No quiero ir a la morgue,
quiero ir a París,
a la morgue, lo juro,
iré después de la Torre,
quiero estar abajo
de la bella estructura
y desde ahí mirar la punta
que las tuercas y las vigas
levantan sobre París.
A la morgue iré después
de ver cómo sube
el armazón fantástico
a base de giros de rosca,
tornillo a tornillo, remache
a remache, herrumbre feliz
que llega a las nubes.