Lunes – Juan 13:1-2
Los siervos líderes están motivados por el amor para servir a otros.
Martes – Juan 13:3
Los siervos líderes poseen una seguridad que les permite servir a otros.
Miércoles – Juan 13:12-15
Los siervos líderes inician un liderazgo de servicio a otros mediante el ejemplo.
Jueves – Juan 13:6-7
Los siervos líderes reciben un ministerio de servicio de otros.
Viernes – Juan 13:8-9
Los siervos líderes no quieren nada que obstaculice su relación con Dios.
Sábado – Juan 13:16-17
Los siervos líderes viven una vida bendecida.
JUAN 13:1-17
1. Antes de la fiesta de la pascua, sabiendo Jesús que su hora había llegado para que pasase de este mundo al Padre, como había amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.
2. Y cuando cenaban, como el diablo ya había puesto en el corazón de Judas Iscariote, hijo de Simón, que le entregase,
3. sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba,
4. se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó.
5. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido.
6. Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies?
7. Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después.
8. Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo.
9. Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza.
10. Jesús le dijo: El que está lavado, no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos.
11. Porque sabía quién le iba a entregar; por eso dijo: No estáis limpios todos.
12. Así que, después que les hubo lavado los pies, tomó su manto, volvió a la mesa, y les dijo: ¿Sabéis lo que os he hecho?
13. Vosotros me llamáis Maestro, y Señor; y decís bien, porque lo soy.
14. Pues si yo, el Señor y el Maestro, he lavado vuestros pies, vosotros también debéis lavaros los pies los unos a los otros.
15. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros también hagáis.
16. De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió.
17. Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.
JUAN 13:16-17
“De cierto, de cierto os digo: El siervo no es mayor que su señor, ni el enviado es mayor que el que le envió. Si sabéis estas cosas, bienaventurados seréis si las hiciereis.”
El verdadero líder sirve. Sirve a la gente. Sirve a sus mejores intereses y al hacerlo no siempre será popular, y quizás no siempre logre impresionar. Pero debido a que los verdaderos líderes están motivados por el interés amoroso más que por un deseo de gloria personal, están dispuestos a pagar el precio.
Extraer las enseñanzas de liderazgo de Jesús según Juan 13:1-17.
Demostrar que el servicio es la base del liderazgo.
Describir las aptitudes que deben desarrollar los siervos líderes.
El concepto de servidumbre no se refiere a posiciones ni a habilidades. Tiene que ver con actitud. Es probable que hayas conocido a personas en posiciones de servicio con actitudes muy pobres hacia el concepto de servir: el trabajador rudo de una agencia de servicio del gobierno; el camarero al cual no lo puedes molestar ordenándole tu comida, o el empleado de la tienda que habla por teléfono con un amigo en lugar de atenderte.
Tal como sientes cuando un trabajador no quiere ayudar a la gente, puedes detectar también cuando un líder tiene un corazón de siervo, y la verdad es que los mejores líderes desean servir a otros, no a ellos mismos.
Cuando piensas en servicio, ¿lo visualizas como una actividad realizada por personas con relativamente pocas habilidades y al final del diagrama de flujo? Si es así, tienes una idea equivocada. A menudo pensamos que, si servimos, las personas rebajarán la idea que tienen de nosotros; que supondrán que poseemos la posición más baja de la organización. Pero esto es un error. Piensa por un instante en la persona que más te haya servido en tu vida. Las respuestas variarán; pero la mayoría de la gente responderá de forma automática: «Madre». Las mamás parecen ser el ejemplo de servicio, ya que naturalmente sirven a los miembros de su familia. Ahora tengo otra pregunta: ¿tienes tú una idea inferior de tu madre porque te sirve, o una idea más alta? Casi todo el mundo diría que una más alta. ¿Por qué? Servir a otras personas tiene exactamente el efecto opuesto sobre ellas del que creernos que tendrá. La gente se siente atraída y no repelida hacia aquellos que sirven de forma sacrificial. El servicio añade valor a la gente. Servir no tiene que ver con la posición o habilidad. Se trata de actitud. Los líderes buscan formas de añadir valor a otros, y la principal forma de hacerlo es sirviéndoles. En Juan 13, el Salvador del mundo mostró que también fue el mayor Siervo de todos los tiempos. La historia es conocida para muchos. Cuando los discípulos esperaban en el aposento alto para la fiesta de la Pascua, se les olvidó contar con los servicios de un siervo que les lavara los pies en la puerta. Era su costumbre hacerlo así. Es muy interesante que cuando los discípulos se dieron cuenta de que faltaba el siervo, ninguno de ellos se ofreció voluntario para la tarea. En su lugar, discutieron sobre quién era el mayor.
Cuando Jesús vio esto, decidió sacar una lección del incidente. Así que después de cenar, Jesús se quitó su manto. ¡Él incluso tenía el aspecto de un siervo! Después tomó una pileta con agua y una toalla y comenzó a lavar Jos pies de sus discípulos. Mientras Jesús interactuaba con sus hombres, surgieron varias lecciones sobre el servicio y añadir valor.
