La elección del primer gobierno 

municipal de Gualeguaychú

Las villas y ciudades de Entre Ríos, desde sus orígenes, fueron gobernadas sucesivamente por Cabildos, Comandantes Militares, Jefes Políticos y Juntas de Fomento, hasta que la constitución provincial de 1860 estableció organizar, dentro del término, dentro del término de tres años en todos los departamentos, “…la institución municipal cuyo régimen será materia orgánica de una ley, donde se determinarán sus atribuciones”. Pero, la Ley de Municipalidades, por diversas circunstancias, demoró en reglamentarse. Cumplimentada esta disposición, hace 150 años, comenzó a funcionar primer el gobierno municipal en Gualeguaychú (1873-2023)

La ley de elecciones. Sancionada en 1861, disponía lo referente al acto electoral: “…Cada Ciudad, Villa o Pueblo, cabeza de departamento formará  un distrito electoral…

La ley estipulaba que “Los municipios los forman cada Ciudad ó Villa, comprendiendo el territorio de sus respectivos égidos…” Los límites de éjido de Gualaguaychú eran: Al norte: Arroyo Gualeyán; al sur: Arroyo del Cura; al este: Río Gualeguaychú; al oeste: Cañada de Sánchez. 

También determinaba la obligación de organizar un registro municipal de electores, y los requisitos para aspirantes al gobierno municipal, el mecanismo de elección, la composición, las funciones y la duración de la Comisión Municipal.

El Registro Municipal

Era equivalente a un padrón electoral. Los vecinos tenían la obligación de inscribirse y de actualizar sus datos, año a año. 

Dicho registro debía ser publicado el 15 de octubre de cada año y puesto en las puertas de la municipalidad y de la iglesia, para ser consultado por los ciudadanos.

La Comisión municipal

Se integraba por once miembros en las ciudades y por siete en las villas, con igual número de suplentes por caso de vacancia, funcionaba desde el 1° de enero hasta 31 de diciembre de cada año. 

Los miembros duraban dos años en sus funciones y se renovaban por mitades, cada bienio. La elección se hacía en el mes de diciembre para empezar a funcionar el 1º de diciembre.

Requisitos

Para elector: ser vecino, mayor de 18 años o extranjeros mayores de 22 años, con domicilio de 1 año en la ciudad, anterior a la elección, inscripto en el Registro Municipal. 

Para ser elegido: Vecino mayor de 25 años, o extranjero con 2 años de residencia; saber leer y escribir; ser propietario con capital equivalente no inferior a 5000 pesos fuertes, ó tener arte, profesión u oficio, de honra y utilidad que dé una renta equivalente, y figurar en el Registro Municipal. Prescripciones: deudores fallidos o del tesoro público, presos, quebrados fraudulentos, procesados por crimen.

Funciones y atribuciones

Recaudación y administración de rentas, multas, patentes, impuestos; inversiones; obras públicas; control de salubridad e n una sección electoral”. 

Para la integración de la mesa escrutadora debía realizarse una Asamblea, “…cuya apertura se hará en el atrio de la Iglesia Parroquial, desde las ocho de la mañana, del día de elección, y tan pronto como se encuentren 40 ciudadanos en las Ciudades y 20 en las Villas y Pueblos. Abierta la Asamblea se procederá a pluralidad de sufragios a nombrar el Presidente y cuatro escrutadores para formar la mesa y de dos suplentes…

Elección y Escrutinio

Se hacían en dos días y duraba hasta las cuatro de la tarde, que cerraba el comicio; inmediatamente se hacía un acta con el escrutinio del primer día, que debía leerse en voz alta. Terminada la lectura, los documentos se depositaban en una caja cerrada, que quedaba en custodia en la Iglesia. 

A las 9 de la mañana del día siguiente se abría nuevamente la elección, en presencia de los ciudadanos “permitiéndoles cerciorarse que no había fraude” . El escrutinio de los dos días se volcaba en un acta, firmada por duplicado., que se elevaba a las autoridades correspondientes.

