Fabio Morábito
Época de crisis

Este edificio tiene

los ladrillos huecos,

se llega a saber todo

de los otros,

se aprende a distinguir

las voces y los coitos.

Unos aprenden a fingir

que son felices,

otros que son profundos.

A veces algún beso

de los pisos altos

se pierde en los departamentos

inferiores,

hay que bajar a recogerlo:

“Mi beso, por favor,

si es tan amable”.

“Se lo guardé en papel periódico”.

Un edificio tiene

su época de oro,

los años y el desgaste

lo adelgazan,

le dan un parecido

con la vida que transcurre.

La arquitectura pierde peso

y gana la costumbre,

gana el decoro.

La jerarquía de las paredes

se disuelve,

el techo, el piso, todo

se hace cóncavo,

es cuando huyen los jóvenes,

le dan la vuelta al mundo.

Quieren vivir en edificios

vírgenes,

quieren por techo el techo

y por paredes las paredes,

no quieren otra índole

de espacio.

Este edificio no contenta

a nadie,

está en su época de crisis,

de derrumbarlo habría

que derrumbarlo ahora,

después va a ser difícil.