DIÁLOGO "FEDÓN"
El subtítulo del diálogo "Sobre el alma". El tema central es la discusión acerca de la inmortalidad del alma.
El diálogo está presentado en un marco muy dramático. Sócrates condenado a morir, pasa sus últimas horas conversando con sus amigos sobre la inmortalidad.
Tres razones aduce para demostrar la inmortalidad del alma:
Por la sucesión cíclica de las cosas contrarias. Los contrarios se suceden alternativamente. De lo pequeño se hace lo grande (crecer) y de lo grande lo pequeño (disminuir). El sueño sucede a la vigilia y la vigilia al sueño. Vida y muerte son cosas contrarias. Es claro que a la vida sigue la muerte. Por lo tanto a la muerte debe suceder la vida.
La doctrina de la reminiscencia (recuerdo). Si se admiten que existen las formas y que el conocimiento es el recuerdo de éstas a partir de la percepción sensible, se deduce necesariamente que el alma existe antes del nacimiento; pero si existe antes del nacimiento, también existirá después de la muerte (en función del primer argumento).
La doctrina de las Ideas. Hay dos tipos de existencia: la primera, la de las Ideas (simples, eternas e inmutables); la segunda, la de las cosas (compuestas, mortales y cambiantes). El alma se asemeja a las Ideas y es divina; el cuerpo a las cosas y es mortal.
Nos da una visión ascética de la vida del filósofo, empeñado durante toda su actividad en purificarse de lo corpóreo y en atender al bien de su alma.
Hay una visión dualista muy acentuada:
El alma es lo espiritual, racional y vital. Es la parte noble del organismo.
El cuerpo es el recipiente sensorial y perecedero. Se le adjudican todas las torpezas del conocimiento sensible.
Texto "FEDÓN 74a-83d"
La reminiscencia se origina a partir de cosas semejantes y también de cosas diferentes. Así que, cuando uno recuerda algo a partir de objetos semejantes, es necesario que advierta si a tal objeto le falta algo o no en su parecido con aquello a lo que recuerda.
Análisis de si esto es así en relación con "las cosas iguales" y "lo igual en sí".
Existen
Cosas iguales (una piedra igual a otra piedra)
Lo igual en sí mismo.
Decimos que es algo.
Sabemos lo que es.
¿De dónde hemos obtenido ese conocimiento?
No de las cosas que mencionábamos.
A partir de esas cosas (las iguales) que son diferentes a lo igual en sí, lo hemos intuido siendo difrente a ellas.
Siempre que al ver un objeto, a partir de su contemplación, intuyas otro (sea semejante o desemejante), es necesario que sea un proceso de reminiscencia.
Reconocemos que lo que ahora yo veo pretende ser como algún otro de los objetos reales, pero carece de algo y no consigue ser tal como áquel, sino que resulta inferior; necesariamente el que piensa esto tuvo que haber logrado ver antes aquello a lo que dice que esto se asemeja y que le resulta inferior.
Hemos experimentado algo así con respecto a las cosas iguales y a lo igual en sí.
Es necesario que nosotros previamente hayamos visto lo igual antes de auqel momento en el que al ver por vez primera las cosas iguales pensamos que todas ellas tienden a ser como lo igual pero que lo son insuficientemente.
Antes de que empezáramos a ver, oir y percibir todo lo demás, era necesario que hubiéramos obtenido captándolo en algún lugar el conocimiento de qué es lo igual en sí mismo, si es que a esto ibamos a referir las igualdades aprehendidas por nuestros sentidos (que se esfuerzan por ser tal como la igualdad en sí, pero le resultan inferiores).
Desde que nacimos veíamos, oíamos y teníamos los demas sentidos.
Es preciso que tengamos adquirido el conocimiento de lo u¡igual antes que éstos.
Antes de nacer nos es necesario haberlo adquirido.
Adquirimos antes de nacer y nacimos teniéndolo (lo igual, lo mayor, lo menor , lo bello en sí, lo bueno en sí, lo justo, lo santo y todo aquello que etiquetamos con "eso lo que es").
Si no los olvidáramos, naceríamos siempre sabiéndolos y siempre lo sabríamos a lo largo de nuestra vida.
Si es que después de habarlos adquirido antes de nacer, pienso, al nacer los perdimos, y luego al utilizar los sentidos respecto a esas mismas cosas recuperamos los conocimientos que en un tiempo anterior ya teníamos, aprender no es sino recuperar un conocimiento ya familiar. Eso es recordar.
Dos posibilidades:
O nacemos con ese saber y lo sabemos todo a lo largo de nuestras vidas
O quienes aprenden no hacen nada más que acordarse y el aprender es reminiscencia.
Un hombre tiene que poder dar razón de aquello que sabe.
No todos pueden dar razón de las cosas que hablábamos.
No todos lo saben.
Entonces recuerdan lo que habían aprendido.
¿Cuándo han adquirido nuestras almas el conocimiento de esas mismas cosas?
No es a partir de cuando hemos nacido.
