Nace el emprender después de regresar de Acapulco, cuando tenía 21 años. Me fui a probar suerte a los 17, trabajando en el Hotel Ritz, después de terminar mi carrera técnica.
Más adelante trabajé en agencias de viajes durante 10 años, aprendiendo todo desde cero, ya que mi carrera era otra. Sin saber nada, lo aprendí todo. Sabía que era una gran responsabilidad: recibir mucho dinero de la gente y llevarlos a cumplir un sueño. Convertir su dinero en algo bello, llevarlos a un “cachito” de tierra por el mundo, que pudieran disfrutarse como familia y ser felices. Porque vida, solo hay una.
Todo con la plena seguridad que merecen, mientras estudiaba al mismo tiempo una segunda carrera: Licenciatura en Administración Turística.
Emprender es muy pesado. Luego vino el casamiento y el primer hijo. Todo de repente… pero siempre con la ilusión de que ¡sí se puede! Y hasta la fecha, lo sigo creyendo.
Hoy, estoy estudiando mi tercera carrera: Historiadora.
El primer paso fue muy difícil. En las agencias donde trabajé, observé cómo otorgaban muchos créditos a los clientes, y eso complicaba seriamente sus finanzas. Para poder pagar los servicios, debían esperar meses, y la angustia era visible. Recuerdo que en ese entonces pensé:
“¡Nunca voy a poner una agencia de viajes!”
Y, paradójicamente, ¡fue lo primero que hice!
Con el apoyo de mi ahora esposo, el inicio fue más llevadero, pero la decisión y las ganas de arriesgarme eran mías. Incluso lo animé a él a emprender también su propio negocio. No me importó lo difícil que fuera. Teníamos muchas ilusiones, y eso nos impulsó a seguir adelante.
Ya con nuestra propia agencia, al principio intentamos seguir ese mismo modelo: comenzamos a dar créditos a empresas. Pero muy pronto nos dimos cuenta del gran error. Para poder sostener tantos días sin pagos, tuvimos que pedir dinero al banco, con intereses altísimos. No teníamos ganancias, solo pérdidas.
Ahí fue cuando tomé una decisión firme:
“Nunca más vamos a dar créditos.”
Y desde ese momento, todo cambió. Sin créditos, trabajamos mejor, con más estabilidad y menos presión financiera.
Este camino ha estado lleno de aprendizaje. Todo son estrategias, ejemplos, observar a otros, y, sobre todo, mirar hacia el futuro. Con el tiempo, todo se fue acomodando.
A partir de ese tiempo llevamos 29 años con nuestra agencia: AIROL G VIAJES, cuyo nombre nace de invertir mi propio nombre, Gloria, como reflejo de que este proyecto siempre ha llevado mi esencia.
Nuestro negocio se basa en recibir al cliente feliz, con una idea clara de disfrutar, y lograr que regrese con aún más felicidad.
¡Ese es nuestro objetivo! Ver la relajación con la que regresan, cómo se olvidan de sus problemas, porque sabemos que ya no es un lujo viajar, sino una manera de quitarse el estrés del día a día.
Ha sido difícil, con subidas y bajadas, pero seguimos firmes. Somos muy seguras, y ahora, con tanto fraude en línea, nos destacamos por ser las “más seguras”. Eso nos hace resaltar.
Y, más que nada, llevamos casi 30 años en la misma dirección, ofreciendo precios preferenciales y “paguitos” para facilitar los pagos.
Eso es lo mejor.