras" (también conocido como "Romanza sin Palabras").
Robert Schumann
El primer gran pianista plenamente romántico fue Robert Schumann (1810-1856). Destacan sus piezas breves, organizadas en ciclos, como "Carnaval", "Escenas del Bosque" y "Escenas infantiles" (de este último ciclo, destacamos la pieza "Reverie"). Las piezas más atractivas se publicaron en 1848, en el "Álbum para la Juventud".
Te recomiendo consultar:
Frederic Chopin
El polaco Frederic Chopin (1810-1849) autor romántico pleno, representa el arquetipo de pianista virtuoso romántico, está considerado como uno de los mejores pianistas de todos los tiempos. Su producción es casi exclusiva para piano.
Muchas de sus obras, influidas por la nostalgia hacia su patria, están influenciadas por el espíritu nacionalista. Sus piezas no intentan deslumbrar tanto por el virtuosismo sino por el carácter íntimo y pasional.
Sus obras más importantes: dos conciertos para piano y orquesta (destacan sus movimientos lentos, llamados "Larghetto"), 27 estudios, 24 preludios, tres impromtus, 19 nocturnos, numerosos valses, mazurcas y polonesas.
Franz Liszt
La producción de Franz Liszt (1811-1886), autor del Romanticismo pleno y tardío, en cambio, supone una apuesta por el virtuosismo en la interpretación como principal atractivo en su obra pianística. Llevó la técnica del instrumento hasta límites extremos.
Buena parte de su música para piano está formada por transcripciones o arreglos para piano de sinfonías, arias operísticas o canciones. Entre su obra original, destacan sus "12 Estudios de Ejecución Trascendental", "Rapsodias Húngaras" y los dos conciertos para piano. Como curiosidad, te gustará saber que Liszt visitó Sevilla en 1844.
Piotr Ilich Chaikovski
Piotr Ilich Chaikovski (1840-1893) fue un compositor ruso autor de algunas de las obras más famosas del repertorio actual. Las melodías de Chaikovski van del "estilo occidental" al estilismo de las canciones populares.
De su obra para piano, destacamos su "Álbum para la juventud", op. 39. Ésta obra fue compuesta por Tchaikovsky en 1878, contiene 24 piezas breves e íntimas para tocar al piano. Estas piezas están destinadas a los más jóvenes, de un estilo similar a Schumann.
Te recomiendo consultar:
HMD 7.3.5. Música instrumental. La música para cuarteto de cuerda. Autores y obras
Los últimos cuartetos de Ludwig Van Beethoven
Ludwig van Beethoven (1827-1770) murió componiendo cuartetos. Los más significativos y plenamente románticos son los seis finales, compuestos entre 1824 y 1827 (última etapa). La importancia del género en Beethoven rebasa los límites del Romanticismo. Sus últimos cuartetos son una anticipación estilística y técnica de la música futura (más allá, incluso, del Romanticismo). Los cuartetos muestran al Beethoven más profundo y original.
Destacamos el Cuarteto de cuerdas n.º 13 y la "Grosse fugue" ("Gran Fuga", inicialmente fue compuesta para servir como último movimiento del mismo, pero publicada como obra independiente). Son considerados como el verdadero legado musical de Beethoven por su complejidad melódica, armónica y de ejecución. En la época de su estreno no fueron bien recibidos.
La sombra del gran Beethoven pesa en gran medida de los músicos posteriores lo siguieron e imitaron en el campo del cuarteto aún más que en la sinfonía. Schumann, Mendelssohn o Brahms se acercaron o igualaron, pero no superaron el modelo de Beethoven.
Franz Schubert
Franz Schubert (1797-1828), autor de 15 cuartetos, encontró en sus últimos tres cuartetos la expresión personal y original de un genio completamente contemporáneo de Beethoven (murió solo 18 meses después de é). Destacamos su Cuarteto para cuerda, n.º 14 en re menor, D. 810, más conocido como "La muerte y la doncella".
HMD 7.3.6. Música instrumental. La música para orquesta. Autores y obras
Sinfonía Romántica. Antecedentes. Berlioz y sinfonías programáticas de Listz
Ludwig van Beethoven. Antecedentes de la orquesta sinfónica
Podemos empezar nuestro breve recorrido por algunas sinfonías de Ludwig van Beethoven (1827-1770). La sinfonía nº 6 “Pastoral” puede entenderse como un precedente directo de la música programática romántica. El Concierto para Violín y Orquesta y los Cinco conciertos para piano y orquesta marcarán un precedente para este importante género a lo largo del siglo XIX.
