Lunes – 1 Reyes 1:32-39
Los líderes preparan el camino a sus mejores hombres.
Martes – 1 Reyes 3:5-9
Los líderes deben pedir humildemente sabiduría en el liderazgo sobre todo lo demás.
Miércoles – 1 Reyes 3:28
Los líderes toman decisiones sabias que le otorgan credibilidad.
Jueves – 1 Reyes 4:24
Los líderes mantienen la paz.
Viernes – 1 Reyes 4:1-19
Los líderes se rodean de colaboradores sabios.
Sábado – 1 Reyes 2:1-9
Los líderes orientan en las decisiones difíciles a sus mejores hombres.
1 REYES 3:9
“Da, pues, a tu siervo corazón entendido para juzgar a tu pueblo, y para discernir entre lo bueno y lo malo; porque ¿quién podrá gobernar este tu pueblo tan grande?”
1 REYES 2:1-9
1. Llegaron los días en que David había de morir, y ordenó a Salomón su hijo, diciendo:
2. Yo sigo el camino de todos en la tierra; esfuérzate, y sé hombre.
3. Guarda los preceptos de Jehová tu Dios, andando en sus caminos, y observando sus estatutos y mandamientos, sus decretos y sus testimonios, de la manera que está escrito en la ley de Moisés, para que prosperes en todo lo que hagas y en todo aquello que emprendas;
4. para que confirme Jehová la palabra que me habló, diciendo: Si tus hijos guardaren mi camino, andando delante de mí con verdad, de todo su corazón y de toda su alma, jamás, dice, faltará a ti varón en el trono de Israel.
5. Ya sabes tú lo que me ha hecho Joab hijo de Sarvia, lo que hizo a dos generales del ejército de Israel, a Abner hijo de Ner y a Amasa hijo de Jeter, a los cuales él mató, derramando en tiempo de paz la sangre de guerra, y poniendo sangre de guerra en el talabarte que tenía sobre sus lomos, y en los zapatos que tenía en sus pies.
6. Tú, pues, harás conforme a tu sabiduría; no dejarás descender sus canas al Seol en paz.
7. Mas a los hijos de Barzilai galaadita harás misericordia, que sean de los convidados a tu mesa; porque ellos vinieron de esta manera a mí, cuando iba huyendo de Absalón tu hermano.
8. También tienes contigo a Simei hijo de Gera, hijo de Benjamín, de Bahurim, el cual me maldijo con una maldición fuerte el día que yo iba a Mahanaim. Mas él mismo descendió a recibirme al Jordán, y yo le juré por Jehová diciendo: Yo no te mataré a espada.
9. Pero ahora no lo absolverás; pues hombre sabio eres, y sabes cómo debes hacer con él; y harás descender sus canas con sangre al Seol.
Así como todo navegante sabe que no se puede gobernar un barco que no avance, los líderes fuertes saben que, para cambiar de rumbo, primero hay que crear progreso.
Extraer las enseñanzas de liderazgo del inicio del reinado de Salomón.
Considerar las acciones necesarias para que un líder realice una transición suave en un liderazgo establecido por otros líderes.
Describir lo que un líder requiere para mantener el ímpetu en los cambios que realiza.
Cuando los líderes tienen el impulso de su lado, la gente piensa que son genios. Pasan por alto las deficiencias. Se olvidan de los errores que los líderes han cometido. El impulso cambia la perspectiva desde la cual la gente ve a los líderes. Cuando el liderazgo es fuerte y hay impulso en una organización, la gente es motivada e inspirada a desempeñarse en niveles más altos. Llegan a ser más eficaces de lo que esperaban. Con suficiente impulso, es posible casi cualquier tipo de cambio. Si su deseo es hacer cosas grandes en su organización, nunca subestime el poder del impulso. Es el mejor amigo del líder. Si puede desarrollarlo, usted podrá hacer casi cualquier cosa.
Se requiere un líder para crear impulso: Los seguidores lo agarran; y los administradores son capaces de continuarlo cuando ha comenzado. Pero para crearlo se requiere a alguien que sepa motivar a los demás, no alguien que necesite ser motivado. Harry Truman dijo una vez: «Si no puedes soportar el calor, sal de la cocina». Para los líderes, esa afirmación debería cambiarse para que diga: «Si no puedes crear algo de calor, sal de la cocina».
