“El alma que hace mi Voluntad y vive en Ella"

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De los escritos de la S. D. Luisa PiccarretaVol. 12-20 (2-3) Septiembre 28, 1917

Cuánto bien hacen los actos de la criatura hechos en mi Voluntad.  Quien se salve será únicamente en virtud de estos actos.



(2) “Hija mía, las tinieblas son densas, y las criaturas se precipitan cada vez más; es más, en estas tinieblas van cavando el precipicio donde perecerán. La mente del hombre ha quedado ciega, no tiene más luz para mirar el bien, sino sólo el mal, y el mal lo inundará y lo hará perecer, así que donde creía encontrar salvación, encontrará la muerte. ¡Ah, hija mía! ¡Ah, hija mía!” 

(3) Después ha agregado: “Los actos hechos en mi Voluntad son como soles que iluminan a todos, y mientras dura el acto de la criatura en mi Voluntad, un sol de más resplandece en las mentes ciegas, y quien tiene un poco de buena voluntad encontrará luz para salvarse del precipicio, los demás, todos perecerán, por eso en estos tiempos de densas tinieblas, CUÁNTO BIEN HACEN LOS ACTOS DE LA CRIATURA HECHOS EN MI VOLUNTAD, QUIEN SE SALVE SERÁ ÚNICAMENTE EN VIRTUD DE ESTOS ACTOS”.

(4) Dicho esto se ha retirado. Después ha regresado de nuevo y ha agregado: 

(5) “El alma que hace mi Voluntad y vive en Ella, puedo decir que es mi carroza y Yo tengo las riendas de todo; tengo las riendas de la mente, de los afectos, de los deseos, y ni siquiera una dejo en su poder, y sentándome sobre su corazón para estar más cómodo, mi dominio es completo y hago lo que quiero, ahora hago correr la carroza, ahora la hago volar, ahora me lleva al Cielo, ahora giro toda la tierra, ahora me detengo, ¡oh, cómo soy glorioso, victorioso y domino e impero! Si después el alma no hace mi Voluntad y vive del querer humano, la carroza se deshace, me quita las riendas y Yo quedo sin dominio, como un pobre rey expulsado de su reino, y el enemigo toma mi puesto, y las riendas quedan en poder de las propias pasiones”. 


Fiat Divina Voluntad




COMPENDIO DEL

CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA



173. ¿De qué modo la Iglesia es misionera? (856) 

La Iglesia es misionera porque, guiada por el Espíritu Santo, continúa a lo largo de los siglos la misión del mismo Cristo. Por tanto, los cristianos deben anunciar a todos la Buena Noticia traída por Jesucristo, siguiendo su camino y dispuestos incluso al sacrificio de sí mismos hasta el martirio. 

856 La tarea misionera implica un diálogo respetuoso con los que todavía no aceptan el Evangelio (cf RM 55). Los creyentes pueden sacar provecho para sí mismos de este diálogo aprendiendo a conocer mejor "cuanto [...] de verdad y de gracia se encontraba ya entre las naciones, como por una casi secreta presencia de Dios" (AG 9). Si ellos anuncian la Buena Nueva a los que la desconocen, es para consolidar, completar y elevar la verdad y el bien que Dios ha repartido entre los hombres y los pueblos, y para purificarlos del error y del mal "para gloria de Dios, confusión del diablo y felicidad del hombre" (AG 9).