Los siervos líderes como Cristo…
1. Están motivados por el amor para servir a otros (vv. 1, 2).
El amor de Jesús era inmerecido, inagotable, incondicional y desinteresado. No fue la valía o los méritos de los discípulos lo que hizo que Jesús les sirviera. No estaba expresando gratitud, sino gracia. El amor le hizo servir a sus discípulos. Piensa en ello: Jesús incluso lavó los pies de Judas Iscariote, el hombre que le traicionaría y le entregaría para morir al día siguiente.
2. Poseen una seguridad que les permite servir a otros (v. 3).
Jesús sabía quién era, y se sentía seguro para agacharse en el piso y lavar los pies de sus discípulos. No tuvo que demostrar nada. De hecho, no tenía nada que demostrar, nada que perder y nada que ocultar. Los inseguros buscan los títulos. Los seguros buscan las toallas. La seguridad de Jesús le permitió encorvarse y estirarse.
3. Inician un liderazgo de servicio a otros.
Jesús no esperó a que otro clarificara el protocolo. El vio, una necesidad y la suplió. Nadie más, se había ofrecido para el trabajo de lavar los pies esa noche, así que Jesús sacó una lección de la situación. Comenzó algo que esperaba que se transmitiera de los doce discípulos a otros (véase Juan 13.12—15). Lavar los pies nunca estará de moda. Lo harán los líderes que están dispuestos a ser pioneros en un acto de humildad y sacrificio.
4. Reciben un ministerio de servicio de otros (vv. 6, 7).
El corazón de un siervo expone el orgullo en otros. A Pedro le costó mucho dejar que Jesús le sirviera. Aunque tenía una mentalidad mundana que suponía que alguien del calibre de Jesús nunca debería agacharse y lavar. A veces los líderes deben aprender a dejar que otros les sirvan. Como se acostumbran a servir a otros, les resulta difícil relajarse y recibir. En esta ocasión, Jesús le estaba pidiendo a Simón Pedro que se sentara que el Maestro le sirviera.
5. No quieren nada que obstaculice su relación con Dios (vs. 8, 9).
Pedro se fue de un extremo a otro. Si Jesús iba a lavarle los pies, no quería perderse nada de lo que Él pudiera hacer. Quería que Jesús le lavara todo su cuerpo. Simón Pedro exhibe aquí una gran actitud. Si Jesús estaba dando, él quería recibir todo lo que Jesús tenía para dar; no quería que nada se interpusiera entre él y su Señor.
6. Enseñan el servicio mediante su ejemplo (vv. 12, 15).
Después, Jesús habló de lo que significa que Él hubiera lavado sus pies. Les recordó que el Maestro y Señor acababa de lavarles los pies, por lo tanto, ninguna posición debería impedirles a ellos hacer lo mismo por otros. Jesús les dejó saber que el Maestro lavó sus pies, ellos debían imitarle. Había que reproducir su modelo. De hecho, su ejemplo fue mucho más poderoso que una clase teórica sobre los principios del servicio. Los hechos hablan más alto que las palabras.
7. Vivir una vida bendecida (vv. 16, 17).
Jesús les recordó que eran bendecidos si le obedecían en este estilo de vida. Las bendiciones grandes son para aquellos que actúan en fe y hacen lo contrario a lo que el mundo está haciendo. Dios bendice a los que «van contra cultura» y sirven a la gente sin pensar en obtener algo a cambio para ellos. La recompensa vendrá en forma de una bendición de Dios.
Cuando los líderes sirven, añaden valor a la gente que recibe su servicio. Este valor podría ser tan simple como sentirse digno o especial. Podría ser que el valor fuera un recurso ponemos en las manos de personas o una palabra de ánimo que les damos. Sea lo que sea, la gente recibe algo y se siente mejor consigo misma debido a su líder, Un buen hábito para un Líder es intentar añadir valor a todos aquellos con los que se encuentra; intentar añadir en su vida en vez de tomar algo. Busca reponerles y darles recursos para que vivan la vida abundante que Dios les ha llamado a vivir. Esto es lo que hizo Jesús, cada día: Ya fuera que se encontrara con una mujer samaritana como en Juan 4, o un recaudador de impuestos como Mateo o Zaqueo, o una prostituta como María Magdalena, Jesús les sirvió y les añadió valor. Quizá por eso la gente pensaba tan bien de Él. Él sirvió.
¿Dónde está tu corazón cuando se trata de servir a otros? ¿Deseas llegar a ser un líder para obtener gloria y beneficios? ¿O estás motivado por un deseo de ayudar a otros?
Si realmente quieres llegar a ser el tipo de líder que la gente quiere seguir, tienes que decidir ser un servidor. Si tu actitud es que te sirvan más que servir, puede que tengas problemas. Si esto es un problema para tu vida, entonces necesitas poner atención a este consejo:
“Deja de señorearte de las personas y empieza a escucharlas. Deja de actuar en busca de ventajas personales y empieza a arriesgarte por el beneficio de otros. Deja de buscar tu propio beneficio y empieza a servir a otros.”
Es verdad que aquel que quiera ser grande tiene que ser como el más pequeño y el siervo de todos.
Nuestra aplicación hoy…
Pon a otros por delante de tu propia agenda.
Desarrolla la confianza y seguridad de riesgos.
Busca una necesidad y toma la iniciativa.
Haz pequeños actos de forma anónima.
Aprende a caminar lentamente entre la multitud.
Comienza tu día meditando en el amor que tienes por otros en tu vida.
Desarrolla una tendencia a la acción.