Todos hemos oído hablar en innumerables ocasiones del llamado “cuerno de la abundancia”, pero pocos saben su leyenda. Os la cuento a continuación: Cierto día la diosa Rea entregó a su hijo Zeus a las ninfas para evitar que fuese devorado por Cronos, que era el padre del niño. Cronos lo buscó por todas partes: por el cielo, por la tierra y por el mar sin encontrarlo y no lo hizo porque la ninfa de los fresnos, Amaltea, puso la cuna en lo alto de un árbol y fue ayudada por los “curetes” —pueblo cretense— quienes para ocultar el llanto del niño golpeaban sus escudos y lanzas.
El pequeño Zeus se crió amamantado con la leche de Aix, una monstruosa cabra . Un día mientras jugaba con ella, el joven Zeus le arrancó sin querer un cuerno y se lo entregó a su nodriza, Amaltea, prometiéndole que de él manaría cuanto quisiese, por lo que comenzó a se conocido como la “cornucopia” o “cuerno de la abundancia”.
Esta es su leyenda, cosas de los pequeños dioses juguetones…
Foto: Representación del cuerno de la abundancia