Enseñanza y Reparación

Eucarística

Oración para todos los días


Oración Eucarística pidiendo irradiación del Amor Divino

Pbro. Padre Juan Martín Osorio

Colombia

Enseñanza Eucarística

"Al instituir el Sacramento de la Eucaristía, nuestro Fiat formó el eco, el eco invistió el pan y el vino y formó en ellos el cuerpo, la sangre, el alma y mi Divinidad..."



De los escritos de la S.D. Luisa Piccarreta

Vol. 21-16 (4)


(4) “…Así que cada cosa creada tiene como principio y como conservación el eco de nuestro Fiat, por eso conservan el orden, la armonía, la magnificencia, la potencia de nuestras obras. 

Cuando la Divinidad quiere obrar y reproducir aun nuestra misma Vida, nuestro Fiat forma el eco, y el eco crea y forma lo que Nosotros queremos; 

mira, también al instituir el Sacramento de la Eucaristía, nuestro Fiat formó el eco, el eco invistió el pan y el vino y formó en ellos el cuerpo, la sangre, el alma y mi Divinidad, aquel eco resuena aún en cada hostia y se perpetúa continuamente mi Vida Sacramental."


Fiat Divina Voluntad

Reparación Eucarística

Libro de Cielo y Hora de la Pasión


Ofrecemos para reparar 

Una enseñanza del Libro de Cielo para profundizar y reparar la falta cometida; y una Hora de la Pasión con la que Jesús Repara la gravedad de la falta que cometemos en nuestro Ministerio de vida, como resultado de no conocer y no amar a Dios. 

Libro de Cielo


"Lamentos. 

Jesús habla de su vida y de la Eucaristía"


AUDIO 

Párrafo 3


Jesús habla del sacrificio en su vida y que dura aún en el sacramento de la Eucaristía


Vol. 4-183 Marzo 12, 1903


(1) Encontrándome en mi habitual estado, me veía sola y abandonada, entonces, después de haber esperado mucho se ha hecho ver en mi interior, y yo le he dicho:

(2) “Dulce vida mía, cómo me has dejado sola, cuando Tú me pusiste en este estado todo fue unión, y todo lo concertábamos juntos, y con dulce fuerza me atrajiste toda a Ti. ¡Oh! cómo se ha cambiado la escena, no sólo me has abandonado, no sólo no me haces ninguna fuerza para tenerme en aquel estado, sino que estoy obligada a hacerte una continua fuerza para no salir de este estado, y este forzarte es para mí un continuo morir”.

 

(3) Y Él me ha dicho: “Hija mía, lo mismo sucedió cuando 

en el consistorio de la Sacrosanta Trinidad se decretó el misterio de la Encarnación para salvar al género humano, y Yo unido con su Voluntad acepté y me ofrecí víctima por el hombre; todo fue unión entre las Tres Divinas Personas y todo fue planeado juntos, pero cuando me puse a la obra llegó un momento, especialmente cuando me encontré en el ambiente de las penas, de los oprobios, cargado de todas las maldades de las criaturas, que me quedé solo y abandonado por todos, hasta por mi amado Padre; y no sólo esto, sino que así, cargado de todas las penas como estaba, debía forzar al Omnipotente que aceptara y que me hiciera continuar mi sacrificio por la salvación de todo el género humano, presente, pasado y futuro. 

Y esto lo obtuve. 

El sacrificio dura aún, el esfuerzo es continuo, si bien esfuerzo todo de amor, ¿y quieres saber dónde y cómo? 

En el sacramento de la Eucaristía, en él el sacrificio es continuo, perpetuo, es la fuerza que hago al Padre para que use misericordia con las criaturas y con las almas para obtener su amor, y me encuentro en continuo contraste de morir continuamente, si bien todas muertes de amor. 

Entonces, ¿no estás contenta de que te haga partícipe de los períodos de mi misma vida?”

Reparación Eucarística

Hora de la Pasión

"La finalidad de estas Horas de la Pasión... es la de la Reparación: uniéndonos a Jesús en cada uno de los diferentes pasos de su pasión y con su misma Voluntad Divina, hacer una digna reparación por cada una de las diferentes ofensas que recibe, haciendo todo lo que las criaturas le deben".

Luisa Piccarreta

Del Libro:

Las Horas de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo


Hora 21 

De la 1 a las 2 de la tarde

La Segunda Hora de Agonía sobre la Cruz



La cuarta palabra: «Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado? ».

“ Penante Jesús mío, mientras estoy abrazado fuertemente a tu Corazón y abandonado del todo en él, contando tus penas, veo que tu santísima humanidad se ve invadida por una terrible convulsión; tus miembros tiemblan como si quisieran separarse unos de otros, y en medio de las contorsiones que sufres por los atroces espasmos de tu agonía, gritas fuertemente:

« ¡Dios mío, Dios mío!, ¿por qué me has abandonado? ». 

…Y entre tanto, después de tanto sufrir, con sumo dolor te das cuenta de que no todas las almas están incorporadas a ti, sino por el contrario, ves que muchas se perderán y sientes su dolorosa separación como si ellas mismas se arrancaran de tus miembros.

Y tú, debiendo darle satisfacción a la divina justicia también por ellas, sientes la muerte de cada una, sientes las mismas penas que ellas deberán sufrir en el infierno, y les gritas con fuerza a todos esos corazones:

« ¡No me abandonen! Si quieren que yo sufra más todavía, estoy dispuesto, pero no se separen de mi humanidad. ¡Este es el dolor de los dolores, ésta es la muerte de las muertes! ¡Todo lo demás sería nada para mí si no tuviera que sufrir esta separación! ¡Ah, piedad de mi sangre, de mis llagas, de mi muerte! Este grito será continuo en su corazón: ¡Ah, no me abandonen! ». “



Web: Texto completo de la Hora 21:


La Segunda Hora de Agogía Sobre la Cruz

Reparemos junto a Jesús, en su Humanidad Divina. Con sus mismos actos, con su misma Palabra, con sus Mismas Reparaciones,...

Para que hagamos, reparemos y vivamos en Jesús y en su Divina Voluntad.