El liderazgo es liderazgo, no importa adonde vaya ni lo que haga. Los tiempos cambian. La tecnología avanza. Las culturas varían de un lugar a otro. Pero los verdaderos principios del liderazgo son constantes —aunque esté observando a los ciudadanos de la antigua Grecia, los hebreos del Antiguo Testamento, los ejércitos de los últimos doscientos años, los gobernantes de la Europa moderna, los pastores de las iglesias locales, o la gente de negocios de la economía mundial de hoy. Los principios del liderazgo pasan la prueba del tiempo. Son irrefutables.
Me gustaría que mientras lee las siguientes lecciones tenga presente las cuatro ideas siguientes:
1. Los principios pueden ser aprendidos. Algunas son más fáciles de entender y aplicar que otros, pero cada una de ellos puede ser adquirido.
2. Los principios son independientes. Cada principio complementa todos las demás, pero usted no necesita uno para poder aprender otro.
3. Los principios traen consigo consecuencias. Aplique los principios, y la gente lo seguirá a usted. Quebrántelos o páselos por alto, y no podrá dirigir a otros.
4. Estos principios son el fundamento del liderazgo. Una vez que usted aprende los principios, debe ponerlos en práctica y aplicarlos a su vida.
Sea que, como seguidor, esté apenas comenzando a descubrir el impacto del liderazgo, o que sea un líder natural que ya tiene seguidores, usted puede ser un mejor líder. Es posible que cuando lea los principios se dé cuenta de que ya está practicando eficazmente algunos de ellos. Otros principios expondrán vulnerabilidades que usted no sabía que tenía. Pero mientras mayor sea el número de principios que aprenda, mejor líder llegará a ser. Cada principio es como una herramienta, lista para ser tomada y usada a los efectos de alcanzar sus sueños y sumar valor a otras personas. Tome, aunque sea uno de los principios, y se convertirá en un mejor líder. Apréndalos todos, y la gente lo seguirá gustosamente.