Todos los líderes afrontan el reto de crear cambio en una organización. Al igual que todo marinero sabe que no se puede dirigir un barco que no está avanzando, los líderes fuertes entienden que, para cambiar de dirección, antes hay que crear progreso. Sin impulso, incluso las tareas más sencillas pueden parecer insuperables: Pero con impulso de nuestro lado, el futuro se ve brillante, los obstáculos parecen pequeños, y los problemas parecen temporales. Con impulso suficiente, casi cualquier tipo de cambio es posible.
El momento de la transición de un líder a otro presenta el reto más crítico para continuar el impulso. ¿Cómo tomó Salomón las riendas de parte de su padre tan exitosamente? Consideremos las siguientes acciones que el joven rey emprendió para asegurar una transición suave:
1. Comenzó con lo que David proporcionó.
El padre de Salomón le dio todo lo que necesitaba para comenzar su reinado, un reino estable, abundancia de recursos, sabio consejo, y su respaldo público. David dejó claro a todos en Israel que él había escogido a Salomón como rey.
2. Pidió humildemente sabiduría en el liderazgo sobre todo lo demás.
Salomón probablemente llegó a ser rey a los 18 años de edad; sin embargo, a pesar de su juventud reconoció las dificultades del liderazgo. Sabía que necesitaba sabiduría más que cualquier otra cosa así que pidió un corazón entendido para juzgar al pueblo de Dios. Esa petición mantuvo sus motivos puros e hizo posible que evitara cosas que interrumpen el ímpetu.
3. Tomó decisiones sabias que le otorgaron credibilidad.
Salomón tomó varias decisiones hábiles con respecto a los enemigos de su trono. Exilió a un oponente, ejecutó a otros dos, y puso a un cuarto en arresto domiciliario. Pero aún más importante, cimentó su credibilidad ante el pueblo. La sabiduría que mostró en una disputa doméstica impactó profundamente a las personas: «Y todo Israel oyó aquel juicio que había dado el rey; y temieron al rey» (1 R 3:28).
4. Mantuvo la paz.
Los valientes movimientos de Salomón contra sus enemigos dentro de Israel mantuvieron paz en la casa, evitando así una sangrienta guerra civil. Pero Salomón sabiamente tomó medidas adicionales para evitar que otras naciones amenazaran el progreso de su país; y por lo tanto, «tuvo paz por todos lados alrededor» (1 R 4.24).
5. Se rodeó de colaboradores sabios.
Solamente Salomón entre los reyes de Israel puede desafiar a David como el arquitecto de un estupendo círculo íntimo. Salomón mantuvo a algunos de los sirvientes de confianza de David en su propia administración, pero no a muchos. La mayoría de ellos los proporcionó él mismo.
¿Cómo sigue ganando un equipo ganador? ¿Qué hace posible que una organización mantenga el ímpetu? La respuesta no es qué, sino quién. Se requiere un líder para sostener el ímpetu, un líder que posea…
1. La disposición a aceptar responsabilidad por el ímpetu de la organización.
La mayoría de los líderes aceptan responsabilidad felizmente solo mientras la organización tiene éxito, pero se cubren cuando la organización comienza a resbalar. Sin embargo, el ímpetu, sea positivo, negativo o inexistente, es siempre responsabilidad del líder. Olan Hendrix, director ejecutivo del Leadership Resource Group, mantiene que después de haber dirigido una organización durante tres años, cada problema es tu problema.
2. La disposición a dirigir el ímpetu en lugar de permitir que este le dirija a él.
El ímpetu siempre tiene una dirección. La mayoría de las personas en una organización tienen poca influencia en su ímpetu; simplemente el ímpetu los mantiene. Pero los líderes no pueden permitirse navegar sobre el ímpetu; deben dirigirlo.
Antes de que Salomón fuera rey, un sobresaliente líder militar, David, creó el ímpetu de la nación. Sin embargo, Salomón nunca dirigió un ejército; sus metas no eran militares en naturaleza; él puso la mayoría de su atención en el comercio y la construcción, y eso significaba que tenía que cambiar la dirección del ímpetu de la nación.
3. La disposición a ser entusiasta en todo momento.
¡Mantente positivo! A algunos tipos de personalidad les resulta fácil mantenerse entusiastas; a otros no. Reflexiona en los siguientes secretos para mantener positivo el liderazgo todo el tiempo:
EL TRABAJO QUE ESTOY HACIENDO ES LO MÁS IMPORTANTE:
Asegúrate de tu visión, tu misión y tus acciones estén todas en consonancia. Es fácil mantenerse emocionado cuando lo que estás haciendo realmente importa.
