La Navidad es para los cristianos un tiempo de reflexión que recuerda el nacimiento de Jesús en un pesebre, cuya vida perfecta y ejemplar dejó un mensaje de salvación. Por eso Navidad es tiempo de recuerdo, de gratitud y de perdón.
Tradicionalmente la cristiandad en esa fecha -25 de diciembre- y en esa simbólica escena renueva su compromiso de fe.
La representación del nacimiento de Jesús
En la cristiandad, es tradicional evocar el nacimiento de Jesús con un pesebre, ello lleva a preguntar ¿Quién inventó el pesebre?
La respuesta puede sorprender a quienes no la conozcan. Se atribuye esta iniciativa San Francisco de Asís, el santo de la humildad y de la pobreza, que tuvo la inspiración de reproducir en vivo el nacimiento de Jesús, guiándose por el Evangelio de San Lucas. Para ello construyó un portal de paja, buscó un buey, un asno, e invitó a un pequeño grupo de campesinos a reproducir la escena de la adoración de los pastores. Así se produjo la primera representación viviente de la sagrada familia. Años más tarde, a su muerte Francisco de Asís, deja a los cristianos esta invitación de hacer el pesebre, hermosa costumbre que se repite todos los años para celebrar lo que significó para la humanidad ese Nacimiento.
La costumbre de recrear en imágenes el nacimiento de Jesús fue adoptada posteriormente por los cristianos y se remonta al siglo XIII, (en la navidad de 1223). Con el tiempo la Iglesia Católica, para contribuir a exaltar la devoción promovió las representaciones de la Navidad dentro de los templos, los hogares, y los espacios públicos. Esa tradición cristiana se difundió y arraigó en el mundo, de manera tal que se convirtió, además, en un modelo artesanal. Costumbre que durante los procesos de conquista y colonización se introdujo y divulgó también en América.
Pesebres en el recuerdo
Nuestra ciudad, por su fuerte fe religiosa, atesora una rica tradición en materia de pesebres y festejos navideños.
Si bien no se puede precisar cuándo y cómo se hizo la primera representación, sin embargo merecen recordarse distintas representaciones que se han hecho en templos, comercios, hogares y espacios públicos a través del tiempo, para celebrar el espíritu de la Navidad con la oración y no solo con el reencuentro familiar, las comidas tradicionales y los regalos…
En la Catedral
Quizá las piezas más antiguas de esta representación, que se conservan en la ciudad, sean las del pesebre que, año a año, se expone en la Catedral San José.
Son once las piezas que lo integran y hoy se conservan: el Niño, María, José, algunos pastores, los reyes magos y solo dos animales (el asno y el buey). Hermosas imágenes, muy antiguas (verdaderas reliquias) de aproximadamente 80cm. de alto, de madera estucada, de origen italiano. Este pesebre, en las distintas navidades, se ha ubicado en diversos lugares del templo, pero siempre ha sido una invitación para la oración.
Pero pese a los cuidados de que ha sido objeto, el deterioro sufrido por el paso del tiempo, ha exigido un minucioso trabajo de restauración, tarea realizada hace algunos años, por Aurelio Gómez Hernández.
Los pesebres en la tradición familiar
Especial atención han tenido, también los pesebres en casas de familia. En Cuadernos Nº30, de diario El Argentino, la Prof. Silvia Razzetto rescata esta información, sobre la celebración de la navidad a fines del siglo XIX mediados del siglo XX, que se reproduce textualmente a continuación: “…no quedaba rancho, por aislado y pobre que fuera que no se adornara aunque más no fuese que con yuyos verdes donde las linternas venían a encender sus farolitos vistosos y no luciera, alumbrado por la luz titilante de los candiles, su pequeño nacimiento formado sobre un cuero estaqueado, si no había mesa disponible”.
Integraban el pesebre, pequeños muñecos de madera o de barro vestidos a la usanza del país, con chiripá y poncho terciado sobre el hombro.” (El Noticiero, dic. 1881. Gualeguaychú.)
