Lunes – Jueces 4:6-7
Los líderes se respetan a sí mismos y a aquellos con quienes trabajan.
Martes – Jueces 4:4-5
Los líderes sobrepasan las expectativas de otros.
Miércoles – Jueces 4:8-9
Los líderes permanecen firmes en sus convicciones.
Jueves – Jueces 4:14
Los líderes poseen una seguridad y madurez poco común.
Viernes – Jueces 4:21-24
Los líderes experimentan éxito personal y contribuyen al éxito de otros.
Sábado – Jueces 4:14-16
Los líderes piensan por delante de otros.
JUECES 4:1-9
1. Después de la muerte de Aod, los hijos de Israel volvieron a hacer lo malo ante los ojos de Jehová.
2. Y Jehová los vendió en mano de Jabín rey de Canaán, el cual reinó en Hazor; y el capitán de su ejército se llamaba Sísara, el cual habitaba en Haroset-goim.
3. Entonces los hijos de Israel clamaron a Jehová, porque aquél tenía novecientos carros herrados, y había oprimido con crueldad a los hijos de Israel por veinte años.
4. Gobernaba en aquel tiempo a Israel una mujer, Débora, profetisa, mujer de Lapidot;
5. y acostumbraba sentarse bajo la palmera de Débora, entre Ramá y Bet-el, en el monte de Efraín; y los hijos de Israel subían a ella a juicio.
6. Y ella envió a llamar a Barac hijo de Abinoam, de Cedes de Neftalí, y le dijo: ¿No te ha mandado Jehová Dios de Israel, diciendo: Vé, junta a tu gente en el monte de Tabor, y toma contigo diez mil hombres de la tribu de Neftalí y de la tribu de Zabulón;
7. y yo atraeré hacia ti al arroyo de Cisón a Sísara, capitán del ejército de Jabín, con sus carros y su ejército, y lo entregaré en tus manos?
8. Barac le respondió: Si tú fueres conmigo, yo iré; pero si no fueres conmigo, no iré.
9. Ella dijo: Iré contigo; mas no será tuya la gloria de la jornada que emprendes, porque en mano de mujer venderá Jehová a Sísara. Y levantándose Débora, fue con Barac a Cedes.
“Entonces Débora dijo a Barac: Levántate, porque este es el día en que Jehová ha entregado a Sísara en tus manos. ¿No ha salido Jehová delante de ti? Y Barac descendió del monte de Tabor, y diez mil hombres en pos de él.”
JUECES 4:14
Ella tenía la responsabilidad de guiar al pueblo en la batalla, pero más que eso, influyó en el pueblo para que viviera para Dios después que terminó la batalla. Su personalidad unía al pueblo e imponía respeto hasta de Barac, un general de ejército. También era una profetisa, cuyo papel principal era animar al pueblo a obedecer a Dios. Aquellos que dirigen no deben olvidar la condición espiritual de aquellos a quienes dirigen. Un verdadero líder se preocupa por las personas, no sólo por el éxito.
Extraer las enseñanzas de liderazgo de la vida de Débora.
Describir el proceso que debe atravesar cualquiera que aspira ser líder.
Puntualizar los niveles de autoridad que ejercen los líderes.
Si usted la hubiese visto, es probable que su primera reacción no hubiera sido de respeto. No era una mujer de aspecto muy impresionante —tenía poco más de metro y medio de estatura, casi llegaba a los cuarenta años, y su piel era oscura y curtida. No sabía leer ni escribir. Usaba ropa gruesa y desgastada. Cuando sonreía, la gente podía ver que le faltaban los dos dientes frontales superiores.
Vivía sola. Había dejado a su esposo a la edad de veintinueve años. Se fue sin darle aviso. Un día, él despertó, y ella se había ido. Después de varios años, ella le habló sólo una vez más, y a partir de allí no volvió jamás a mencionar el nombre de él.
El trabajo de esta mujer era intermitente. La mayor parte del tiempo aceptaba trabajos domésticos en hoteles pequeños: restregando pisos, arreglando las habitaciones, y cocinando. Pero casi todas las primaveras y los otoños desaparecía de su trabajo, regresaba sin un céntimo, y trabajaba nuevamente para reunir poco a poco el dinero que pudiese juntar. Cuando estaba presente en su empleo, trabajaba duro y parecía fuerte físicamente, pero se sabe que también había ratos en los que de repente se quedaba dormida, a veces en medio de una conversación. Ella atribuía su aflicción a un golpe en la cabeza que le habían dado en una pelea durante su adolescencia.
¿Quién hubiera respetado a una mujer así? La respuesta es más de trescientos esclavos que la siguieron a la libertad fuera del sur —reconocían y respetaban su liderazgo—. También casi todos los abolicionistas de Nueva Inglaterra. Era el año de 1857. El nombre de la mujer era Harriet Tubman.
Las personas siguen a aquellos cuyo liderazgo respetan. Los menos diestros siguen a los más diestros. En general, los seguidores buscan a quienes son mejores líderes que ellos mismos.
Cuanta más capacidad de liderazgo tenga una persona, más rápidamente reconoce el liderazgo, o la falta de él, en otros. Cuando se reúnen grupos de personas por primera vez, echa un vistazo a lo que sucede. Los líderes en el grupo inmediatamente toman las riendas. Piensan en la dirección en que desean ir y a quiénes quieren llevar con ellos. Al principio, puede que los individuos hagan movimientos tentativos en varias direcciones, pero después de llegar a conocerse unos a otros no es necesario mucho tiempo para que reconozcan a los líderes más fuertes y los sigan.
Los dones de liderazgo de Débora se ganaron el respeto tanto de hombres como de mujeres, aunque pocas mujeres en su época ascendían a posiciones de liderazgo. Incluso Barac, el comandante militar de las tribus del norte de Israel, buscó su ayuda.