Antes. Existían las almas incluso anteriormente, antes de existir en forma humana, aparte de los cuerpos y tenían entendimiento.
Al mismo tiempo de nacer.
¿Cuándo lo perdemos?
¿En el mismo momento en que lo adquirimos?
Es un sinsentido.
Si existen las cosas de que siempre hablamos lo bello y lo bueno y toda la realidad de esa clase, y a ella referimos todos los datos de nuestros sentidos, y hallamos que es una realidad nuestra subsistente de antes, y esas cosas las imaginamos de acuerdo con ella, es necesario que, así como esas cosas existen, también exista nuestra alma antes de que nosotros estemos en vida. Hay una idéntica necesidad de que existan esas cosas y nuestras almas antes de que nosotros hayamos nacido, y si no existen las unas, tampoco las otras.
Acabamos de demostrar que antes de nacer nosotros existía nuestra alma.
Hay que demostrar ahora que después de que hayamos muerto aún existirá.
Objeción de Cebes: al tiempo que el ser humano perece, se dispersa su alma y esto es para ella el fin de su existencia.
Nada impide que ella nazca y se constituya de cualquier origen y que exista aun antes de llegar a un cuerpo humano y que luego de llegar y separarse de éste, también ella alcanza su fin y perezca.
Hay que demostrar que también después de que hayamos muerto existirá no en menor grado que antes de que naciéramos, si es que la demostración ha de alcanzar su final.
Ya está demostrado. Argumento: el de que todo lo que vive nace de lo que ha muerto. Pues si nuestra alma existe antes ya, y le es necesario a ella, al ir a la vida y nacer, no nacer de ningún otro origen sino de la muerte y de estar muerto.
¿Qué características presenta la entidad misma?
Es siempre de igual modo en idéntica condición.
Se captan con el razonamiento de la inteligencia (invisibles).
¿Qué características presentan la multitud de cosas?
Jamás se presentan de igual modo.
Se captan con los sentidos (visibles).
¿A qué es afín el cuerpo?
El cuerpo es afín a la clase de lo visible.
El cuerpo es lo más semejante a lo humano, mortal, multiforme, irracional, soluble y que nuneca se presenta idéntico a sí mismo.
¿A qué es afín el alma?
El alma es afín a lo invisible, a lo que siempre es idéntico.
El alma es lo más semejante a lo divino, inmortal, inteligible, uniforme, indisoluble y que está siempre idéntico consigo mismo.
¿Qué sucede cuando el alma utiliza el cuerpo? ¿Y cuando no lo utiliza?
Cuando el alma utiliza el cuerpo para conocer algo (vista, oído u otro sentido):
Es arrastrado por el cuerpo hacia las cosas que nunca se presentan idénticas.
Se extravía, se perturba y se marea.
Cuando el alma los observa por sí misma:
Se orienta hacia lo puro, lo siempre existente y mortal, que se mantiene idéntico.
Se ve libre del extravío.
¿Qué relación debe haber entre cuerpo y alma?
Siempre que estén en un mismo organismo cuerpo y alma:
Al cuerpo, le prescribe la naturaleza, que sea esclavo y esté sometido (por su afinidad a lo mortal).
Al alma, le prescribe la naturaleza, que mande y sea dueña (por su afinidad a lo divino).
¿Qué sucede cuando muere una persona?
El cuerpo
Queda expuesto en un lugar visible (cadáver).
Le conviene disolverse, descomponerse, disiparse.
El alma
Va a un lugar noble, puro e invisible, a la compañía de la divinidad buena y sabia.
Si se separa pura (sin arrastrar nada del cuerpo)
Ha pasado la vida sin comunicarse con nada del cuerpo
Rehuyéndolo y concentrándose en sí misma
Ha estado filosofando rectamente
Va hacia lo que es semejante a ella (invisible, divino, inmortal y sabio)
Es feliz
Si se separa del cuerpo contaminada e impura
Por su trato íntimo con el cuerpo, por atenderlo y amarlo
Sólo aprecia como verdadero lo corpóreo (lo que uno puede ver y tocar)
Rechaza lo que sólo es aprehensible por el entendimiento y la filosofía
Queda deformada por lo corpóreo
¿Qué sucede con los auténticos filósofos, con los amantes del saber?
Rechazan todas las pasiones del cuerpo, se mantienen sobrios y no ceden ante ellas.
Se dirigen de acuerdo con la filosofía, siguiiéndola por donde ella les guía.
Cuando la filosofía se hace cargo de su alma, ésta está
Encadenada y apresada dentro del cuerpo
Obligada a examinar la realidad a través del cuerpo (prisión) y no por ella misma
Lo terrible del aprisionamiento es a causa del deseo
La filosofía busca liberar al alma que está en esta condición
Mostrándole que el examen a través de los ojos está lleno de engaño
Persuadiéndola a prescindir de ellos
Aconsejándole que se concentre consigo mismo y se recoja
Que confíe tan solo en sí misma, en lo que ella por sí misma capta de lo real como algo que es en sí
El alma del filósofo se aparta de los placeres, pasiones y pesares.