El pesebre de la Quinta de Molinari
La referida nota describe también el pesebre que durante las primeras décadas del siglo XX realizaba en la quinta de Juan Molinari y su familia, donde bajo un pino natural, representaban el Niño, María, José y los pastores. Los transeúntes, se daban cita para observarlo detrás del cerco de alambre que daba a la calle.
El pesebre de Giusto
También se recuerda, lo novedosa la representación del nacimiento de Jesús que, con movimiento, luz y sonido, inventó don Eclio Giusto. Este conocido e ingenioso vecino del barrio del puerto, en 1955, construyó un pesebre con sencillas imágenes, a las que dio movimiento con un mecanismo de su invención. La novedad del Pesebre de Giusto, por su originalidad, corrió por el pueblo y su casa de calle Alem se abrió para los vecinos que hacían cola para conocer esta obra. El Argentino comentaba: "Los personajes bíblicos caminan, el agua del río corre y desciende por peñascos, mientras el cielo cambia de color según la evolución normal del día”. Detalle muy importante, porque hay pensar, que si bien hoy es común ver juguetes con movimiento, en aquella época no existían las figuras con movimiento. La tecnología no había llegado aún a Gualeguaychú.
En la Navidad de 1960 un nuevo Pesebre surgió de la creatividad de don Eclio; esta vez se levantó en la Capilla de Fátima. "Junto al Altar de la Virgen se ha levantado un pesebre. Sin lujo, sin despliegue de magnificencia pero hermoso y original, que se ve por primera vez en nuestra ciudad. El conjunto representa el paisaje gris de la tierra en que anduvo la Sagrada Familia. Las figuras se desplazan en suaves movimientos... los reyes magos, pastorcillos y hasta las ovejitas se las ve descender desde lo alto de la meseta y luego, en reverente homenaje, detenerse y girar delante de la cuna del Niño que a la vez mece un ángel de resplandeciente belleza"(*). En ese lugar de trabajo se construyó con mayor amplitud. El Niño estaba en brazos de María, ella lo mecía, lo acercaba a su rostro y lo volvía al regazo.
Inspirado en esa representación Antonio Romero Frávega, recordado poeta de Gualeguaychú, escribió estos versos: “En medio del inmenso, plural materialismo,/que esconden estos tiempos,/la llama del amor/ con máquinas de ingenio,/ tal como ajusta el siglo,/ un hombre nos ilustra la palabra de Dios/ Ese niño en los brazos de una móvil María/ traduce un fiel milagro de dulce realidad/ y las nubes que pasan y estrellas que titilan,/ dan vida a la divina noche de Navidad/…”
Lamentablemente en marzo de 1978, aunque cuidadosamente guardado en la arenera, la inundación lo arruinó totalmente y ese pesebre pasó a formar parte de un maravilloso recuerdo en la evocación de la Navidad de Gualeguaychú.
También en los comercios
En Casa Caviglioni, en la década del 50, en “lo de Caviglioní”, como habitualmente denominaban los vecinos a ese importante comercio (almacén, bazar, ferretería, juguetería, ubicado en la esquina N.O, de Urquiza y Rosario) también se armaba -en alguna de sus inmensas vidrieras- un hermoso y gran pesebre (grande por la cantidad, por la dimensión y por la belleza de las imágenes).Contaba con escenografía de montañas e iluminación, y también fue objeto de convocatoria y admiración del pueblo. Cuando lo exhibían, la gente se agolpaba en sus vidrieras para verlo. Además este comercio vendía piezas para armar pesebres, de manera que de allí surgían muchas de las representaciones realizadas en cada hogar, costumbre que se proyectó en el tiempo.
Los concursos de pesebres artesanales
Otra modalidad que tuvo vigencia (en la década del 70, quizá años más) fue la de organizar concursos de pesebres artesanales familiares. Se daban las bases de la competencia y se formaba un jurado evaluador que –previa inscripción- recorría los hogares para premiar la mejor obra. Los trabajos debían utilizar elementos naturales y ser construidos artesanalmente.
