Septiembre, mes dedicado a la Santa Biblia



De los escritos de la S.D. Luisa PiccarretaVol. 30-8 (5) Diciembre 21,1931

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Mi palabra no será palabra muerta, sino viva, que dará vida


"Hablé en la Redención, y mi palabra, mi Evangelio, sirve de guía a mi Iglesia"


"... desde que el hombre pecó, salió de nuestra Voluntad, y le fueron, con justicia, cerradas las puertas de estos nuestros campos.  Ahora queremos abrir estas nuestras puertas, después de tantos siglos, a quien quiera entrar, no forzarlas, sino libremente, para hacerlos poblar estos nuestros campos divinos, para dar una nueva forma, un modo de vida todo nuevo a la criatura, y poder recibir, no obras de ella, sino en cada acto suyo, vida formada en nuestra misma Vida. Esta es la causa de mi tanto hablar sobre mi Voluntad, la fuerza de mi palabra creadora las dispondrá, les dará el deseo, cambiará la voluntad humana, y sabiendo que quiero abrir las puertas, tocarán, y Yo rápido les abriré a fin de que Yo mismo quede satisfecho, y tenga mi pueblo afortunado que me dará a cambio de mi Vida que he dado por ellos, su vida a cambio de la mía. Jamás he hablado sin obtener nada, o en vano, hablé en la Creación, y mi palabra sirvió para formar las cosas admirables de todo el universo, hablé en la Redención, y mi palabra, mi Evangelio, sirve de guía a mi Iglesia, sirve de luz, de sostén, se puede decir que mi palabra es la sustancia y mi Vida palpitante en el seno de la Iglesia. Ahora, si he hablado y hablo todavía sobre mi Divina Voluntad, no será en vano, no, sino que tendré sus admirables efectos, y la Vida de mi Voluntad conocida, obrante y palpitante en medio a las criaturas. Por eso déjame hacer y Yo dispondré las cosas de modo que mi palabra no será palabra muerta, sino viva, que dará vida con todos sus admirables efectos. Mucho más, que estos nuestros campos y mares celestiales harán de madre a las almas afortunadas que quieran vivir en ellos, las educarán en modo divino, las nutrirán con alimentos exquisitos tomados de la mesa celestial y las crecerán de manera noble y santas, que en todos sus actos, pasos y palabras se verá claramente escrito: ‘Son similares a su Creador’.