Oh sirena seductora del Volturno
que hechizas a los cansados marineros
con tu voz suasoria y clara,
te guste leer esta nueva
antes de que me encante tu canción.
Y también te guste, diosa de las aguas,
devolver el ardor y la pasión
con los que suelen ir alegrando.
Estoy hablando de la alondra calena
que siempre enternece mi tiempo
con su gorjeo delicado y esquivo.
A ella deberías contar con alegría
las estrofas de mi poesía ligera.
Estos son versos sobrios y planos
cuyo contexto es muy franco y claro,
pero en el fondo tiene un sentido oculto
que se revelará al lector virtuoso.
Fúlgida Sirena de mi río natal
y alondra cantarina de la mañana,
tañed la lira de los poetas antiguos
y acompañad alegremente mi canción.