En la laguna del parque
En los últimos años, a orillas de la laguna del parque, y después a orillas del río, frente al puerto, también, se ha exhibido un gigantesco árbol de Navidad –con efectos lumínicos- junto al Nacimiento ( solo el Niño, María y San José).
Los pesebres vivientes
Paralelamente a la representación con figuras, en cada comunidad parroquial se ha mantenido viva la tradición de recrear -cada año- en la Noche Buena, su pesebre viviente, en la que participan niños, jóvenes y adultos, tal como lo concibió en sus orígenes, San Francisco de Asís.
Ahora Papá Noel
¿Cuál es la relación de Papá Noel con la Navidad?. En los últimos años la figura de Santa Claus, difundida especialmente por la televisión y el cine, particularmente con un fin comercial, ha ganado espacio y tal vez ha desvirtuado el espíritu de esta celebración religiosa y se ha convertido en un ícono de Navidad. A mediados del siglo XIX, en Noche Buena, el Niño Jesús era quien dejaba los regalos navideños, pero desde hace varios años los niños escriben cartas y esperan regalos de Papá Noel y la publicidad comercial también hace lo suyo. En Gualeguaychú, se ha incorporado esta tradición y desde hace algunos años vecinos y bomberos en camionetas, emulando a Santa Claus, distribuyen caramelos a los niños, por distintos barrios de la ciudad.
El origen de esta tradición
Se remonta al siglo IV, cuando nace Nicolás, en el seno de una familia griega. Se cuenta que desde pequeño se destacó por su humildad, su sencillez y por ayudar a los demás. Pero una tragedia marcó su vida, Nicolás, queda huérfano como consecuencia de una epidemia de peste. Años más tarde su vocación lo lleva al sacerdocio, su preocupación por los más pequeños le llevó también a ganarse el título de episcopus puerorum, es decir, el obispo de los niños. Como defensor de los más necesitados, debido a su carácter bondadoso y sus actos de ayuda al prójimo, su historia llegó a convertirlo en Santa Claus en Estados Unidos. Los historiadores relatan que fueron los holandeses los que llevaron esta figura hasta América, cuando fundaron Nueva Ámsterdam, actual Nueva York. En los Países Bajos, San Nicolás era conocido como Sinterklaas, de ahí, la posterior traducción anglosajona como Santa Claus, que ha llegado a nuestros días.
San Nicolás falleció el 6 de diciembre del año 345, al tratarse de una fecha cercana a la navidad se adoptó como figura del período de Adviento. Tradición que si bien tiene connotación religiosa y reconoce el amor y la generosidad hacia el prójimo no es la auténtica Navidad, especialmente por el carácter comercial que se le ha dado.
El verdadero valor de esa celebración. Recrear ese sagrado momento de la historia bíblica es avivar el espíritu de la Navidad, que es también ese niño que nace en nuestro interior, que motiva en nuestros corazones los sentimientos más nobles, y esa esperanza por un mañana mejor. Porque Navidad “Es la ternura del pasado, el valor del presente y la esperanza del futuro. Es el deseo más sincero de que cada taza se rebose con bendiciones ricas y eternas, y de que cada camino nos lleve a la paz” (Agnes M. Pharo).
Fuentes:
REYNOSO DELIA, GUIMERA ALEJANDRO, La representación del nacimiento de Jesús, en diario El Argentino, 26-12-2021HERNÁNDEZ, Luis N. Origen del Pesebre,www.preb.com/navidad/pesebre.htmBISOGNI, Ana María. Premio Eclio Giusto. Grupo Itén. Libros en Red. Gchú.2007Testimonios orales de vecinos de Gualeguaychú.Autores: Profes. Delia Reynoso de Ramos y Alejandro Guimera
Colaboración Profesorado de Historia Instituto Sedes Sapientiae
Publicado en "El Argentino" el 26/12/2021
La celebración de Navidad