"Juntos somos fuertes, juntos somos más, mediante el FEM HOY nuestra voz haremos escuchar".

Nupcias infantiles en Colombia

Desde pequeño he pensado en el matrimonio como una hermosa unión entre dos seres guiados por un sentimiento en común. La bella imagen de una ceremonia es lo que se proyecta en mi mente para más adelante dar paso a la formación de una familia. Por tanto, cuando escuchaba sobre uniones entre personas extremadamente jóvenes, tendía a sorprenderme, aunque mi sorpresa no iba más allá de una sensación de extrañeza. Esto fue antes de conocer las realidades de algunos países de oriente medio, y ahora, la realidad del país donde habito.


Así pues, se reconoce como “matrimonio infantil” a toda unión formal o informal entre un niño o niña menor de 18 años y un adulto u otro menor. Estas uniones se ven apoyadas por el código civil dado que a partir de los 14 años todos cuentan con libertad para casarse con tan solo el permiso de los padres de familia sin importar la diferencia de edad que exista, lo que consecuentemente ha influido en que una considerable parte de los matrimonios colombianos involucren a un menor de edad. Esta práctica es recurrente sobre todo en las zonas rurales como se puede evidenciar con los más de 800 matrimonios infantiles ocurridos allí en los 2 últimos años. 


Además, estudios a lo largo del tiempo han demostrado que más de la mitad de estos jóvenes no trabajan y, en varios casos, ni siquiera estudian, por lo cual, por una u otra razón, acaban encaminándose forzosamente en este estilo de vida, aun cuando muchos podrían preferir seguir estudiando o al menos concluir con su proceso de maduración. Lo más crítico es que a pesar de los intentos por hacer cambios, estos quedan en propuestas que no acaban de ser admitidas y que llevan a que la situación se mantenga a flote, colocando a Colombia dentro del Top 20 de los países con más matrimonios infantiles.



Nadie debería ser obligado a hacer algo que no quiere. Independientemente del motivo, un adolescente debe estar enfocado en acabar su desarrollo. A pesar de que se suele justificar esta práctica en el supuesto discernimiento a partir de los 14 años, no se toma en cuenta que la manipulación de los tutores legales podría afectar las decisiones de jóvenes que apenas comienzan a vivir. Con base en todo lo anterior, el matrimonio no debería ser una opción a esa edad, ya que los niños son víctimas de la negligencia, no solo de las autoridades, sino también de las leyes y del sistema de educación que no proporciona la suficiente información, lo que da paso a, por ejemplo, embarazos no deseados que los hacen tener que apegarse a un rumbo que no fue su propia elección.


Gustavo J. Almanza H., 9°B.

¿De verdad estamos escogiendo bien nuestro futuro? 

¿Qué quieres ser cuando seas grande? Siempre nos hemos encontrado con esta pregunta y anteriormente las respuestas básicas eran: astronauta, médico, científico, doctor, deportista entre otros, pero... ¿Ha cambiado algo?. 


Desde el 2010, los influencers se han posicionado como la realeza de las redes sociales y hemos sido nosotros quienes los hemos impulsado a tener este gran poder puesto que los tomamos como referentes de entretenimiento, estilo de vida, belleza, ejercicio, viajes, música, películas y/o videojuegos. Es decir que tienen un gran impacto en nuestros hábitos de vida y de consumo. 


¿A qué quiero llegar con esto? Hace poco salió una gráfica que muestra que la profesión soñada de los latinoamericanos es ser youtuber o influencer, mientras que de los europeos es ser escritor o piloto. ¿Qué nos dice esto acerca de la sociedad latinoamericana? Al momento de escoger una profesión no solo debemos pensar en el sueldo o en

en la flexibilidad, sino en lo que nos apasiona, pero pronto nos hacemos conscientes de que no todos tenemos la suerte de que nuestras pasiones concuerden con las profesiones existentes y ahí es donde entra el mundo de las redes sociales, lugar en que los jóvenes se sienten libres para expresarse en distintos ámbitos y, cómo no, de paso divertirse haciendo contenido y recibiendo dinero a cambio. 

Los jóvenes optan por esta opción porque es el camino más fácil y más corto. Más que una profesión, es un oficio que no durará para siempre y en el cual lo más probable es que dentro de 5 años sean olvidados o reemplazados por otras personas que se pongan a la moda, ya que así es como funciona el mundo de las redes sociales: olvidando la importancia de dejar una huella y un legado que vaya más allá del momento y privilegie la realización personal y profesional. 


Zaory Funieles Doria, 9°B.

Anuncios

LinkInstagramFacebook