Echemos un vistazo al proceso que debe atravesar cualquier líder, incluida Débora.
1. Respetarte a ti mismo y a aquellos con quienes trabajas.
Ganarse el respeto de otros siempre comienza con respetarse a uno mismo y a sus compañeros. Débora hizo esto, y personas de todo Israel acudían a ella para zanjar sus disputas. Si deseas ganarte el respeto de otros, primero demuestra un respeto sano por ti mismo y por tus compañeros.
2. Sobrepasar las expectativas de otros.
Pocos observadores podrían haber esperado que Débora cambiara el modo en que vivían los israelitas; sin embargo, ella elevó la norma de vida para la persona común y devolvió la paz a la nación. Los líderes que se ganan el respeto de otros recorren la milla extra, luchan para lograr la victoria, y llevan a otros con ellos.
3. Permanecer firme en tus convicciones.
Debieron haber sido necesarias fuertes convicciones para que Débora convocara a Barac y le ordenara luchar. Incluso cuando Barac dudó de ella no vaciló, y demostró sus convicciones al acordar acompañar a Barac a la batalla. Los seguidores respetan a un líder con convicción y disposición a unirse al viaje.
4. Poseer una seguridad y madurez poco común.
Débora nunca intentó apropiarse el mérito de la victoria de Israel, sino que reconoció a quienes ayudaron a ganar a la nación. Los líderes respetados no toman todo el mérito para sí mismos. Dan todo lo que puedan a los demás.
5. Experimentar éxito personal.
Los líderes no pueden ayudar a otros a disfrutar de éxito a menos que ellos mismos hayan tenido éxito. Débora ya había tenido éxito como profetisa y juez antes de pedir al pueblo que luchara.
6. Contribuir al éxito de otros.
Débora hizo todo correctamente al llamar al pueblo a la batalla. Les dio un comandante y los recursos que necesitaban; también les dio la palabra del Señor de que ganarían. Bajo la dirección de ella, «la mano de los hijos de Israel fue endureciéndose más y más contra Jabín rey de Canaán, hasta que lo destruyeron» (Jue 4.24).
7. Pensar por delante de otros.
Débora no le dijo simplemente a Barac que luchara; ella ideó un plan para su ataque y después acompañó a Barac a la batalla. El resultado: una victoria abrumadora. ¿Cómo no iba a respetar el pueblo a un líder de tal estrategia y visión?
En general, los líderes ejercen su autoridad en uno de cinco niveles:
1. Posición
Títulos o descripciones de trabajo proporcionan el nivel más bajo de liderazgo. Las personas siguen a esos líderes solamente porque tienen que hacerlo. Ahí fue donde comenzó Débora: como profetisa. Pero el liderazgo que se queda en este nivel se vuelve más débil, no más fuerte. Los líderes que quieren que otros les sigan simplemente porque son «el jefe» pierden pronto el respeto.
2. Permiso
A medida que los seguidores llegan a conocer y confiar en un líder, comienzan a seguir porque quieren hacerlo. Las personas acudían a Débora en busca de su influencia. Pero ni siquiera las relaciones positivas, por sí solas, pueden crear un liderazgo duradero.
3. Producción
A este nivel, la influencia crece y el respeto aumenta debido a lo que el líder y las personas logran juntos. Las personas, comienzan a seguir debido a lo que el líder ha hecho por el equipo o la organización. El éxito de Débora como juez beneficiaba a todo el pueblo. Si llegas a este nivel, tu equipo y tú pueden alcanzar muchas de sus metas. Pero para experimentar un impacto transformador y un éxito duradero, debes dar el salto al siguiente nivel.
4. Desarrollo de las personas
El llamado más elevado de cualquier líder es ayudar a otros líderes a alcanzar su potencial. Débora ayudó a Barac a alcanzar el propósito que Dios le había dado. Los líderes que pasan a este nivel cambian su enfoque: de inspirar y dirigir a seguidores, a desarrollar y liderar a otros líderes.
5. Personalidad
Los líderes que pasan su vida desarrollando individuos y organizaciones marcan un impacto tan increíble durante tanto tiempo, que las personas siguen debido a quién es el líder. La descripción de Débora como una «madre de Israel» parece indicar que ella logró el nivel de personalidad en el liderazgo. Los líderes no pueden planear llegar al nivel 5; llegan a este nivel solamente con el tiempo y la gracia de Dios.
La gente no sigue a otros por accidente. Siguen a individuos cuyo liderazgo respetan. Alguien que tiene un liderazgo de 8 (en una escala de 1 a 10, en la que 10 es el más fuerte) no sale a buscar un 6 para seguirlo —por naturaleza sigue a un 9 o a un 10. Los menos capacitados siguen a los altamente capacitados y dotados. En ocasiones, un líder fuerte decide seguir a alguien más débil que él. Pero cuando eso sucede, hay una razón. Por ejemplo, el líder más fuerte sigue a uno débil por respeto a la posición de la persona o a sus realizaciones pasadas. O tal vez esté siguiendo la cadena de mando. Sin embargo, por lo general, los seguidores son atraídos a personas que son mejores líderes que ellos.
Harriet Tubman no parecía ser candidata al liderazgo porque la suerte estaba contra ella. No había recibido educación. Vivía en una cultura que no respetaba a los afroamericanos. Y trabajaba en un país donde las mujeres aún no tenían derecho al voto. A pesar de sus circunstancias, se convirtió en una líder increíble. La razón es sencilla: Los individuos por naturaleza siguen a líderes que son más fuertes que ellos. Todo el que entraba en contacto con ella reconocía su poderoso liderazgo y se sentía obligado a seguirla.