El día de la elección

En la fecha anunciada los electores pasaron por el atrio de la Iglesia a emitir su voto. Conviene aclarar que, por entonces, “el atrio de la Iglesia” sería el espacio anterior al lugar de culto, que eventualmente funcionaba en la esquina de la escuela (San José y Luis N Palma), por estar el templo en construcción.

En aquella primera elección municipal fue consagrada la lista que integraban el Dr. Cándido Irazusta, Juan Suburu, Sixto Neyra, Elías Aramberry, Honore Roustan, Luis Buta, Emilio Galito, Manuel Magnasco, Francisco Buada, Miguel Cánepa, Agustín Piaggio − como titulares. 

De acuerdo con lo dispuesto por la ley se reunieron los electos en una sesión preparatoria, y en segunda sesión se procedió a la elección y distribución de cargos recayendo la presidencia, en Elías Aramberry quien se excusó para ejercerla. 

En consecuencia, Cándido Irazuzta − segundo en la votación− fue designado presidente de la primera Comisión Municipal, vice presidente resultó Sixto Neyra.

Las expectativas populares

La elección del primer gobierno municipal fue un acontecimiento esperado y festejado, también con algunos imprevistos. 

Las crónicas describen una ciudad bulliciosa y embanderada, con una manifestación popular encabezada por la banda del pueblo y hasta con una anécdota: en medio de los festejos con bombas y cohetes fue alcanzado por el fuego el techo de paja de la casa de un vecino, D. Domingo Archel; de manera que el festejo concluyó con baldes y corridas para apagar el incendio.

La sede de la Oficina Municipal

Dado que no existía un espacio físico propio para llevar adelante la gestión, los vecinos se preguntaban ¿dónde se reunirán los municipales? ¿lo harán en el teatro, en la parroquia?. 

Era prioritario contar con una sede para el funcionamiento de la institución, para lo cual se alquiló al señor Carlos Merlini su casa, ubicada en 24 de Enero −casi Patagonia − (actuales 25 de Mayo y Pellegrini, casi esquina NE). Allí funcionó –hace 150 años- por algún tiempo, la primera “Municipalidad”.

El periódico El Orden se hacía eco de las aspiraciones de los vecinos, desafiaba a las autoridades por el compromiso que adquirían y señalaba las urgencias, entre otras, eran considerados así: el traslado del Cementerio Oeste; atender las necesidades del hospital− ubicado entonces en una vieja casa municipal, en las actuales calles Colombo y 9 de julio;

instalar un mercado de abasto; mejorar el servicio alumbrado público; realizar inspección y control de comestibles y bebidas de venta al público y de pesas y medidas, para evitar adulteraciones y abusos etc.

Era tanta la expectativa, que las acciones de gobierno eran casi “fiscalizadas” e informadas por la prensa. 

Esta nota publicada, como “CHISMES DE LA SEMANA”, en enero de 1873, en El Orden es muy elocuente: “Han sido multados por la municipalidad en 4 pesos fuertes cada uno, los individuos Andrés Corrantini Juan Araujo, por vender pescado en mal estado el primero, y por tener el carro sin maneas el segundo.¡Ojo, muchachos que la cosa empieza a apretar…! La Municipalidad sigue haciendo progresos (…) siga en ese sendero y recibirá el aplauso de todos…

Han pasado 150 años pero, como entonces, las expectativas del pueblo ante un nuevo gobierno municipal siguen siendo las mismas y constituyen todo un desafío…

Fuentes

ROMERO, Horacio. Del Cabildo a las Municipalidades en Entre Ríos. Imprenta Gutenberg Gchú.1949REYNOSO, Delia Leticia. El camino en busca del bien común, en FERNÁNDEZ ELISA Y OTROS, Historia de San José de Gualeguaychú. Cap.2, Delta. Paraná 2012.Recopilación de Leyes, decretos y acuerdos de la provincia de Entre Ríos. La voz del Pueblo. Concepción del Uruguay. 1975Periódico El Orden, Gualeguaychú. Enero 1973. Hemeroteca Instituto Magnasco.

Autores: Profes. Delia Reynoso de Ramos y Alejandro Guimera

Colaboración Profesorado de Historia Instituto Sedes Sapientiae

Publicado en "El Argentino" el 3 de Diciembre de 2023

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