Malestar general, náuseas, mareos, sudoración, angustia, palpitaciones, sensación de irrealidad, presión en el pecho, taquicardia y dificultad para respirar.
Preparar y vincular → Respiración y relajación → Anclaje y control → Preguntar →Acompañar y atención sanitaria→ Gestión administrativa
Si la crisis no remite: Llame al 112
Acompañar sin juzgar o forzar a la persona, dejar que la persona se exprese.
No magnificar la situación ni minusvalorarla, estar con la persona
Separar del foco que generó la crisis
Aproximarse: sentarse al mismo nivel, al lado de la persona, mantener contacto visual
Hablo con tono calmado, indicar “Sigue mis consejos y pautas, vas a estar mejor”, acompañar con frases: “Estás bien”, “Respira conmigo”, “Estoy contigo”, “Estás seguro/a”, “Ahora lo importante eres tú”
Respete el silencio y pausas, respete las expresiones espontáneas (permitir llorar, tener rabia, etc.) sin permitir comportamiento agresivo.
Debemos armarnos de paciencia.
Seremos sinceros y corteses
Escucha activa: preguntar, asentir, reformular
No sermones, de consejos o, amenace. No se ponga de ejemplo ni compare, no exagere lo positivo. No busque dar la solución ni discutir.
Respete el silencio y pausas
No tendremos prisa
Asegurar un espacio intimidad, seguro, tranquilo
Respetar el espacio personal
Avisar a la dirección del área/hotel
No dar bebidas (café, bebidas con cafeína, té, bebidas energéticas)
Sentar/Acostar a la persona
Hacer darse cuenta de que la dificultad para respirar no es real
Respirar juntos concentrados en respirar y de manera lenta por nariz (inspirar) y boca (espirar)
Una vez controlada la respiración, realizar algunas técnicas de anclaje:
Repasar cada letra del abecedario citando un nombre propio que empiece por la letra.
Visualiza cada pensamiento negativo u hecho que te afecto como velas, coge aire, sopla y apaga uno por uno cada vela/problema.
Hacer citar frases tranquilizadoras “Todo está bien, me voy a calmar, mi mente está en equilibrio”, “Todo ha pasado, estoy a salvo, nada va a hacerme daño”, “Alto, párate y toma el control, cálmate ahora mismo y toma las riendas”, “No va a pasarme nada, estoy a salvo, solo respira, solo toma aire y confía en ti”.
Una vez calmada la situación, hacer preguntas sobre los hechos SIN FORZAR Y CON ESCUCHA ACTIVA ayudaremos a reconstruir la historia. Es normal que haya lagunas, pausas u olvidos, no fuerce a la persona.
Empezaremos con la frase ¿Puedo hacerte algunas preguntas de lo que ha pasado? Si responde sí dirigiremos las preguntas ¿Cómo te sientes? ¿Qué ha sucedido? ¿Dónde pasó? ¿Qué estabas haciendo? ¿Quién estaba? ¿Qué hiciste? ¿Y luego?…
Si la crisis no remite: Llamada al 112
Si la crisis remite:
Preguntar por las necesidades: permanecer en el puesto, traslado al domicilio, traslado a centro de salud, contactar con un familiar o amigo.
No dejar que la persona se marche sola, organizar traslado si está calmada con taxi y acompañante o familiar.
Realizar un parte de asistencia, como mecanismo de comunicación con el área de Dirección, PRL y RLT