"El unir nuestras acciones con Jesús es continuar su Vida sobre la tierra"



De los escritos de la S. D. Luisa Piccarreta

Vol. 4-86 Septiembre 10, 1901


(1) Continúo haciendo lo que Jesús bendito me enseñó el día 4 de este mes, si bien alguna vez me distraigo, pero mientras alguna vez me olvido, parece que Jesús en mi interior se pone en guardia y lo hace Él por mí, entonces yo, viendo esto me ruborizo y enseguida me uno a Él y le hago el ofrecimiento de lo que en el momento estoy haciendo, así sea aun una mirada, una palabra, voy diciendo: “Señor, toda esa gloria que las criaturas deberían darte con la boca y no te dan, yo intento dártela con la mía, e impetro a ellas el hacer un buen y santo uso de la boca, uniéndome siempre a la misma boca de Jesús”. Entonces mientras en todas mis cosas esto hacía, vino y me ha dicho: 

(2) “He aquí la continuación de mi Vida, que era la gloria del Padre y el bien de las almas; si en esto perseveras tú formarás mi Vida y Yo la tuya, tú serás mi respiro y Yo el tuyo”. 

(3) Después de esto Jesús se ponía a reposar sobre mi corazón, y yo sobre el corazón de Él, y parecía que Jesús tomaba el respiro de mí, y yo lo tomaba por medio de Jesús. ¡Qué felicidad, qué gozo, qué vida celestial experimentaba en esa posición! Sea siempre agradecido y bendecido el Señor, que tanta misericordia usa con esta pecadora. 

Fiat Divina Voluntad




CATECISMO DE LA IGLESIA CATÓLICA


1270 Los bautizados "renacidos [por el bautismo] como hijos de Dios están obligados a confesar delante de los hombres la fe que recibieron de Dios por medio de la Iglesia" (LG 11) y de participar en la actividad apostólica y misionera del Pueblo de Dios (cf LG 17; AG 7,23)