Un caso especialmente importante es el la Novena Sinfonía. Su cuarto y último movimiento (Finalle), con su parte vocal (coral), supone una ruptura definitiva con el modelo de sinfonía clásica, abriendo nuevos horizontes a la música orquestal.
Héctor Berlioz
El compositor francés Hector Berlioz (1803-1969) es uno de los máximos representantes de la música para orquesta romántica.
Siguiendo los pasos de Beethoven, transformó la sonoridad de la orquesta decimonónica, enriqueciendo el colorido orquestal. Merece destacarse en este sentido su Tratado de Instrumentación Moderna, de 1844.
La "Sinfonía Fantástica", obra de 1830, será uno de los primeros intentos para la fusión de las artes a través de la música. Como novedades con respecto a la sinfonía clásica, encontramos:
Cinco movimientos en lugar de los cuatro habituales.
Ideas extramusicales, como factor creativo. La sinfonía posee un argumento muy detallado. Es por esta razón que se suele decir que es uno de los mejores ejemplos de la música programática; también es quizás uno de las primeras obras de música instrumental basada en un argumento.
Tal y como hará Wagner con su leitmotiv, Berlioz concibe a lo largo de la obra una idée fixe como factor de cohesión (un tema o melodía recurrente que aparece a menudo en la sinfonía). Con esta idea fija se establece una primera aproximación a la sinfonía cíclica.
En esta obra se pretende la fusión entre la vida del compositor y la creación artística, siendo éste un rasgo fundamental del romanticismo.
Otras sinfonías de Berlioz son: Harold en Italia, Sinfonía Dramática Romeo y Julieta, Sinfonía Fúnebre y Triunfal y Condenación de Fausto.
Te recomiendo consultar:
Franz Listz
Liszt compuso dos sinfonías programáticas: Fausto y Dante.
Gustave Mahler
Gustav Mahler (1860-1911), representa el extraordinario florecimiento tardío del romanticismo germánico después de Richard Wagner. Sus obras se consideran, junto con las de Richard Strauss, las más importantes del posromanticismo.
La revalorización de Mahler fue lenta, al igual que la de Anton Bruckner, y se vio retrasada a causa de su gran originalidad y del auge del nazismo en Alemania y Austria, pues su condición de judío catalogó a su obra como «degenerada» y «moderna».
De entre su obra para orquesta, cabe señalar sus nueve sinfonías. Escucharemos en clase, el famoso Adagietto (segundo movimiento, lento) de su 5ª Sinfonía.
Johannes Bramhs y Bruckner. Formalistas. Romántcicos que componen sinfonías con un lenguaje clásico
Tanto Johannes Brahms (1833-1897) como Anton Bruckner (1824-1896) representan la escuela clasicista dentro del movimiento romántico. En esa lucha entre forma y expresión, estos compositores no renuncian a la práctica y seguimiento de las formas clásicas, si bien lo hacen de una manera actualizada.
De esta manera, no componen poemas sinfónicos de forma libre, al estilo de Franz Liszt (1811-1886), sino que continúan practicando el género de la sinfonía. Son, por tanto, compositores formalistas, que no desean fusionar las artes, defendiendo la concepción de música pura o música absoluta clásica
Poema Sinfónico
Franz Listz
La música para orquesta de Franz Liszt (1811-1886) representa la culminación del poema sinfónico. El término fue aplicado por primera vez por este autor, que escribió trece composiciones de este género. List deseaba expandir las obras de un solo movimiento más allá de la forma de obertura de concierto. La música de oberturas sirve para inspirar a los oyentes a imaginar escenas, imágenes o estados de ánimo.
Liszt conseguirá hacer evolucionar la obertura de concierto al poema sinfónico usando dos técnicas:
Transformación temática y motívica.
Entre sus poemas sinfónicos mencionamos Mazzepa, La Batalla de los Hunos, Orfeo, Hamlet, Prometeo y "Los Preludios".
