23 de marzo_Miércoles

FRAILES DE LA ORDEN DE PREDICADORES

PROVINCIA SAN LUIS BERTRÁN DE COLOMBIA

CONVENTO NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO DE CHIQUINQUIRÁ

MEDITACIONES PARA LA PREDICACIÓN

Fr. Juan David OSPINA OSPINA, O.P.

MIÉRCOLES: 23 de marzo de 2022

Síntesis del Evangelio: «No creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir, sino a dar plenitud.» (Mt. 5, 17-19)


Estimados hermanos, la primera lectura está tomada del libro del Deuteronomio (4, 1. 5-9). Hoy se nos presenta a Moisés hablando al pueblo de Israel, recordándoles la necesidad de cumplir los preceptos y mandamientos que Dios ha querido para su pueblo, y que ha querido para que rija su vida en la tierra prometida. Moisés nos presenta que los mandamientos y preceptos de Dios serán la sabiduría y la inteligencia de Israel ante los otros pueblos. ¿Qué quiere decir el autor sagrado?


Hoy el Deuteronomio nos está enseñando que los preceptos y mandatos de Dios no son mandatos y preceptos que se deben memorizar únicamente con la inteligencia, sino que debe memorizar el corazón. Los mandamientos y preceptos de Dios no conducen a prácticas rituales, sino que conducen a un estilo de vida, a un compromiso como nación con la voluntad de Dios y al compromiso personal de contribuir a que la voluntad de Dios sea una realidad. Los mandamientos y preceptos no tenían más misión que sembrar en el corazón del pueblo de Israel el amor a Dios, como padre, el reconocimiento personal, como hijos, y la necesidad de los demás, como hermanos.


En otras palabras, como consecuencia de los preceptos de Dios, Israel se convierte en testigo y como tal, da testimonio de la cercanía y de la justicia de Dios, no de palabra o a través de sermones, sino viviéndolo. El testimonio consiste en dar cuenta de un Dios cercano cuando la vida, las acciones y el compromiso con los demás lo mueve el convencimiento de que Dios está en medio de nosotros, al igual que el testimonio de Dios como justo lo mueven acciones justas. Por eso Moisés presenta los mandamientos como sabiduría de Israel, porque no se predica a Dios, sino que se vive y se da testimonio a través de un compromiso de vida.


Por su parte, el Evangelio de San Mateo (5, 17-19) nos presenta a Jesús como la plenitud de la ley; de la ley que hoy nos presenta Moisés. Jesús se presenta como la plenitud, porque no quiere cambiar el sentido y el corazón de los mandamientos y los preceptos, ya que el sentido y el corazón de la ley están puestos en transformar el corazón de los hombres, recordándonos que somos hijos del mismo padre y, por tanto, hermanos los unos de los otros. Cristo es la plenitud de esa ley porque ha venido a enseñarnos que la voluntad de Dios está en que amemos a los hermanos, que desbordemos en servicio para el prójimo, que perdonemos sin medida y sin límites y en que seamos misericordiosos con los hermanos como nuestro Padre Dios es misericordioso.


Cristo como plenitud de la ley nos invita hoy a no olvidar que nuestro Dios es un Dios compasivo que hace salir el sol y caer la lluvia sobre justos e injustos, y más aún, que quiere NO la muerte del pecador, sino en que cambie de conducta y vida; Por tanto, hagamos de este tiempo de cuaresma el tiempo propicio para renunciar a nuestro pecado, enmendar nuestros errores y superar nuestras debilidades para volver el corazón a Dios.