La larga

El Hombre, de noche, enciende un lámpara para sí.

Heráclito

Así son las cosas: con demasiada frecuencia vivimos siendo esclavos del Control.

Todos los antídotos contra esa infección, surgieron y volvieron al punto de partida: el neocórtex les cerró el paso. Pues sentir siempre fue algo inseguro, sospechoso, porque olvidarse de sí era despersonalizarse; porque descansar, entregarse al sueño, nos hacía manifiestamente vulnerables.

Gracias al trabajo pugnaz del neocórtex esperamos que cada acontecimiento suceda como debe, necesitamos definir las cosas y formarnos una idea de las personas, en suma, retroalimentamos nuestra creencia en la eficacia del Control.

Pero, ¿qué función cumple el Control?

...Entre otras la de otorgarnos un espejismo de esperanza para no caer en la desesperación. No aceptamos nuestro papel en el Cosmos, definitivamente no asumimos nuestra propia extinción.

El Control no nos liberará de la muerte y sabemos que la espera, al fin, nos conducirá a la última bóveda.

El disfrute del momento presente puede hacernos sentir mejor, pero se conoce que el miedo, aún el horror, tiene mejores armas: el miedo actúa como una onda que barre toda razón, de modo que, al fin, el neocórtex resulta ser un siervo.

La larga espera

Enterramiento, detalle del Libro de Horas de la Reina Juana I de Castilla, c.1500, f.159r del manuscrito facsímil digital en British Library.

Enterramiento, detalle del Libro de Horas de la Reina Juana I de Castilla, c.1500, f.159r del manuscrito facsímil digital en British Library.