“Los Preludios” de Franz Liszt es el más famoso de sus poemas sinfónicos, una muestra del apasionado estilo del autor que se esfuerza en la expresión del sentimiento mś que en lo descrptivo. Liszt se vale de una creación libre de temas que experimentan con melodías, ritmo, armonía, tempo y texturas. “Les Préludes” fue compuesta en 1854 y Liszt menciona directamente que es una representación musical de un poema de Alphonse de Lamartine. En nuestras audicones de este tema, escucharemos el, el “Poema Sinfónico No. 3”.
La "nota de programa" escrita por Liszt a su creación reza lo siguiente:
¿Qué es nuestra vida sino una serie de preludios a una canción desconocida, de la cual la primera nota solemne es la que hace sonar la muerte? El amanecer encantado de toda existencia está anunciado por el amor, y sin embargo, ¿en el destino de quién no están interpretados los primeros latidos de la felicidad por tormentas cuyas violentas ráfagas disipan las más caras ilusiones del Ser, consumiendo su altar con un fuego fatal? ¿Y dónde debe hallarse el alma cruelmente golpeada, que habiéndose convertido en juguete de una de esas tempestades, no busca olvido en la dulce quietud de la vida rural? Sin embargo, el hombre pocas veces se entrega a la calma beneficiosa que al principio lo encadenó al regazo de la naturaleza. Tan pronto como la trompeta hace sonar la alarma, corre él al puesto del peligro, aunque sea la guerra la que lo convoque a sus filas, pues hallará nuevamente en la lucha completa autorrealización y plena posesión de sus fuerzas.
Este es el poema de Alphonse de Lamartine en el que se basa:
La ola que besa esta orilla,
¿De qué se queja en sus bordes?
¿Por qué la caña en la playa?
¿Por qué el arroyo bajo la sombra?
¿Hacen acordes tristes?
Ante lo que gime la tórtola
Cuando, en el silencio de los bosques,
A solas junto al árbol fiel,
El amor hace palpitar sus alas,
¿Los besos ahogan su voz?
Y tú, que te traicionas a ti mismo
A la dulce sonrisa de la felicidad,
Y con la mirada con que me embriagas,
Hazme morir, hazme vivir de nuevo,
¿De qué te quejas en mi corazón?
Más joven que el joven amanecer,
Más claro que esta corriente pura,
Tu alma feliz acaba de florecer,
Y ni un suspiro todavía
No empañó el vago azul.
Sin embargo, si tu corazón suspira
De un peso misterioso,
En tus facciones si la alegría expira,
Y tan cerca de tu sonrisa
Haz brillar una lágrima en tus ojos,
¡Ay! es que nuestra debilidad,
Inclinándose bajo su dicha
Como una caña que baja un soplo,
Enfatiza la tristeza
Desde el punto de vista histórico sus poemas sinfónicos influirán notablemente en las obras de otros grandes músicos como César Frank. Gustav Mahler, Smetana, Saint-Saens o Tchaikowsky.
Richard Strauss (1864-1946), destacado compositor y director de orquesta alemán cuya larga trayectoria abarca desde el romanticismo tardío hasta la primera mitad del siglo XX. Strauss, junto con Gustav Mahler (1860-1911), representa el extraordinario florecimiento tardío del romanticismo germánico después de Richard Wagner.
En este tardo-romanticismo o romanticismo tardío, se produce un desarrollo elaborado y complejo de la orquestación, unido a un estilo armónico avanzado (tonalidad cromática y expandida).
La música de Strauss influyó profundamente en el desarrollo de la música del siglo XX.
Compone en 1896 el poema sinfónico "Así habló Zaratustra", op. 30. El autor se inspiró en la obra homónima del filósofo Friedrich Nietzsche.
Te recomiendo consultar:
Vídeos
Liéd
Ópera francesa
Ópera italiana
Ópera alemana
Zarzuela Grande
Género chico
Piano
Cuarteto de cuerda
Sinfonía
Poema sinfónico
HMD.7.4. Términos o conceptos relacionados con este tema (BLOQUE 3, prueba PEvAU)
Los términos o conceptos relacionados con este tema, que te pueden caer son los siguientes. Estos términos deben quedar explícitamente recogidos al final de tus apuntes de este tema.
Leitmotive. Consultar:
Poema sinfónico. Consultar:
Tonalidad (durante el Romanticismo). Consultar:
Sinfonía. Consultar:
Cuarteto de cuerda. Consultar:
Escuela bolera. Consultar:
Obertura, aria, recitativo, bel canto. Consultar:
Tonalidad: entendido como sistema tonal. Consultar (ambos casos):