Septiembre, mes dedicado a la Santa Biblia



De los escritos de la S.D. Luisa PiccarretaVol. 21-16 (5) Abril 16, 1927

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Toda la Iglesia toma de mi Vida, a saciedad bebe de la fuente de mi doctrina



“Hija mía, mi Vida fue brevísima acá abajo y la mayor parte me la pasé escondido, pero a pesar de que fue brevísima, como mi Humanidad estaba animada por una Voluntad Divina, ¿cuántos bienes no hice? Toda la Iglesia toma de mi Vida, a saciedad bebe de la fuente de mi doctrina, cada palabra mía es una fuente que brota en cada cristiano, cada ejemplo mío es más que sol que ilumina, que calienta, que fecunda y hace madurar las más grandes santidades

Si se quisiera comparar a todos los santos, todos los buenos, todas sus penas y su heroísmo, todo puesto en comparación a mi Vida brevísima, serían siempre las pequeñas llamitas delante al gran sol, y como en Mí reinaba la Divina Voluntad, todas las penas, las humillaciones, confusiones, oposiciones, acusaciones que me hacían los enemigos en el curso de mi Vida y de mi Pasión, sirvió todo para su vergüenza y para mayor confusión de ellos mismos, porque estando en Mí una Voluntad Divina, sucedía de Mí como sucede al sol cuando las nubes, extendiéndose en lo bajo del aire, parece que quieren hacer ultraje al sol oscureciendo la superficie de la tierra quitando momentáneamente la viveza de la luz solar, pero el sol se ríe de las nubes porque ellas no pueden hacer vida perenne en el aire, su vida es fugaz, basta un pequeño viento para hacerlas desaparecer y el sol queda siempre triunfante en su plenitud de luz que domina y llena toda la tierra. 

Así sucede de Mí, todo lo que me hicieron mis enemigos y aun mi misma muerte, fueron como tantas nubes que cubrieron mi Humanidad, pero al Sol de mi Divinidad no lo pudieron tocar, y no apenas el viento de la potencia de mi Voluntad Divina se movió, desaparecieron las nubes y más que sol resucité glorioso y triunfante, quedando los enemigos más avergonzados que antes. 

Hija mía, en el alma donde reina mi Voluntad con toda su plenitud, los minutos de vida son siglos y siglos de plenitud de todos los bienes, y donde Ella no reina, los siglos de vida son apenas minutos de bienes que contienen; y si el alma donde reina mi Querer sufriera humillaciones, oposiciones y penas, son como nubes que el viento del Fiat Divino descarga sobre aquellos, para su vergüenza, que han osado tocar a la portadora de mi eterno Querer”.