Para cambiar el aspecto de todos
los tiradores a la vez, taladré en
una madera doce agujeros
(separados por varios centímetros).
Con tornillos del mismo grosor
que los que llevan para fijarlos,
los atornillé a la madera
dejando un margen.
Primero di una capa gruesa
de imprimación universal
(que vale tanto para madera como
para metal) y la dejé secar 24 horas.
Luego lijé las imperfecciones con
cuidado de no raspar demasiado.
Después puse cinta de carrocero
en las partes que no quería pintar
(en este caso de negro).
Di dos manos dejando secar
24 horas entre capas.
Por último, quité la cinta y le di
una capa de blanco a la zona
que había reservado anteriormente.
Se puede dar una capa de barniz
como acabado final.