Las personas con las que trabajo son las mejores.
Da un alto valor a todos los que trabajan contigo. Espera lo mejor de ellos, y te darán lo mejor de sí mismos.
Los resultados serán positivos.
En su mayor parte, obtienes lo que esperas. Tan solo ocasionalmente te sorprenderás; pero incluso entonces, serás con frecuencia sorprendido por mejores resultados que por peores.
¿Te has reunido alguna vez con un líder que tenía una actitud negativa crónica y era capaz de sostener un ímpetu positivo? Probablemente no.
Ningún líder puede ignorar el impacto del ímpetu. Si lo tienes, tú y tu gente serán capaces de lograr cosas que nunca creyeron posibles, Si no lo tienes, las tareas más pequeñas parecerán difíciles. Como el líder, debes tomar la decisión de tenerlo.
La moral alta es grandiosa. Si el equipo está ganando, entonces la moral está alta; y si la moral está alta, entonces el equipo está en una posición de ganar. Por consiguiente, ¿qué es primero, la moral alta o ganar? Creo que la moral alta generalmente llega primero. ¿Por qué? Porque magnifica todo lo positivo que está sucediendo al equipo. He aquí lo que quiero decir:
La moral alta es el gran exagerador. Cuando el equipo como un todo es positivo, y todos los jugadores se sienten bien consigo mismos, todo parece bien. La preparación parece ser más suave. Toda división parece desaparecer. Las pequeñas victorias parecen dulces y las grandes nos hacen sentir casi invencibles. Las estrellas del equipo se dan a la hora de la verdad e incluso los jugadores de la banca parecen jugar más allá de sus capacidades normales.
La moral alta es el gran elevador. Cuando un equipo tiene la moral alta, la actuación de su gente sube a un nuevo nivel. El equipo se enfoca en su potencial, no en sus problemas. Sus miembros se vuelven más comprometidos. Y todo el mundo encuentra más fácil ser desinteresado. Los miembros del equipo están confiados, y tal confianza les ayuda a actuar en un nivel superior.
Cuando un equipo está perdiendo ocurre el efecto opuesto. Los jugadores empiezan a enfocarse en sus problemas. Baja en todos el nivel de compromiso. El equipo ahuyenta a otros en vez de atraerlos. Y todo el mundo se dedica a ver por sí mismo en vez de ver por sus compañeros. Cuando se está perdiendo todo duele.
La moral alta es el gran energizador. Otra cosa que la moral alta hace por el equipo es darle energía. Los jugadores se vuelven como el conejito Energizer: Todos se mantienen andando y corriendo. Ninguna montaña parece alta. Ningún proyecto parece demasiado difícil. Ninguna carrera parece muy larga. Su entusiasmo se levanta junto con su energía, y el equipo empieza a desarrollar un ímpetu que es casi imparable.
La moral alta es la gran eliminadora. Debido al ímpetu y a la energía que vienen con ella, la moral alta también se vuelve la gran eliminadora. Mientras un equipo que está perdiendo y experimentando moral baja puede llegar a herirse incluso por el menor de los problemas, un equipo con moral alta se mantendrá activo aun cuando enfrente un obstáculo enorme o agobiantes contratiempos. No importa cuán grandes sean los problemas, estos sencillamente parecen desaparecer.
La moral alta es el gran emancipador. Una de las otras cosas que la moral alta hace por el equipo es liberarlo. Al ganar se crea espacio para respirar. Un buen equipo con moral alta utilizará ese espacio para tomar riesgos e intentar nuevas cosas que de otra manera no haría. Se detiene para hacer preguntas que de otro modo no haría. Al hacer eso surge la creatividad y la innovación. Al final la moral alta libera al equipo para alcanzar su potencial.
Quizás usted esté diciendo: Perfecto, estoy de acuerdo. Nada duele cuando se está ganando. La moral alta es grandiosa para el equipo. ¿De qué manera se logra? Déjeme decírselo. Si usted es un jugador, entonces debe: 1) tener buena actitud, 2) siempre dar lo mejor de sí, y 3) apoyar a la gente en el equipo, tanto a jugadores como a líderes. Si usted tiene poca influencia, entonces ejérzala modelando excelencia.
Sin embargo, si usted es uno de los líderes del equipo, entonces tiene una gran responsabilidad. Debe ser un modelo de excelencia, pero también debe hacer algo más: ayudar a las personas que dirige a desarrollar la clase de moral e ímpetu que ayudan a crear un equipo ganador.